Frente a la desagradable visita de Roger Waters

Ha desarrollado una obsesión en su activismo político en contra del Estado de Israel que exuda un profundo antisemitismo

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El flyer de la campaña
El flyer de la campaña

Roger Waters ha desarrollado una obsesión en su activismo político en contra del Estado de Israel que exuda un profundo antisemitismo.

A pesar de manifestar públicamente que no es antisemita, sus acciones lo califican como tal.

Al fin y al cabo, los abusadores jamás van a reconocer que abusan ni los estafadores nunca van a reconocer que estafan.

No vamos a ahondar en este artículo sobre cuán antisemita es quien se define como antisionista, pero quien públicamente defiende el principio de autodeterminación de todos los pueblos de la Tierra menos de uno solo, tiene problemas con ese pueblo. Y si se trata del Pueblo Judío, eso se llama antisemitismo liso y llano.

Tampoco es antisemita quien critique a Israel. Pero si esa crítica desconoce el derecho a existencia del Estado, justifica su desaparición, le otrorga un carácter maligno a cualquier medida que surja de Israel, la culpa de todos los males de la región o de la humanidad y utiliza un estándar distinto para juzgar a Israel y al resto de los países, eso es antisemitismo.

Roger Waters tiene una extensa y comprobada actividad en este sentido.

Creyendo que no estaba siendo grabado, en su última gira por América Latina, en Montevideo dijo: “Todos somos humanos, y… algunas personas son humanas de forma diferente de otras. Estos malditos (los judíos) nos matarán a todos. Van a matar a todo el planeta para cumplir con las profecías que ellos creen es su literatura divina. Ellos creen ser elegidos y ellos creen que su Dios ha decidido que ellos son muy especiales, que son excepcionales y ellos deben ser servidos por cada ser humano del planeta”.

Roger Waters

Es el principal activista que encabeza las acciones para que artistas no actúen en Israel. Primero por cartas y manifestaciones. Luego a través de organizar lo comúnmente se denominan “escraches”. En artistas jóvenes en sus primeros años de carrera, estas actividades tienen un efecto mayor, ya sea por violencia moral o generando miedo en el futuro que sus carreras pueden tener.

Ha desarrollado acciones tendientes a pedir que los equipos de fútbol israelíes sean expulsados de FIFA. Promueve boicot a intelectuales o académicos que visitarán Israel o provengan de Israel.

Ha declarado en organismos internacionales defendiendo la acción de grupos terroristas como Hamas y Hezbollah (quien organizó y ejecutó los dos atentados en Buenos Aires) justificándolos y disfrazándolos de organizaciones democráticas.

Sin embargo, como sus declaraciones en Montevideo, su antisionismo es una máscara detrás de la que trata de ocultar un verdadero antisemitismo.

En todas y cada una de sus declaraciones trata de cuidarse de separar el concepto “judío” de “Israel”, y cuando involuntariamente se le escapa, rápidamente y con una sonrisa cómplice hacia la cámara busca corregirse.

Pero son innumerables sus citas refiriéndose al “Lobby Judío” o “Lobby Israelí” como un sinónimo, dando por sentado un poder oculto de orden mundial, postura declarada abiertamente antisemita por la Definición de la IHRA:

Y en tres instancias en sus últimas performances, que se prevé que repetirá en Buenos Aires en noviembre próximo, lo hace explícito, por supuesto, bajo excusas.

Waters llega a disfrazarse con
Waters llega a disfrazarse con uniformes fácilmente identificables con los de los oficiales de las SS

1- La utilización de uniformes e imágenes que remiten al nazismo

En parte de la recreación de canciones pertenecientes a The Wall, obra de Pink Floyd con su reconocida participación, en que se refiere a la progresiva alienación del personaje principal, un artista de rock con un padre ausente por haber fallecido en la Segunda Guerra Mundial y una madre sobreprotectora (alusiones a su historia personal) en un líder de masas totalitario, toda la imaginería remite a la nazi; llega a disfrazarse con uniformes fácilmente identificables con los de los oficiales de las SS.

La sola puesta en escena de semejante parafernalia es chocante. Más aún si se intenta justificar el proceso que a una persona puede llevarlo a actuar de ese modo.

La actuación de Waters en Polonia fue directamente suspendida por este mero hecho. La que se hizo en el Mercedes Benz Arena de Berlín fue calificada como hiriente (y publicada en todo el mundo) y la de Frankfurt estuvo a poco de ser suspendida por esta misma situación.

El cerdo inflable
El cerdo inflable

2- El Cerdo Inflable

Remitiendo a un personaje llamado Algie de la obra Animals, también de Pink Floyd, Waters suelta sobre las cabezas de los asistentes a su show un remedo de cerdo inflable con visibles inscripciones de corporaciones. Una de ellas, pretende ser la Estrella de David.

No siempre fue así. Al principio, Algie no mostaba estos caracteres.

El objeto es una crítica al poder de dichas corporaciones pero en su intento compara grandes multinacionales con el judaísmo, identificándose con el signo referido.

