Crisis en Medio Oriente: un mensaje para los académicos

La carta “Sociólogos en solidaridad con Gaza y el pueblo palestino”, firmada por cerca de 1.700 académicos, candidatos para doctorado y otros no menciona ni condena el hecho de que Israel enfrentó una masacre monstruosa

Guardar
Osos de peluche que simbolizan
Osos de peluche que simbolizan rehenes y niños desaparecidos en el Monumento al Obelisco, en Buenos Aires, Argentina (REUTERS/Tomás Cuesta)

Las aberrantes declaraciones de Nicolas Maduro de Venezuela, Gustavo Petro de Colombia y el ex presidente Boliviano Evo Morales atacando a Israel y justificando a Hamas, más las acciones de Gabriel Boric de Chile de citar a su embajador en Israel, la condena de Alberto Fernández de Argentina a la operación israelí de autodefensa en Gaza y la decisión del presidente Boliviano Luis Arce de cortar toda relación con Israel, demuestra la tradición radical de la izquierda latinoamericana. Todo lo ven con los ojos maniqueos de blancos contra negros; opresores contra oprimidos; grande contra chico; rico contra pobre. Los israelíes representan a los primeros y los palestinos a los segundos.

Lamentablemente, estos torcidos líderes latinoamericanos encuentran eco en la academia occidental, incluyendo en América Latina, donde rígidos criterios académicos y científicos dan lugar a la propaganda.

Las actividades anti israelíes en las universidades y el apoyo al Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) están generalizadas. Esta campaña no sólo ha involucrado a estudiantes sino también a profesores, que se han suscrito a la noción de que el complejo conflicto palestino-israelí puede reducirse a un concepto maniqueo de débil versus poderoso. Además, ese enfoque delirante acabó exonerando a los palestinos y acusando a los israelíes aún luego de que se revelaran las atrocidades de Hamas, que destruyó comunidades, quemó familias, decapitó a bebés y secuestró a más de 240 hombres, mujeres y niños de todas las edades.

Un ejemplo es la carta “Sociólogos en solidaridad con Gaza y el pueblo palestino”, firmada por cerca de 1.700 académicos, candidatos para doctorado y otros. Del mismo modo, 100 profesores de la Universidad de Columbia firmaron una nota similar.

La carta de los sociólogos no menciona ni condena el hecho de que Israel enfrentó una masacre monstruosa, comparable a las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, la época medieval, y los salvajes pogromos de las primeras décadas del siglo XX.

Fuerzas israelíes en la frontera
Fuerzas israelíes en la frontera con Jordania

Al abstenerse de condenar a Hamas, estos académicos parecen justificar tal horror. Las Naciones Unidas adoptaron una posición similar. Sin embargo, esperamos más de eruditos pensantes que de una asamblea de naciones fallidas.

Pero lo más importante es que serios académicos deben comprobar los hechos o los matices antes de firmar resoluciones o cartas que sean producto de una campaña organizada.

Las diferentes declaraciones acusan a Israel de violaciones de todo tipo, mayormente inexactas (por ejemplo, el uso de fósforo por parte de Israel). También menciona el “genocidio” israelí sin considerar que, si Israel tuviera una intención genocida, Hamas habría desaparecido mucho tiempo atrás.

Hamas sabe muy bien que cuenta con declaraciones de apoyo como estas. El grupo terrorista provoca a los israelíes y confía en que académicos, medios de comunicación y otras entidades en occidente salga a comprender su accionar, más aún sabiendo que Israel respondería militarmente.

Lamentablemente sabemos que también intelectuales en América Latina, particularmente aquellos afiliados a la izquierda, comparten esta noción de la realidad, carente de matices. Lo vimos cuando Israel tomo medidas contra Hamas en el año 2021, donde figuras públicas acusaban a Israel falsamente de “crímenes indescriptibles”, basado en información que provenía de Hamas. Pero incluso recientemente uno de ellos se refirió vulgarmente a Israel como un régimen “Neonazi”.

