No había pasado nunca. La destitución del portavoz de la Cámara, que equivale a su presidente, significa que no puede reunirse por ningún otro motivo que no sea nombrar al sucesor o sucesora, lo que tendrá lugar en una semana. Mientras tanto, total parálisis, para todo, incluyendo presupuesto, temas internacionales como Ucrania y nacionales como la crisis de inmigración. Nada de legislación.
Además, fue el fruto de una rebelión interna. Ocho, si ocho representantes republicanos lo consiguieron, argumentando que fueron engañados por el destituido Kevin McCarthy, quien había sido electo para el cargo después de 15 votaciones en enero de este año 2023. Esa vez fueron entre diez y doce. Ahora 8, ocho de 435 miembros.
Este cargo es de extrema importancia ya que de esta Cámara sale la aprobación de todos los gastos del gobierno de USA, incluyendo los de la Casa Blanca. Coincidente con la filosofía general del país, cada miembro del Congreso tiene poderes individuales que se expresan en esta votación, como también en el Senado, donde un senador en particular puede paralizar el nombramiento de embajadores o de altos cargos de las fuerzas armadas, como de hecho ocurre.
Este poder viene además de cuan estrechas son las mayorías. La votación para derribar a McCarthy fue de 216 contra 210 que da cuenta de la importancia de esos ocho votos. También lo fue para los demócratas en el gobierno de Trump (que también tuvo su cierre del gobierno por el presupuesto), lo que explica el manejo que hizo la entonces portavoz (presidenta) Nancy Pelosi, de conceder todo lo que solicitaron los integrantes de un pequeño grupo de militantes de izquierda, conocido como el “squad” (equipo o pelotón).
Este grupo republicano ha recibido variados nombres y calificativos, algunos equivocados ya que no es uno homogéneo, y a su interior hay quienes esgrimen desde razones religiosas hasta libertarias, y, de hecho, quien encabezó la revuelta anterior, esta vez apoyó al derrotado. El denominador común es que todos califican a la deuda pública como el mayor problema del país, y quisieran ver una paralización total del gasto, que se ha incrementado notoriamente bajo Biden.
Este es un tema importante para mucho votante republicano, pero en esta oportunidad hay una mezcla de motivaciones, ya que el que encabezó esta votación es Matt Gaetz (Florida), quien al parecer tenia un problema personal, porque McCarthy no le habría dado suficiente apoyo cuando fue llevado a la Comisión de Ética, y también a una investigación del FBI, de la cual fue absuelto.
Sea un tema personal o no, detrás esta el problema real de la deuda, aunque la excusa dada al interior de los republicanos fue que McCarthy habría negociado con Biden y por lo tanto, no habría cumplido con ellos la promesa hecha para obtener el cargo.
En todo caso, el mensaje que se envía es malo para USA, que llegar a acuerdos políticos se castiga con la destitución en los republicanos, a lo que colaboran los propios demócratas al no salvar con algunos votos al derrotado, aunque deben estar disfrutando este momento de sus rivales. Equivocadamente, agrego yo.
Sin embargo, probablemente hubo alguna negociación, con toda seguridad iniciada en la visita que hiciera McCarthy a la Casa Blanca el 1 de febrero para discutir el “techo de la deuda”. El acuerdo, en todo caso, funcionó, ya que antes de la destitución, fueron votos demócratas los que aprobaron la legislación que amplió durante 45 días (ya están corriendo) la financiación del gobierno en termas claves, evitando por ahora su cierre, por ahora.
Como parte de la creciente mala gobernabilidad de USA, este tema se ha convertido en una especie de hábito, y el ultimo cierre de gobierno ocurrió bajo Trump, a través del control demócrata de la Cámara
En todo caso, en la votación contra McCarthy la Casa Blanca se mantuvo en silencio, probablemente esperando que se aleje el fantasma de una acusación constitucional, lo que no va a ocurrir, ya que la parálisis no afecta al trabajo de las comisiones, donde por ahora se ha radicado el tema.
Lo malo para la democracia y la política de acuerdos que antes caracterizaba a USA, es que el mensaje que se envía es negativo: McCarthy cayó por negociar. Es decir, lo que antes era un honor para un político, hoy es fuente de derrota y le cuesta el cargo.
Mas allá de los argumentos, la verdad es que nadie gana con esta situación de parálisis. En lo personal, cada vez me convenzo más de la latinoamericanización de la política de USA, un deterioro cada vez mas notorio, donde se aleja toda posibilidad de consensos, el centro político parece acorralado, la prensa se ha sesgado y abanderizado, se intenta que la justicia resuelva problemas que son propios de la política e instituciones como el Congreso se usan para fines que no les son propios, como está ocurriendo con los impeachments. También el uso de las votaciones para venganzas personales. Por, sobre todo, una inmensa polarización, y una especie de guerra cultural a nivel de la sociedad.
Para acuerdos políticos, quizás pudo haberlo logrado Biden en su inicio, a través de quienes servían de puente como el senador demócrata Joe Manchin, y hubo una oferta se senadores republicanos en los primeros meses, pero la Casa Blanca le dio un portazo.
Y ahora esto. Las preguntas clásicas de la ciencia política acerca de a quien le conviene y quien se beneficia, simplemente no tienen respuesta convincente.
