Ya se han cumplido más de 100 días de la gestión del alcalde Rafael Lopez Aliaga al frente de la Municipalidad de Lima y está muy lejos de las expectativas que él mismo generó en campaña.
El burgomaestre marcó su campaña bajo el lema de “Lima, potencia mundial”, algo de lo cual estamos remotamente cerca. Estos tres meses dejaron en evidencia su falta de liderazgo necesaria para administrar una ciudad tan compleja como Lima.
A inicios de año, el alcalde comenzó su gestión con el despido de aproximadamente 700 profesionales, entre locadores de servicio y personal CAS, incluyendo madres gestantes y lactantes, según denunciaron. Esta terrible decisión terminó siendo revertida parcialmente luego de las denuncias ejercidas desde diversos medios de comunicación y el oficio N° 000753-2023-SERVIR-GDSRH de la Autoridad del Servicio Civil - SERVIR, recomendando iniciar un proceso administrativo sancionador “a los funcionarios y/o servidores involucrados en las desvinculaciones irregulares”.
Una propuesta de campaña aún muy lejos de materializarse es el alquiler de 10.000 motos para la seguridad ciudadana. Vayamos a los números: el presupuesto de la Municipalidad de Lima se divide en 73%, aproximadamente, destinado para gastos operativos; 14% es para pagar una deuda heredada de la gestión de Luis Castañeda Lossio (y que nos hace pagar más de 145 millones de soles a los bancos), y, finalmente, casi 13% para gastos de inversión. ¿De dónde pretende sacar el presupuesto no solo para alquilar las motos, sino además para pagar sueldos de 10.000 serenos adicionales al mes y gastos diarios por combustible para 10.000 motos?
Hay otras formas más costo-eficientes para combatir la inseguridad ciudadana como, por ejemplo, el patrullaje individualizado, que contempla la compra del día de franco del personal policial para que acompañen la labor del sereno y, con ello, se puedan realizar intervenciones.
Otra acción aún pendiente es la central integrada de videovigilancia de Lima, para poder hacer un mapa y ruta del delito en Lima Metropolitana, además de luchar contra las mafias que operan impunemente en el Cercado de Lima; esto se puede realizar a través de un trabajo conjunto entre la Gerencia de Fiscalización de Lima Metropolitana y la Policía.
¿Qué espera el alcalde para combatir las mafias en jirón Puno, jirón Ayacucho, jiron Zepita, jirón Azángaro o la avenida 28 de Julio (en La Victoria - Gamarra)? Solo hace falta voluntad política.
Rescato de estos 100 días, el fortalecimiento que ha tenido el sistema de voluntariado de Lima Metropolitana, la promesa del SISOL-VET y la continuidad de las acciones de forestación urbana, aunque respecto a este último punto estas acciones de forestación se enmarcan sobre el Acuerdo de Concejo N.° 365 - 2022, que fue aprobado el año pasado como mi propuesta, asumiendo el compromiso institucional de la plantación de un millón de árboles para el período 2023-2026, luego de un ejercicio de planificación junto a SERPAR.
Al alcalde López Aliaga aún le quedan 3 años y 8 meses de gestión. Puede y debe ser ambicioso con sus propuestas, las cuales deben ser realistas y técnicamente viables; en caso contrario, pasará a ser uno más de los políticos mediocres que ya tanto nos han decepcionado.