Algunos funcionarios militares del Pentágono han comenzado a efectuar observaciones sobre la estrategia de seguridad nacional del presidente Joe Biden. Fuentes cercanas al ámbito militar estadounidense han filtrado las primeras críticas a la administración. Los cuestionamientos, aunque no han sido masivos, refieren a la idea errónea que estaría evaluándose en el Salon Oval y que se relaciona de forma directa con la búsqueda de una salida para que Putin pueda sobrevivir al final de la guerra en Ucrania.
Estos rumores sobre modificaciones en el enfoque de la administración cambian el plan expresado por el presidente en su fuerte discurso de Varsovia en marzo de 2022, cuando afirmó categóricamente que Putin “no podía continuar a cargo del poder en Rusia”. Sin embargo, si la estrategia actual del presidente es permitir la permanencia de Vladimir Putin en el poder luego de la guerra, nada será mas estéril en materia de plan de paz de cara al futuro considerando otros potenciales conflictos en curso.
La prensa estadounidense cercana a la administración ha restado gravedad a cualquier cambio estratégico en relación a Ucrania y comenzó a hablar de un nuevo enfoque del presidente Biden, ese enfoque se relacionaría con dejar hacer y permitir que la guerra se extienda en el tiempo como una nueva opción para llegar a la paz. Sin embargo, la cadena CBS ha llamado al posible nuevo enfoque “paz Chamberliana” de nuestro tiempo, en alusión al ex primer ministro britanico Neville Chamberlain.
Muchos expertos militares creen que si realmente hay un cambio de estrategia que apunte a prolongar la guerra para alcanzar la paz eso no funcionará, y una posicion de esa naturaleza fortalecería a Putin. Al respecto, Jonathan Sweet, un coronel retirado del Ejército que prestó servicios por 30 años como oficial de inteligencia militar, recordó las palabras de George Patton, cuando el célebre general sostuvo en su tiempo que la paz perpetua es un sueño tan inútil como lo es la guerra perpetua en la búsqueda de la paz. De allí que Sweet sostuvo que el presidente Biden debe enfocarse definitivamente en una victoria ucraniana.
Para otros especialistas en defensa, la invasión rusa que dio lugar a la guerra en Ucrania se está convirtiendo en un tablero ajedrecístico y todo hace presumir que la partida se prolongará. No obstante, y según las piezas del tablero vayan moviéndose, aparecen interrogantes que van acrecentando dudas sin que el presidente Biden o el presidente ruso, Vladimir Putin, se muestren buscando poner fin a la partida de ajedrez para alcanzar su propio jaque mate que les permita ganar a alguno de los dos.
En ese marco, varios analistas de la OTAN sostienen que Putin es sumamente hábil para explotar el error de la estrategia de Biden en su gestión de la guerra, la que ya no se enfoca sólo contra Kiev y va también contra Occidente y la comunidad internacional conformada desde la Segunda Guerra Mundial.
“La estrategia de Biden en desarrollar un eventual plan de guerra prolongada en la creencia de que así forzará a Rusia a ir a una mesa de negociaciones es un error táctico y estrategico grave que no va en consonancia con los intereses nacionales estadounidenses”, declaró el gobernador de la Florida Ron DeSantis a la cadena CBS.
Es claro que el líder ruso necesita tiempo para reponerse de sus pérdidas y es muy claro que cree que la táctica de la administración Biden se adapta mejor a la propia estrategia del Kremlin de prolongar su llamada “operación militar especial para desnazificar Ucrania”. En consecuencia, al mantener a Ucrania en un limbo de no a la guerra y no a la paz, Biden está regalando a Putin la oportunidad de capitalizar en su beneficio batallas descarnadas, como los combates aún en curso en Bakhmut. Lo cierto es que los elementos que muestra la administración parecen ir en línea con la estrategia de la OTAN de buscar “administrar y controlar” la guerra en lugar de ir en busqueda de dar el “jaque mate” final a Putin, quien ya ha demostrado no tener planes de perder esta guerra.
