Las cinco fisuras comunes en la cultura empresarial

Cómo repararlas a tiempo en forma sencilla, efectiva y ágil

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Al igual que un edificio
Al igual que un edificio con grietas invisibles, una cultura corporativa dañada puede provocar un colapso inesperado (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el mundo de los negocios, las empresas suelen centrarse en cifras, estadísticas y resultados trimestrales, dejando de lado muchas veces un componente crucial: la cultura empresarial.

Al igual que un edificio con grietas invisibles, una cultura corporativa dañada puede provocar un colapso inesperado. ¿Cuáles son esas fisuras silenciosas que amenazan la integridad de tu empresa y cómo puedes repararlas antes de que sea demasiado tarde?

Si bien algunas son más evidentes que otras, todas terminarán por erosionar lo que se ha construido con tanto esfuerzo. La buena noticia es que se pueden reparar si son tomadas a tiempo, con el fin de evitar males mayores.

Las cinco fisuras comunes en la cultura empresarial: cómo identificarlas y solucionarlas

Dentro del universo de temas microscópicos que afectan severamente a todo tipo de compañías de cualquier tamaño, hay cinco que se repiten una y otra vez.

Comunicación deficiente: la falta de canales claros y abiertos de comunicación puede generar malentendidos y desconfianza entre los empleados. En América Latina, el 90% de los problemas empresariales son atribuidos a serias deficiencias de comunicación, según sus mismos ejecutivos.

Falta de reconocimiento: cuando los esfuerzos y logros de los colaboradores no son reconocidos, disminuye la motivación y el compromiso. Una cultura con ausencia de feedback, sin que se compensen los esfuerzos, y ausente de salario emocional -lo que no se retribuye en dinero- genera huestes de colaboradores apáticos y sólo trabajando por un sueldo.

Visión y valores difusos: sin una dirección clara y valores bien definidos, los empleados pueden sentirse desorientados y desconectados de los objetivos de la empresa. Una evidencia frecuente es que hay un gran trecho entre lo que se declama corporativamente y los hechos, produciendo una contradicción que, tal como lo hace un cortocircuito, puede arruinar las mejores intenciones.

Resistencia al cambio: una cultura que teme o evita el cambio, inevitablemente queda estancada, perdiendo competitividad en un mercado en constante evolución. Es para prestar atención que no siempre la resistencia es de parte de los colaboradores, sino que hasta muchas planas directivas se oponen a lo nuevo.

Ausencia de colaboración: los silos departamentales y la falta de trabajo en equipo pueden limitar la innovación y la eficiencia. El trabajo en silos se refiere a compartimentos estancos, con estructuras rígidas y arcaicas propias de otros tiempos que provienen de la era industrial. Actualmente, las empresas más exitosas se mueven en sistemas circulares, colaborativos y donde no siempre quien dirige tiene que tomar todas las decisiones. Esto ayuda a empoderar a las personas, dándoles más autonomía y posibilidades de que desarrollen su potencial.

5 consejos para solucionar las fisuras en la cultura empresarial

A modo de una breve guía, aquí tienes cinco ideas para implementar de inmediato para revertir las fisuras en un proceso que necesita ser con continuidad, ya que de nada te servirá implementar acciones espasmódicas:

Mejorar la comunicación interna: un defecto de muchas compañías es darle más importancia a la comunicación externa (prensa, publicidad, el mercado en general), y muy poca a la interna. Es imperioso que se implementen reuniones breves regulares, anuncios oportunos, campañas dentro de la compañía, y utilizar la tecnología como aliada para que cada colaborador esté actualizado (y hasta contagiado entusiastamente). A la vez, hay que habilitar canales para que puedan compartir ideas, mantenerse al tanto de la visión de toda la empresa, y sumar feedback de calidad.

Revisar la estructura: así como un edificio requiere de análisis periódicos, las empresas deben relevar su cultura, los niveles de satisfacción de sus integrantes y las formas en que éstos contribuyen al crecimiento y desarrollo. A su vez, la empresa analizará si las personas están en sus posiciones adecuadas, y las dinámicas de liderazgo que, muchas veces, son las que drenan la energía y la capacidad de ejecución ágil de los proyectos.

Definir y compartir la visión y valores: lejos de ser enunciados fríos en la página web de la empresa, es importante que cada colaborador conozca y los haga suyos en el desempeño cotidiano. Puedes organizar talleres y sesiones informativas, colocar letreros y encabezar las capacitaciones con estos lemas y enunciados. De esta forma te asegurarás de que todos entienden y comparten la misión de la empresa. Otro aspecto relacionado es que necesitas detectar el propósito individual de cada colaborador, y ver con cuál puede coincidir con los de la empresa. De esta forma, es más sencillo lograr un mayor involucramiento.

Fomentar la adaptabilidad: especialmente en este tiempo vertiginoso, la fiebre del cambio es desconcertante para muchas personas. Aquí aparece un componente emocional que también necesita ser eficientemente encauzado desde cada empresa. Por ejemplo, no implementes cambios intempestivos dentro de lo posible. Por el contrario, sensibiliza a los equipos paulatinamente, ofrece formación y recursos para ayudarlos a adaptarse a nuevos procesos y tecnologías, y así estarás promoviendo una cultura de aprendizaje continuo y abierta a lo nuevo.

Promover la colaboración inter-áreas: no es novedad que hay sectores que no se soportan, lo que, por lo general, es originado en los mismos directivos. Es importante crear consciencia de la colaboración, para trabajar juntos y donde se observe claramente que todos salen fortalecidos. Una estrategia es que organices proyectos y actividades que involucren a diferentes departamentos para romper silos y fortalecer el trabajo en equipo. También sugiero intervenciones de coaching ejecutivo y mentoring profesional, al nivel de líderes, para establecer estos mismos lazos de colaboración que quieres ver entre los sectores.

Al final del día, una cultura empresarial sólida no es un lujo, ni algo que deben implementar las empresas grandes: es una necesidad para organizaciones de cualquier tamaño. Como un reloj suizo, cada engranaje debe funcionar en armonía para contribuir al éxito conjunto. Por eso, identificar y reparar estas fisuras a tiempo no solo evitará un colapso, sino que impulsará a tu empresa hacia nuevas alturas.

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