En un informe del INEI, la inflación nacional subió 0,55% en abril. Si bien los precios siguen subiendo, lo que es normal, la tasa de crecimiento de los precios se ha desacelerado, los precios en marzo habían subido 1.25%. Aunque la inflación anualizada sigue bastante distante del rango meta del Banco Central de Reserva, las cifras del último mes nos dan esperanzas de que este indicador tendería hacia el rango meta a finales de año.
¿Qué otras razones tenemos para pensar que esto podría ser así? El Índice de Precios al Por Mayor (IPM) se ubicó en 4,24% en términos anuales, muy buen resultado, ya que en octubre del año pasado este índice era de 8,28% anual, incluso en el rubro de alimentos se superaba el 12%. El aumento del precio de los insumos se convertía en una fuerza subterránea, presionando a que los precios suban para los consumidores, como si fueran la lava de un volcán. Actualmente, los precios de los insumos han comenzado a descender, como, por ejemplo, el petróleo o el maíz, lo que va arrastrando al descenso del precio de la energía o de ciertos alimentos.
Otro elemento favorable para considerar es que, en el último mes, la inflación de Estados Unidos ha bajado a un nivel anual de 5%, dando mayor tranquilidad a la Reserva Federal, siendo menos probable aumentos continuos de la tasa de referencia en ese país, lo que da mayor tranquilidad a los inversionistas, los que seguramente irán por la compra de acciones o bonos, abandonando el dólar en alguna medida.
Igualmente, el Banco Central de Reserva del Perú, no ha descartado subir nuevamente la tasa de referencia, sin embargo, pareciera razonable suponer que ya hemos llegado al final del camino de la subida de tasas. Se esperaría que esta vez, sí suceda que la inflación tienda a acercarse al rango meta al finalizar el año.
Pero ¿qué podría complicarnos? El fenómeno El Niño Costero. Hasta marzo de este año, se hablaba de que el Perú crecería 1.9%, aproximadamente; sin embargo, este valor no registraba los fenómenos medioambientales. Hace algunas semanas, el ministro de Economía, Alex Contreras, señalaba que de darse trastornos climáticos semejantes a los del 2017, las pérdidas podrían ascender a 18,600 millones de soles, lo que representaría el 2% del PBI. Por lo tanto, los números finales sobre el crecimiento nacional para este año y sobre la inflación, han pasado a tener una gran dependencia de lo suceda en el país.
Ciertamente son tiempos muy volátiles. Aún hay cierta vulnerabilidad y, por lo tanto, lo mejor será siempre estar con los pies bien puestos sobre la tierra, con mucho control sobre el flujo de caja de las organizaciones y con mucho control sobre el endeudamiento, ya que, si bien la tasa de inflación iría bajando, es probable que las tasas bancarias aún se mantengan altas, precisamente porque los riesgos todavía no están bajo control. Nos queda seguir dirigiendo el barco con las manos muy firmes sobre el timón.