Descifrando el mensaje de los premios Oscar

La industria del cine es la joya de la corona del entretenimiento en Estados Unidos

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Jamie Lee Curtis, fila posterior de izquierda a derecha, Ke Huy Quan, James Hong, Jonathan Wang, Michelle Yeoh, y Stephanie Hsu. Daniel Kwan, fila de enfrente izquierda, y Daniel Scheinert, ganadores dle premio a mejor película por "Everything Everywhere All at Once" posan en la sala de prensa en los Oscar (Foto Jordan Strauss/Invision/AP)
Jamie Lee Curtis, fila posterior de izquierda a derecha, Ke Huy Quan, James Hong, Jonathan Wang, Michelle Yeoh, y Stephanie Hsu. Daniel Kwan, fila de enfrente izquierda, y Daniel Scheinert, ganadores dle premio a mejor película por "Everything Everywhere All at Once" posan en la sala de prensa en los Oscar (Foto Jordan Strauss/Invision/AP)

La industria del cine es la joya de la corona del entretenimiento en Estados Unidos y, aun cuando desde el punto de vista del público los deportes han logrado concitar mayor entusiasmo, el cine continúa siendo la fuente de refuerzo o corrección de los valores culturales del país. Facturando USD 7.300 millones de ingresos por taquilla en 2022, la industria cinematográfica es un poderoso difusor de valores, actitudes y modos de ver la vida. La ceremonia de reconocimiento al mérito de los trabajos que realizan los creadores, intérpretes y operadores de la industria es el acto de mayor brillo social en el país y con frecuencia imparte el tono de los debates político-culturales.

Iniciada en 1929 bajo el patronato del ídolo del cine mudo Douglas Fairbanks, la ceremonia de entrega de los premios de la Academia de Ciencias y Artes del Cine se ha constituido en una suerte de termómetro del sentir colectivo norteamericano. Así, al estallar la Primera Guerra Mundial, las ceremonias servían para promover el aislacionismo frente a una Europa que era vista como caótica. La Gran Depresión llevó al cine a proyectar las bondades de la solidaridad comunitaria y del patriotismo político, entendido este como el apoyo irrestricto a la naciente industria americana. Terminada la Segunda Guerra Mundial, el cine norteamericano se volcó sobre la develación de los crímenes del nazismo, el anticomunismo y la adopción de nuevas tecnologías para el hogar, el transporte y las comunicaciones. Comenzó su gran despegue internacional, cuyo foco geográfico era Europa. Los años sesenta fueron lienzo para los movimientos de protesta contra la guerra en general y la de Vietnam en particular. Las postrimerías del siglo XX hicieron de las ceremonias de entrega de los Oscars un canto a las posibilidades de progreso que representa el desarrollo tecnológico así como el inicio de la preocupación por la salud del planeta. En el siglo XXI, hasta ahora el foco principal había sido la lucha interna por alcanzar la diversidad social y la sustentabilidad del desarrollo. El centro geográfico regresó a Estados Unidos.

El Domingo 13 de Marzo los Premios Oscar fueron entregados en un marco que claramente anuncia un nuevo cambio en el foco geográfico y en el posicionamiento político. Ahora el interés de Estados Unidos se desplaza hacia Asia. Hollywood nos ha anunciado que ha dejado de ver a Europa como su mercado alternativo y se prepara con todos los hierros para iniciar un despliegue en Asia. Así se explica el número de premios otorgados a la película “Todo en todo momento y al instante”, cuyos protagonistas son artistas de origen asiático y cuya trama refleja mejor las opciones y dilemas abiertos a los pueblos de Asia en el actual proceso de modernización que vive el mundo. En el ámbito político se lanzó un grito de guerra al totalitarismo al premiar el documental sobre la lucha de Alexei Navalny contra Vladimir Putin. También fue patente el repudio a la guerra en la segunda película más premiada, “Todo Tranquilo en el Frente Occidental”, que es una nueva versión de la película ganadora del Oscar en 1930 y que estaba basada en una novela publicada en 1929 sobre los horrores de la Primera Guerra Mundial.

Hollywood anuncia así el advenimiento de una nueva era para Estados Unidos y para la industria. La de conquistar los afectos asiáticos y extirpar la guerra en occidente. Ambos destinos plantean verdaderos dilemas para aquellas regiones del mundo que no parecen estar en el centro de los quehaceres norteamericanos. Tendrán estas regiones que hacerse relevantes para Estados Unidos por la vía de la complementariedad económica o contribución a la extirpación de la guerra para poder atraer la atención de Hollywood.

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