A tres semanas del descalabro del socialismo del siglo 21 en Venezuela, el pueblo sostiene su victoria del 28 de Julio (28-J) bajo el extraordinario liderazgo de María Corina Machado y el reconocimiento internacional del presidente electo Edmundo González Urrutia. La dictadura, con Nicolás Maduro como cabeza visible de la intervención internacional que sufre Venezuela, agoniza con falsificaciones, terrorismo de Estado y reactivación de la oposición funcional, para infundir miedo y desmovilizar al pueblo victorioso.
La lección de organización, persistencia y resistencia dada por los venezolanos al castrochavismo o socialismo del siglo 21 es la liberación de su Patria y de las Américas. La delincuencia organizada trasnacional lo sabe y por eso la dictadura de Cuba dirige y perpetra criminal batalla en Venezuela, porque de ella depende su sobrevivencia. Por eso los gobiernos para dictatoriales de Lula da Silva de Brasil, López Obrador de México y Petro de Colombia simulan y pasan vergüenza para sostener el oprobio; por eso las dictaduras extra hemisféricas de Rusia, China, Irán y Corea del Norte apoyan sin reservas a su plataforma. Pero no va más, el mundo civilizado ve con horror la intervención, la represión y el terrorismo de Estado infraganti, que es de tal impacto, que no se puede continuar con la simulación ni la complicidad.
Las dictaduras del socialismo del siglo 21 han sido derrotadas en Venezuela con impacto global y operan una estrategia interna e internacional de emergencia para retener el poder indefinidamente. Es la lucha por la falsificación de la narrativa, es el crimen organizado que no puede entregar Venezuela, porque eso es el principio del fin del sistema delictivo que manipulan con máscara de antiimperialismo.
El triunfo del pueblo venezolano del 28-J ha vencido y está desplazando al intervencionismo, al narcotráfico, al lavado de dinero, a la financiación de campañas políticas espurias en toda la región, al tráfico humano, a la protección de criminales, a la penetración de las dictaduras extra hemisféricas, al financiamiento y protección del terrorismo internacional, a la corrupción, a la impunidad y más. El frente es muy amplio y el objeto de la disputa es la libertad y la democracia de las Américas, es la prevalencia o derrota de los principios y valores de la civilización occidental versus el crimen organizado operado con disfraz de política socialista.
El pueblo venezolano liderado por María Corina Machado y representado por el presidente Edmundo González Urrutia tiene como armas la razón, las pruebas de una victoria contundente, su valentía, la sangre y sufrimiento de los miles de asesinados y torturados por la dictadura y los millones de exiliados. Han hecho lo increíble, lo imprevisto e inesperado, han derrotado a los dueños y manipuladores criminales del poder y de las elecciones. Le han ganado al sistema de la “dictadura electoralista”, han triunfado prácticamente sin oportunidades, han desnudado a la dictadura que solo tiene como respuesta más falsificación y más crímenes.
La dictadura en agonía insiste en el fraude electoral que ha perpetrado infraganti a vista de todo el mundo, pese a que el fraude está certificado por el Centro Carter, por decenas de países y por la prueba contundente de cerca de 600 mil venezolanos que hicieron control electoral. El crimen se atrinchera en la mentira y la sostiene con “terrorismo de Estado”, el método con el que Cuba detenta el poder hace más de 65 años y en Venezuela más de 25 años, que consiste en la “comisión de crímenes desde el poder para producir MIEDO EN LA POBLACION y de esa forma logar conductas de sometimiento”. Por eso Maduro ha dictado pública sentencia de prisión y muerte contra María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.
Parte del terrorismo de Estado es la difusión de noticias falsas y el retorno activo de la “oposición funcional” para asustar, desmotivar y desmovilizar al pueblo venezolano que está decidido a defender su triunfo, pero que puede ser dividido y amedrentado por los simuladores. Solo basta ver las redes sociales y los medios para encontrar oficiosos apologistas de la dictadura asustando a la gente, asesinando la reputación de Machado y González e incitando una nueva migración forzada y al abandono de la movilización. El momento pone en evidencia a los miserables mercenarios de la dictadura que otrora oficiaron de opositores y que hoy son operadores abiertos del sostenimiento del crimen que los beneficia con corrupción.
Los opositores funcionales han caído con la dictadura y agonizan con ella. Ya están siendo señalados y resisten a su fin que es la rendición de cuentas. Su trabajo vil consiste ahora en desmovilizar, asustando e infundiendo miedo a los venezolanos, para inducirlos a abandonar su triunfo del 28-J en beneficio de la dictadura y en perjuicio de los propios venezolanos y de todas las Américas. Pero no funciona, el liderazgo de Venezuela esta hoy en manos valientes e incorruptibles…”la libertad tiene nombre de mujer.”
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy