La lucha contra el terrorismo no puede reemplazar la búsqueda de la paz

Nuestra amistad y solidaridad con el pueblo israelí nos obligan a hacer este llamamiento: Israel no debe caer en la trampa de Hamás

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Una bandera israelí ondea frente a los restos de un edificio, tras el ataque de Hamas desde la Franja de Gaza, en el kibutz Beeri, en el sur de Israel (Reuters)
Una bandera israelí ondea frente a los restos de un edificio, tras el ataque de Hamas desde la Franja de Gaza, en el kibutz Beeri, en el sur de Israel (Reuters)

La situación en Oriente Medio es compleja, difícil. Está provocando tragedias espantosas, como lo  hemos podido comprobar una vez más en los últimos días. Tiene graves consecuencias para la  seguridad internacional. Tiene una resonancia particular en cada país. En este contexto, Francia tiene  una voz especial. Una voz que nace de una larga historia que nos confiere una responsabilidad. Una  voz que no ignora ninguno de los sufrimientos y defiende siempre la exigencia de justicia y de respeto  del derecho humanitario.

El mes de octubre estuvo marcado por un nuevo estallido de violencia en Oriente Medio. Una violencia  indiscriminada de una brutalidad sin precedentes.

El 7 de octubre, Hamás y la Yihad Islámica perpetraron un brutal atentado terrorista contra el Estado  de Israel. Cientos de civiles fueron masacrados. Se cometieron crímenes aberrantes. Cada día reveló  su cuota de atrocidades: el salvaje asesinato de jóvenes en un festival en el desierto; los horrores  perpetrados en kibutz, como en Beeri, Kfar Aza y Reim; mujeres, hombres, ancianos y niños  secuestrados o brutalmente asesinados. En total, casi 1.400 personas murieron en los atentados  terroristas de octubre. Y aunque 2 rehenes estadounidenses fueron liberados, más de 200 personas  continúan cautivas. Entre las víctimas, 30 de nuestros compatriotas fueron asesinados y 7 siguen  desaparecidos. Este atentado no fue en ningún modo comparable a los episodios de violencia que  desgraciadamente se produjeron en la historia de esta región.

Este estallido de barbarie, ordenado y ejecutado por Hamás, muestra un cambio de naturaleza y de  escala. Se trató de una acción compleja y premeditada, dirigida a golpear el corazón de Israel y su  población.

Minimizar, justificar o incluso absolver el terrorismo significa aceptar que vuelva a atacar mañana, en  Israel, en Francia o en cualquier otro lugar. No podemos ser ambiguos ante tales crímenes. El  Presidente de la República Francesa ha declarado enérgicamente que Israel tiene derecho a la  seguridad.

Israel tiene derecho a defenderse conforme al derecho internacional. Y quienes confunden el derecho  de los palestinos a tener un Estado con la justificación del terrorismo cometen un error moral, político  y estratégico. No contribuyen en nada a la causa palestina. Frente al terrorismo, la única respuesta es  enfrentarlo en la unión y la solidaridad.

Seamos muy claros: los palestinos no son Hamás. Hamás no es el pueblo palestino. La Autoridad  Palestina es nuestro interlocutor legítimo, que lleva años luchando por la paz. Desde El Cairo y Amán,  el Presidente de la República Francesa recién reafirmó la necesidad absoluta de “un relanzamiento  decisivo del proceso político” y dijo con contundencia que el ataque de Hamás contra Israel “también  es una catástrofe para los palestinos”. Al actuar como lo hizo, Hamás expuso deliberada, criminal y  cínicamente a toda la población de Gaza. Utiliza a la población civil como escudo humano. Al actuar  así, Hamás está poniendo en peligro las esperanzas de paz que tanto necesitan los palestinos.