Emoción sobre razón y narrativa sobre los hechos. Todos se perjudican. De partida, los propios republicanos, ya que su argumento de campaña era que ellos sabían gobernar, a diferencia de los demócratas, presentando como ejemplo el caos en la frontera sur del país. No hay duda, que el argumento ahora tiene menos adeptos.
Tampoco gana el grupo que lo promovió, toda vez que habrá una nueva votación, donde otra particularidad del sistema no solo podría salir electo un demócrata, sino que podría asumir alguien de afuera, que no ha sido electo para la Cámara, incluyendo al expresidente Trump. No creo que esté en sus planes, pero desde el momento que no lo prohíbe la constitución, podría ser.
Aparentemente quienes lo promovieron son personas enojadas, molestas con sus directivas, pero no siempre tienen trayectoria de ser activistas de causas conservadoras, al menos por sus votaciones, ya que al pedir el 100% de sus demandas, mas de una vez han terminado votando en contra de los avances logrados por el actual control republicano de la Cámara, es decir, en la práctica, poseen la mitad de 1/3 del poder político (no así el ejecutivo, no el Senado).
El único grupo que parece no tener planes para la próxima semana, es al parecer el que promovió la votación y derribó a McCarthy, aunque dentro de su acción extrema, han logrado apuntar a dos problemas, que USA hoy comparte con muchos otros países. El primero es la reacción ante el hecho, que para ser electos muchas veces se ofrecen o prometen cosas que no están dispuestos a cumplir (que van a consultar todo con este grupo y que no van a negociar con los rivales demócratas). Esta diferencia entre lo que se dice y lo que se hace, daña a la política como también a la democracia.
El segundo es el problema de la deuda, que se ha acumulado desde hace mucho tiempo, y es peligrosa, ya que se consumen recursos que supuestamente son para los nietos. No solo demócratas, ya que lo mismo ha ocurrido bajo gobiernos republicanos como los de los Bush y el de Trump, si bajo Trump también aumentó, aun si se le descuenta lo de la pandemia. De hecho, la última vez que el presupuesto se balanceó fue con Clinton.
Con esto hay temas internacionales que quedan en el aire, partiendo por el de los aportes a Ucrania, sin los cuales es difícil que Kiev pueda seguir adelante, ya que no solo el esfuerzo bélico, sino que el propio presupuesto del gobierno de Kiev depende de este aporte, probablemente un tema que estallará en la campaña presidencial, ya que no ha habido un verdadero debate en USA sobre la fiscalización de este aporte.
Curiosamente, quien ha estado muy tranquilo ha sido Trump, que no ha querido comprometerse en este lio interno. Quizás, una muestra de madurez para esta nueva postulación, quizás una oportunidad perdida para ordenar al partido.
Si no beneficia a los republicanos tampoco lo hace con los demócratas, que en menos de 45 días simplemente se quedan sin presupuesto. No beneficia ni a la democracia ni al sistema político que esté vacante un cargo de la máxima importancia, nada menos que el tercero en la línea de sucesión constitucional, después del presidente y la vicepresidenta.
Nunca había pasado. Un par de personas habían renunciado antes de perder la votación interna, y quien más cerca estuvo fue nada menos que en 1910, otro republicano, pero que, a diferencia de ahora, pudo retener su cargo.
McCarthy anunció que se retiraba de la carrera. Seguirá en la Cámara, podría haber vuelto a competir por el máximo cargo, pero seguramente esta experiencia lo convenció que no tiene los votos.
Una de las críticas a McCarthy fue que hubo semanas de vacaciones, donde si era urgente el tema presupuestario, debieron haber sido convocados a reunión. Quizás no estaba listo el acuerdo.
En todo caso, la próxima semana se reanuda la votación. Ahora, con toda seguridad habrá urgencia. Hay un interino que solo puede convocar para estas votaciones de nombramiento del portavoz.
Ya hay nombres para el cargo. Circulan entre seis y ocho, donde sobresalen dos que pudieron haber sido electos en vez de McCarthy en enero. Se trata de dos de trayectoria, como son los representantes Steve Scalise (Luisiana) o Jim Jordan (Ohio), o algún otro.
Quizás intervenga Trump. Quizás, siga ausente, ya que no tiene mucho que ganar en esta pelea. No lo sabemos.
Lo mas probable es que el cargo se nombre en votaciones sucesivas. Tampoco sabemos si los republícanos aprovecharán la oportunidad para ordenarse, tal como lo hicieron los demócratas contra Trump, todos sus sectores, desde los mas moderados hasta los más de izquierda.
¿Habrá alguna sanción contra estos ocho? Lo mas probable es que no, ya que tal como lo demostraron, sin ellos perderían su mayoría los republicanos. Quizás algo menor, como que alguno quede afuera de las comisiones, castigo que ya se ha utilizado. ¿Aprovecharán la oportunidad los demócratas? Seguramente no, ya que ello garantizaría que los republícanos se vuelvan a unir.
Por ahora, nada de que enorgullecerse. Es claro que ha perdido la democracia y la salud política de USA, que sigue dándome la razón en torno a su latino americanización, importando lo malo y no lo mejor de la política de la región.
¿Qué pasará? Quizás comprobemos nuevamente cuánta razón tenía el ex primer ministro laborista del Reino Unido Harold Wilson, cuando en 1966 le dijo a la BBC con relación a su futuro, que, en política, una semana era un plazo muy largo.
Y eso corre tanto para Kevin MacCarthy como para Matt Gaetz