Otro aspecto que muestra la estrategia de la administración demócrata tuvo lugar durante la primera semana de marzo cuando una de las funcionarias de mayor confianza del presidente Biden, Avril Haines, directora de inteligencia nacional concurrió a una audiencia en el Senado y culpó a Putin de prolongar la guerra, al tiempo que indicó que una estrategia de ataques y breves pausas en los combates puede ser la mejor y opción para neutralizar los intereses estratégicos rusos en Ucrania, la funcionaria agregó que eso puede extenderse en el tiempo. Ante ello, un bloque de senadores republicanos que exige más firmeza en Ucrania apuntó al presidente indicando que Putin está utilizando el tiempo que una estrategia equivocada de Biden le otorga para reponerse, fortalecerse y agregar capacidades militares mientras Washington y la OTAN discuten si proveen o no cazas de combate F-16 y otros equipos militares para lanzar una ofensiva por tierra y aire sobre las tropas de de Moscú que a su vez está utilizando a su favor el tiempo que se le otorga para fortalecerse en el campo de batalla. No obstante, en materia de una estrategia de seguridad global estadounidense, el plan del presidente Biden frente a Putin no está enfocado ni acotado al Kremlin. Hay otros jugadores relevantes en el tablero internacional como el líder chino Xi Jinping, que ve una gran oportunidad para explotar la aparente falta de decisión o voluntad de Biden en la búsqueda de una victoria final sobre Rusia como una muestra de debilidad de Estados Unidos ante un eventual conflicto en Taiwán.
Por otra parte, al ayudar a Rusia con sistemas de armas y logística, China mantiene a Putin controlado a medida que el conflicto se prolonga en el tiempo. En consecuencia, mientras las tres superpotencias del mundo están abocadas a una guerra sin final a la vista, solo China está aportando una estrategia favorable a su jaque mate comercial global.
En realidad, el temor de Biden y la OTAN se fundamenta en cómo podría ser una Rusia derrotada y el nivel de caos que pueda emerger en la era post Putin. Mientras tanto, el Kremlin está jugando el juego de no perder la guerra, China lo sabe y Beijing apuesta a que Washington y la OTAN queden empantanados en el camino hacia ninguna parte de Biden, y si ello ocurre, entonces el camino de China para apoderarse de Taiwán quedaría allanado definitivamente.
No obstante, China no es el único país que se ve obligado a jugar en el tablero erróneo escogido por el presidente Biden. Hungría, Georgia, Moldavia y también Turquía son ejemplos de países de Europa del Este que están preparándose porque creen que la administración Biden no está dispuesta a ganar la guerra de Ucrania en forma categórica, y si Putin sobrevive o gana, esos países deberan lidiar con las consecuencias y la fuerza de una Rusia potente rodeando la geografía de sus fronteras.
Otras naciones observan que la estrategia de Biden involucra cada día más a varios países, pero al carecer de opciones para influir en su resultado ellos se mantienen al margen para preservar sus opciones futuras. En esa situación, India es el mejor ejemplo ya que necesita dejar de depender de Rusia, pero al mismo tiempo, la energía de Moscú es primordial para su propia economía. De allí que en lugar de mirar hacia Washington y Occidente, Nueva Delhi intenta superar éste tiempo de incertidumbre global marcado por el conflicto de Ucrania adoptando una posicion distante. Del mismo modo, los países de América Central y África que dependen de la generosidad económica de Putin se ven obligados a dejar la guerra al margen. Esto quedó de manifiesto en la última votación de la Asamblea General de Naciones Unidas a fin de febrero para exigir a Rusia el retiro de Ucrania donde 32 países se abstuvieron de votar contra Moscú, incluidos la India, Sudafrica y El Salvador.
Como sea, vista por fuera de la geopolítica, el cambio de posición de Biden está generando un alto costo en vidas humanas y si el presidente estadounidense insiste en su estrategia de ir en “camino a hacia ningún lugar”, la única certeza será que en la prolongación de una guerra convencional miles de seres humanos morirán. Y peor aún, la amenaza de destruccion a mayor escala puede aparecer sin previo aviso.
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