Luego de la participación masiva (casi 2.5 millones de venezolanos) en las primarias opositoras donde fue electa María Corina Machado como candidata presidencial de las fuerzas democráticas, es oportuno entender el verdadero rol de la diáspora para el venidero proceso electoral de 2024 en Venezuela.
Si bien siempre lo fundamental es lograr que podamos votar todos los venezolanos sin importar en qué parte del mundo estemos, hay también otros aspectos que son tan importantes como el acto de votar y que, si los organizamos y planificamos con tiempo y esfuerzo, podrían llevar a la diáspora a convertirse en un arma secreta para ganar la elección presidencial.
Utilizando el exitoso evento de las primarias como un ejemplo, vale la pena ilustrar cuáles son estos aspectos y roles multifacéticos de la diáspora que merecen especial atención.
1. La diáspora como visualizador y recordatorio constante del deseo de libertad
La diáspora ha servido para dar a conocer y recordar constantemente en el mundo entero la lucha que se libra en Venezuela por alcanzar la libertad. Con la pasada elección primaria, los venezolanos hemos visualizado el éxito y redoblado nuestro compromiso de lucha, algo que la diáspora debe comunicar por todas las vías posibles para inspirar la solidaridad y el apoyo internacional. En la medida que la diáspora transmita esta visión e ideas de libertad, mayor probabilidad de éxito tendrá la lucha que tendremos que dar por alcanzar las condiciones electorales que posibiliten un cambio pacífico hacia la democracia.
2. La diáspora como motor de la movilización local
La diáspora no solo moviliza fuera sino dentro del país, así quedó demostrado en la elección primaria. Fueron miles los que desde el extranjero llamaron a sus familiares el pasado 22 de octubre en Venezuela para pedirles que fueran a votar. La voz de un familiar o de un amigo siempre es más poderosa que cualquier otra. ¿Se imaginan lo que sería convertir a cada exiliado en un movilizador del voto 1x10 dentro de Venezuela? La influencia de las historias, noticias y preocupaciones compartidas con amigos y familiares ayudaría a mantener viva la llama de la resistencia. La diáspora puede convertirse en un motor de la movilización no solo para el día de la elección, sino también para la inscripción en el registro electoral, por ejemplo.
3. La diáspora como un comunicador en tiempo real
En un entorno caracterizado por la censura y la desinformación, la diáspora venezolana se ha convertido en una fuente vital de información precisa para quienes están en Venezuela. A través de las redes sociales y otras plataformas, han proporcionado actualizaciones en tiempo real sobre lo que verdaderamente sucede en Venezuela. Su labor ha sido esencial para combatir la propaganda y tergiversación del régimen. Quedó demostrado durante la primaria y se debe maximizar de cara a las presidenciales
4. La diáspora como millones de embajadores de la causa
La diáspora venezolana ha asumido el papel de embajadora de la causa en los países donde residen nuestros nacionales. Han comprometido a líderes y autoridades a nivel internacional, buscando apoyo para la lucha por la libertad en Venezuela. Su trabajo diplomático ha sido fundamental para mantener la atención de la comunidad internacional en la crisis venezolana. En el caso de las primarias, por ejemplo, en los Estados Unidos, recibimos respaldo de senadores, congresistas y alcaldes. Este trabajo de diplomacia ciudadana debe profundizarse con el objetivo primario de lograr condiciones justas para que las elecciones presidenciales sean verdaderamente libres y transparentes. El compromiso de las autoridades de cada país será importante en construir esa presión internacional sobre el régimen.
5. La diáspora como soporte financiero
La diáspora, con las remesas que envía, puede ayudar a fortalecer las actividades de campaña, convirtiéndose en aliado firme de todas las personas que estarán en cada centro de votación. Tomando las experiencias de distintos países, como por ejemplo Estados Unidos, con la construcción de una plataforma de campaña confiable, los exiliados podrían convertirse, con muy poco (5 dólares, por ejemplo,) en una fuente de financiamiento seguro e inobjetable para los esfuerzos que encabezará la candidata presidencial democrática.
El papel desempeñado por la diáspora venezolana, reflejado en estos aspectos clave de las primarias, debe ser visto como un arma excepcional y única que nunca antes había sido tan influyente. Por primera vez en nuestra historia, Venezuela se encamina hacia un proceso electoral con alrededor del 20 por ciento de su población, unos 7 millones de ciudadanos, viviendo en el extranjero. Esto representa un potencial sin precedentes y podría convertirse en el arma secreta de Machado y las fuerzas democráticas para las elecciones presidenciales de 2024.
*Carlos Vecchio es Exembajador de Venezuela ante los Estados Unidos