El socialismo del siglo 21 convirtió a Bolivia en la base de Irán contra las Américas

El régimen boliviano ha entregado el control del litio y el uranio del país a China, Rusia e Irán

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El ex presidente de Venezuela,
El ex presidente de Venezuela, Hugo Chavez, junto al ex presidente boliviano Evo Morales. Foto NA:Gonzalo Calvelo-El Dia/pl****

Con más de 300 presos políticos y sin ningún elemento esencial de la democracia en vigencia, Bolivia es la “dictadura invisible” o la “dictadura ignorada”, cuya tolerancia por las democracias trae gravísimas consecuencias para la paz y seguridad internacionales. El régimen boliviano es satélite del socialismo del siglo 21 o castrochavismo que bajo mando de Cuba integra Venezuela, Nicaragua, que ha convertido a Bolivia en narcoestado y en la base de Irán contra las Américas.

Por su posición geopolítica, geoestratégica y sus recursos naturales, Bolivia es un objetivo temprano y permanente de la dictadura de Cuba como operadora regional de la Unión Soviética en el marco de la Guerra Fría, lo que llevó la invasión guerrillera de 1967 que terminó con la muerte del Che Guevara.

La desestabilización y destrucción de la democracia en Bolivia fue un proceso trasnacional dirigido y operado por el hoy llamado socialismo del siglo 21 o castrochavismo, que con hechos históricos que se van esclareciendo, incluyendo la participación del descubierto espía de Cuba Manuel Rocha -que era el Embajador de Estados Unidos en Bolivia- con violencia y alevosía, llevaron al poder al jefe de los productores de coca ilegal y de cocaína Evo Morales, cuyos crímenes y procesamiento penal fueron protegidos por el exitoso espía quien además impulsó su candidatura.

Desde el golpe de estado del 17 de octubre de 2003, en más de dos décadas de la ruptura democrática en Bolivia han suplantado la Constitución Política del Estado mediante una inconstitucional “asamblea constituyente” que también suplantada sirvió de mascarón para que la intervención castrochavista creara el “estado plurinacional” imponiendo el sistema del “constitucionalismo dictatorial” de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El presidente de Cuba, Miguel
El presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel; el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega; el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el presidente de Bolivia, Luis Alberto Arce Catacora llegan al Palacio de la Revolución para asistir a una reunión con representantes del grupo ALBA en La Habana, Cuba, 14 de diciembre de 2022. REUTERS/Norlys Perez

El régimen de Evo Morales y Luis Arce no es nacional boliviano, es entreguista y de alta traición a la Patria, se trata de la expansión castrista “antiimperialista” del siglo pasado convertido con Hugo Chávez en castrochavismo en el siglo XXI, que ha puesto a Bolivia al servicio de las dictaduras, incluyendo su política exterior que responde al rumbo e intereses de la dictadura de Cuba, la dictadura jefe a la que Morales, Arce y todo su grupo deben la toma y permanencia en el poder.

La política exterior de la República de Bolivia fue sustituida por el castrochavismo con la “defensa de la legalización de las drogas” y la apertura e intensificación de “relaciones con dictaduras antiimperialistas” o anti Estados Unidos como son China, Rusia, Irán, Corea del Norte. Lo prueban el intercambio diplomático, propuestas y votaciones del “estado plurinacional”.

En el marco de la “Primera Guerra Global” que vive hoy la humanidad, Bolivia integra el grupo de las dictaduras. Respalda a Rusia en la invasión a Ucrania, depende de China a la que adeuda indeterminadas sumas cuya inversión no se puede justificar, y es la “Base de Irán” porque es el “lugar donde se concentra personal y equipo para, partiendo de él, organizar expediciones o campañas”. Por indicación del Cuba, el respaldo a Irán ha incluido la ruptura de relaciones con Israel y el apoyo al terrorismo internacional.

Bolivia en democracia NO tenía relaciones con Irán, las impuso Cuba y las abrió Evo Morales el 8 de septiembre de 2007. Desde entonces Bolivia es objeto de penetración religiosa, cultural, económica y militar por parte de la dictadura teocrática de Irán que “incluye el fortalecimiento de las redes de Hezbolá”.

Fotografía del aérea de una
Fotografía del aérea de una planta de litio en Colcha K (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

Bolivia es la base en la que Irán ha instalado la red de televisión “Abya Yala Televisión”; desarrollado “cooperación científica y cultural” que incluye “inversiones empresariales”; “presencia poderosa de representantes iraníes de las fuerzas revolucionarias”; “Irán estableció un hospital cerca de La Paz, tiene presencia en las universidades, así como una embajada desproporcionadamente grande”; en agosto de 2016 junto con Nicaragua y Venezuela crearon la “Escuela Antiimperialista del Alba”; en 2023 luego de la visita de Morales y Arce a Cuba se firmó el “acuerdo de cooperación militar estratégico con detalles desconocidos por ser secretos” pero “el gobierno e Bolivia admitió que el acuerdo con Irán incluye drones, lanchas y ciberseguridad”, y más.

La dictadura de Bolivia puso en marcha un proyecto nuclear en la ciudad de El Alto. El 29 de octubre de 2019 Morales anunció que “Irán ayudará a Bolivia con una planta nuclear”; la empresa rusa Rosatom instaló “la vasija que albergará el propio reactor nuclear cuya inauguración ha sido pospuesta para 2025″. El régimen boliviano ha entregado el control del litio y el uranio del país a China, Rusia e Irán.

La identificación de extranjeros como ciudadanos con pasaporte del estado plurinacional de Bolivia es parte de los servicios de la dictadura satélite al sistema de crimen organizado trasnacional, por ejemplo “como país del Mercosur los bolivianos tienen la capacidad de ingresar y residir en la Argentina hasta dos años, sin necesidad de acreditar ningún documento…”.

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