Manifestantes asisten a una protesta
Manifestantes asisten a una protesta en apoyo de Israel y los rehenes secuestrados por el grupo islamista palestino Hamas en Londres, Gran Bretaña (REUTERS/Hollie Adams)

La masacre del 7 de octubre fue el acto máximo de crueldad que reveló al mundo la naturaleza del grupo. Así como Estados Unidos procedió a eliminar a Al Qaeda después del 11 de septiembre, Israel legítimamente está tomando medidas para destruir a Hamas.

Si a alguien se le ocurre que Hamas busca una solución al problema palestino, no ha revisado los hechos. No se trata ni de colonias, ni de ocupación. Desde los tempranos años 90 Hamas ha saboteado el proceso de paz mediante ataques terroristas en el corazón de la población israelí e intimidaron a la Autoridad Palestina, que negociaba la paz. Es por eso por lo que los dirigentes palestinos rechazaron las concesiones territoriales que Israel ofreció, incluida Jerusalén Oriental y la creación de un Estado palestino en varias ocasiones.

La actitud de rechazo de la Autoridad Nacional Palestina hacia estas múltiples ofertas se debe a su incapacidad para ejercer control sobre la población en los territorios palestinos, particularmente debido a la amenaza del subversivo y bien armado Hamas que constituye una alternativa islamista esperando destituir a la Autoridad Nacional Palestina en la primera oportunidad. Al no poder ejercer el monopolio de los medios de violencia, la Autoridad Palestina ha preferido el status quo y la cooperación en materia de seguridad con Israel para no sucumbir a un golpe de Hamas.

Cuando el proceso de paz se desmoronó debido a la violenta segunda intifada iniciada por Hamas, Israel decidió retirarse unilateralmente de Gaza (2005) para comenzar una separación de los palestinos. La Gaza desocupada se convirtió en una base de lanzamiento de misiles contra Israel y una amenaza para la Autoridad Palestina, la cual efectivamente sucumbió ante un violento golpe de estado propiciado por Hamas.

Sobrevino el terror, y esto justificó la continuación del bloqueo no sólo por parte de Israel sino también de Egipto.

La ONG Río de Paz
La ONG Río de Paz coloca banderas israelíes y fotografías que simbolizan a las víctimas en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, Brasil (REUTERS/Ricardo Moraes)

“La ocupación” se ha convertido en un cliché que muchos invocan, pero muy pocos lo entienden en todos sus aspectos. La “ocupación” constituye un callejón sin salida para los israelíes. Si Israel se retira de Cisjordania, como lo hizo en Gaza, corre el riesgo de sufrir nuevamente más ataques terroristas contra su población, precisamente porque la Autoridad Nacional Palestina no tiene suficiente poder para combatir la sedición de Hamas.

Estoy de acuerdo con quienes critican al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y la política de asentamientos por considerarla inútil y contraproducente. Sin embargo, es claro que el colapso del proceso de paz se debe principalmente al caos interno y la bicefalia del poder soberano en los territorios palestinos.

El objetivo de Israel de eliminar a Hamas es legítimo. En el pasado, Israel se abstuvo de hacerlo y el grupo violó repetidamente los altos el fuego. Ahora se hace imposible mantener las políticas de contención anteriores.

Es precisamente el hecho de que Israel considerara las vidas de civiles lo que permitió que Hamas sobreviviera en el pasado. Pese a los gritos histéricos del ministerio de salud controlado por Hamas, el número de víctimas o es exagerado o también cuenta los terroristas que Israel eliminó en Gaza y en territorio israelí el día de la masacre. Cuando hablan de niños muertos recordemos que Hamas recluta terroristas que son menores de 18 años, como lo vimos en un reciente ataque en Jerusalén Oriental y en otros múltiples ataques.

Aquellos que suman sus voces de condena a Israel no están informados o tienen información parcial. El sesgo ideológico es algo que se le puede perdonar a jóvenes estudiantes, pero no a profesores de ciencias sociales o a curiosos periodistas. La academia politizada desprestigia y traiciona una rica tradición de profundo pensamiento

Por último, recalco que la desaparición de Hamas puede eventualmente contribuir a un acuerdo de paz. Yo ya traté el tema de un posible orden posterior a Hamas en otro artículo.

Guardar