Si al comienzo de esta columna quise empezar recordando el trágico balance de los atentados  terroristas de este mes de octubre, si voy a mencionar a las miles de víctimas civiles en Gaza y la  espantosa situación humanitaria en la zona, es porque no debemos perder de vista la magnitud y la  gravedad de la crisis que se está viviendo. Ha muerto gente. Hay familias destrozadas. Es una tragedia.  Y las tragedias no se prestan a posturas ni a indignaciones de geometría variable. No hay víctimas  que deban ser lloradas menos que otras. No hay vidas que valgan menos que otras.

La situación, la tragedia y el catastrófico número de víctimas están provocando una profunda  indignación en todo el mundo. Pero ante la gravedad de la situación, debemos actuar con  responsabilidad. Son momentos que nos llaman colectivamente a ser prudentes y mesurados. No  perdamos esto de vista.

Desde el 7 de octubre, las autoridades francesas están en estrecho contacto con las autoridades  israelíes, con un mensaje claro: evidentemente Israel tiene derecho a defenderse frente al terrorismo.  Hay que preservar a la población civil. La respuesta militar debe respetar el derecho internacional, en  particular el derecho internacional humanitario. La población no debe pagar por los crímenes de los  terroristas. Nuestro país conoce demasiado bien el alto precio de los atentados terroristas. Y debemos  afirmarlo con contundencia: en la lucha contra el terrorismo, nunca debemos rendirnos.

Si hay que combatir el terrorismo, la respuesta de las democracias debe ser justa. Incluso en las  batallas más duras y encarnizadas, nunca debemos perder de vista lo que nos hace ser democracias:  nuestros valores, el respeto del Estado de Derecho y del derecho internacional humanitario. Nuestra  amistad y solidaridad con el pueblo israelí nos obligan a hacer este llamamiento: Israel no debe caer en la trampa de Hamás. Varios miles de palestinos han muerto en Gaza, muchos de ellos niños. Los  dos millones de habitantes de Gaza se encuentran en una situación extremadamente grave.

Estas miles de vidas perdidas. No las olvidamos.

En este contexto, Francia se ha movilizado en varios frentes y en los últimos días hemos tomado las  medidas urgentes e inmediatas que se requerían.

En primer lugar, actuamos desde el primer momento para garantizar la seguridad de nuestros  ciudadanos. Se activó inmediatamente una célula en el centro de crisis del Ministerio de Relaciones  Exteriores. Nuestro Consulado General en Tel Aviv y nuestro Consulado General en Jerusalén trabajan  día y noche para prestar apoyo a las familias de nuestros compatriotas desaparecidos o muertos en  los atentados. Nuestras embajadas en la región, especialmente en Beirut, Ammán y El Cairo, están  plenamente movilizadas. Por supuesto, estamos prestando una atención particular a las familias de los  desaparecidos. El Presidente de la República Francesa se entrevistó con ellas, al igual que la Ministra  de Relaciones Exteriores, Catherine Colonna. Estamos en contacto permanente con estas familias para  responder a sus preocupaciones. En cuanto a los rehenes, estamos haciendo todo lo posible para  obtener su liberación inmediata e incondicional.

Además, Francia también se moviliza para ayudar a la población de Gaza. En Gaza, tenemos que  hacer frente a la magnitud de la catástrofe humanitaria que se está produciendo. El acceso a los  servicios esenciales está prácticamente interrumpido. Escasean el agua, los alimentos y el combustible.  Nadie puede permanecer insensible ante este desastre humanitario.

Detrás del vértigo de los balances macabros, hay mujeres y hombres. Hay familias. No hay  nacionalidad, origen o religión que sirva para medir la gravedad de los hechos cuando mueren civiles.  Cada vida civil perdida es un fracaso para la comunidad internacional. El pueblo palestino no puede  ser abandonado a su suerte.

