Kfir Bibas era tan solo un bebé de 9 meses cuando fue secuestrado junto con su hermano Ariel de 4 años, su madre Shiri y su padre Yarden en su hogar en el kibutz de Nir Oz, al sur de Israel.
Hasta el 6 de octubre a la noche, Kfir vivía feliz. Una familia a la que le gustaba celebrar todos juntos. Desde un Shabat hasta fiestas y cumpleaños. Sus abuelos, Margit Schneider-Zimmerman y José Luis Silberman, su tía Dana y su familia también eran parte del día a día en la vida de Kfir. Todos estuvieron cuando nació, acompañaron en su Brit Milá y en cada morisqueta simpática con las que fue comprando a cada uno.
Shiri, maestra jardinera, con alma materna como se vio en la imagen que recorrió el mundo cuando los secuestraban. Los abrazaba con una manta para protegerlos y para que no tengan frío en esa mañana.
Yarden, su papá, herrero, mecánico y agricultor, es quien aparece en esa imagen tierna jugando y haciendole cosquillas en la espalda a Kfir en uno de los tantos videos que circularon.
Ese 7 de octubre cambió la vida de Kfir. Aunque no se dé cuenta, a partir de ahora solo podrá ver a sus abuelos a través de fotos y videos. A medida que crezca, sus amigos le recordarán desde la inocencia lo que le pasó cuando apenas tenía 9 meses. Seguramente estará unido a su hermano de la manera más fuerte que puede estar.
Este 18 de enero, Kfir no podrá soplar su velita en brazos de su mamá, rodeado de su familia y sonriendo ante ese Iom Huledet Sameaj que le cantarían todos.
No sabemos qué pasó en estos 103 días. Con quién está, quién lo cuida, qué come, quién lo cambia y a quién responde; si está con su mamá Shiri y su hermano Ariel de la misma manera que cuando se fueron.
Kfir es el secuestrado más joven y, por ende, se ha hecho el más famoso. Su familia no sabe si eso es bueno o malo ante la crueldad de la organización terrorista Hamás.
Sus tíos y tías de Israel y Argentina hicieron numerosas acciones pidiendo por él y su familia para que los liberen. Junto a Ariel, son los únicos dos niños secuestrados que aún permanecen en Gaza.
Habrá actos en todo el mundo conmemorando su cumpleaños. Su familia preparará una torta con una velita, habrá adornos, globos y canciones. Solo faltará el protagonista, quien tiene que festejar su año.
Ojalá esté con su mamá y sea ella quien le cante el feliz cumpleaños. Para que cuando sea grande sepa que nunca le faltó el festejo. Aunque esta vez sea en un lugar donde no tenía que estar.
*Gustavo Szpigiel es Director de Vis á Vis