La elección no es vana. Esta iconografía fue utilizada durante la Edad Media por los antisemitas para atacar al judaísmo a través de la llamada “Judensau” o “Cerda Judía”. Un animal impuro para la tradición y cultura judía es el elegido para representarla.

Además de ser absolutamente chocante para los miembros de la comunidad judía es ofensivo y discriminatorio en su mensaje.

El cerdo con mensajes
El cerdo con mensajes

Este hecho tiene una correlación jurídica en la Definición de Antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, (IHRA, por sus siglas en inglés), adoptada por la República Argentina mediante la Resolución 114/2020 del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La Definición, único estándar objetivo que permite identificar cuando estamos frente a un hecho antisemita y cuando no, a los efectos de trabajo del organismo de expertos que la creó, previó varios casos concretos.

Entre ellos sostiene que hay antisemitismo presente cuando:

“Formular acusaciones falsas, deshumanizadas, perversas o estereotipadas sobre los judíos, como tales, o sobre el poder de los judíos como colectivo, por ejemplo, aunque no de forma exclusiva, el mito sobre la conspiración judía mundial o el control judío de los medios de comunicación, la economía, el Gobierno u otras instituciones de la sociedad”.

El caso de Algie es un caso concreto. Identificar al judaísmo con el poder de corporaciones económicas o de la comunicación o un eventual poder mundial donde esta situación se configura.

El cambio de Algie para ser expresamente ofensivo con los judíos fue aún moderado.

Ha salido a la luz nueva evidencia de un correo electrónico en el que Waters se dirigía a su equipo de producción cuando planificaba el cambio. En él pretendía incluir expresiones como “Dirty Kike”, cuya traducción es Sucio Judío, siendo Kike la versión más agresiva, ofensiva y discriminatoria utilizada en el idioma inglés para referirse al judío inmigrante.

Eso no es todo, agregarle cerca de esa expresión “Follow the Money” (sigue al dinero) y “Scum”(escoria).

Por último proponía que mientras el cerdo sobrevolara el estadio, cayera sobre la gente papel picado con la forma de Estrellas de David, Esvásticas y Dólares. Nuevamente, igualar estos símbolos, es un acto que denota un profundo antisemitismo.

Cabe aclarar que su propia producción vetó estos cambios.

La comparación entre Ana Frank
La comparación entre Ana Frank y Shireen Abu Akleh

3- Comparación entre Ana Frank y Shireen Abu Akleh

Esta es la última incorporación de Waters en sus performances que busca demostrar lo sofisticado y retorcido que es su pensamiento y accionar.

En un supuesto homenaje a distintos caídos en la lucha por los derechos civiles, en el fondo de la pantalla da el mismo lugar, comparándolos, a Ana Frank y a Shireen Abu Akleh.

Ana Frank fue la adolescente judía que debió esconderse de los nazis durante la ocupación en Amsterdam por la sola razón de judía y que luego de descubierta fuera llevada a los campos de exterminio y muriera en Bergen Belsen.

Shireen Abu Akleh fue una periodista corresponsal de guerra de la cadena Al Jazeera que muriera en fuego cruzado en una operación entre las Fuerzas de Defensa de Israel y un grupo de terroristas palestinos pertenecientes a la milicia Jihad Islámica que habían atentado contra la población civil de Israel (a la que tienen como objeto fundacional extinguir por la fuerza).

Es bien sabido que ser corresponsal de guerra es una tarea altamente riesgosa y son muchísimos los que han fallecido en todos los conflictos armados. La cadena Al Jazeera cuenta en su historial con un número considerable de estos, mayormente durante la Guerra del Golfo o durante la Guerra Civil en Siria y en la década pasada con el avance del Ejército Islámico (ISIS) en Siria e Irak.

Pero la elección de Abu Akleh y ponerla en un nivel de igualdad con Ana Frank tiende a la más antisemita de las intenciones. Comparar a Israel con los nazis. Poner en un pie de comparación a quienes fueron sobrevivientes del mayor plan de aniquilación de un pueblo, mecánicamente premeditado y puesto en práctica con la defensa de una nación en un conflicto armado especialmente difícil de comprender.

Identificar a Israel con el nazismo es un perverso intento de justificar que estos debieron haber terminado la tarea de extinción de los judíos den la tierra y por otro lado, sostener que existe un igual nivel de crítica hacia la defensa que lleva adelante la nación judía porque se trataría de un intento racista planificado de extinción del pueblo palestino, lo cual no es para nada cierto.

La Definición de Antisemitismo de IHRA, ya citada más arriba, nos da otra sentencia sobre la calificación del hecho referido. En los ejemplos de trabajo sostiene literalmente que se está frente a una situación antisemita cuando se intenta “establecer comparaciones entre la política actual de Israel y la de los nazis”.

A esta altura, tanto el INADI argentino como el INDDHH de Uruguay han advertido sobre el antisemitismo de Waters. No buscamos de ninguna forma prohibir su derecho a actuar (como intenta hacerlo con quienes piensan distinto a él). Solamente evitar las tres manifestaciones antisemitas en su performance, o que se atenga él, su producción y el estadio a las eventuales consecuencias de su accionar.

*El Dr. Ariel Gelblung es Director del Centro Wiesenthal para América Latina.

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