Nuestra solidaridad con ellos no puede cuestionarse. Por eso pedimos una tregua humanitaria que  permita un acceso seguro e inmediato para el envío de agua, alimentos, combustible y ayuda  humanitaria y médica a Gaza. Este acceso debe estar bajo la égida de las Naciones Unidas y debe  garantizarse la seguridad del personal humanitario. Aunque dos convoyes han podido cruzar la puerta  de Rafah entre Egipto y la Franja de Gaza, queda todo por hacer para proporcionar a la población civil  una ayuda a la altura de la situación. La apertura del paso de Rafah sigue siendo muy limitada. Pedimos  que se abra la puerta de Rafah para permitir nuevos cruces.

Este fin de semana, la Ministra Catherine Colonna anunció en El Cairo el desembolso de un primer  paquete de 10 millones de euros de ayuda humanitaria de emergencia, que se canalizará a través de  las agencias de Naciones Unidas (OOPS, PAM), el CICR y las ONG. En el marco de su gira por el Oriente  Próximo, el Presidente francés anunció otros 10 millones de euros, así como el suministro de más  apoyo humanitario, llevado por varios aviones franceses y un buque hospital. Pedimos una tregua lo  antes posible para que esta ayuda pueda llegar a quienes hoy la necesitan tan desesperadamente. Este  es un punto importante en el Consejo de Seguridad de la ONU, y Francia ha apoyado con este objetivo  el proyecto de resolución presentado por Brasil. Francia saludó el papel de la presidencia brasileña y  lamentó el fracaso de su proyecto de resolución. Trabajamos en confianza tanto con la diplomacia  brasileña como con la diplomacia argentina para pedir que se ponga fin a este período de violencia lo  antes posible.

Francia siempre ha apoyado a la población civil palestina. Ha aportado casi 100 millones de euros de  ayuda a los palestinos en 2022. Esta ayuda se concentra en sectores vitales: agua, salud, educación y  agricultura. Por otra parte, la Unión Europea es el principal proveedor de ayuda humanitaria a  Palestina. Y dentro de la Unión, Francia es uno de los principales contribuyentes.

Ante la emergencia, la Unión Europea dijo presente:

- se triplicó el monto de la ayuda humanitaria que envía a Gaza ;

- y dos vuelos han llevado más de 50 toneladas de ayuda a la frontera.

El tercer pilar de la acción de Francia es la movilización para evitar una confrontación regional. Desde  el 7 de octubre, el Presidente de la República, la Ministra de Relaciones Exteriores y el Ministro de las  Fuerzas Armadas intensificaron el diálogo con sus homólogos. Estos diálogos continúan. El Presidente  Macron y la Ministra Colonna viajaron a la región. Hemos participado en la conferencia de paz  organizada por Egipto. Francia se moviliza para lograr una solución duradera del conflicto, mediante el  establecimiento de un proceso político para una solución de dos Estados. Porque como bien sabemos, la lucha contra el terrorismo no puede reemplazar la búsqueda de la paz. No puede haber paz  duradera para Israel y los países de la región sin una perspectiva política para los Palestinos. La solución  es clara: garantías indispensables para la seguridad de Israel y un Estado para los Palestinos. Esta es la  línea que Francia ha defendido siempre y que seguirá sosteniendo. La seguridad duradera del Estado  de Israel, la lucha decidida para erradicar el terrorismo en la región y el respeto de las legítimas  aspiraciones de cada uno forman un todo indisociable. Los Estados de la región tienen una  responsabilidad particular a este respecto. El proceso de normalización de las relaciones entre Israel y  varios Estados de la región es deseable. Debe ir acompañado de un proceso político que responda a  las aspiraciones legítimas de Palestinos e Israelíes. Tenemos una gran responsabilidad y la asumimos.  Francia puede hablar con todos. Es amiga de Israel, amiga de los Palestinos y amiga de los países árabes  de la región. Es una posición independiente que siempre hemos asumido. Es una posición que nos  confiere un papel fundamental para ayudar a allanar el camino hacia la paz.

*Romain Nadal, Embajador de Francia en Argentina

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