El difícil reto de ser mujer y madre en el Perú

A nivel de política pública, se debe impulsar el reconocimiento de las labores del cuidador en el hogar; así como la universalización de programas de cuidado en centros infantiles, acompañamiento familiar y acciones que brinden soporte emocional a las familia

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Hay madres que quieren continuar
Hay madres que quieren continuar productivas para su familia y la sociedad, pero están limitadas de poder hacerlo. (Foto referencial/Andina)

Inés es madre adolescente con estudios inconclusos que migró a Lima hace más de tres años buscando un mejor futuro. A pocos meses de llegar salió embarazada y hoy es madre de una bella niña. Ella quiere trabajar y sentirse productiva, además porque hacen falta ingresos, pero es complicado con una pequeña en brazos. Cada vez que va a la calle a vender, el Serenazgo la reprende. Ella piensa que para alguien sin estudios y sin ayuda del Gobierno, es complicado salir adelante.

Martha es madre joven de una niña de un año que con la pandemia pudo adecuarse al teletrabajo, el cuidado de su hija y las labores de casa. Esto demandó que trabaje hasta tarde para que su jefe no notara que compartía su tiempo con el cuidado de su bebé. Recientemente, le confirmaron que tiene que retornar al trabajo presencial y no sabe qué hacer, pues no hay quien cuide a su niña; al trabajo no la puede llevar y los centros de cuidado que existen son altamente costosos para el presupuesto que ella tiene. Su pareja le ha dicho que renuncie o que busque otro que haga desde casa.

Dos realidades y un problema similar: el desarrollo personal. Madres que quieren continuar productivas para su familia y la sociedad, pero están limitadas de poder hacerlo.

Para entender ello, hay que revisar datos sobre las brechas de género existentes en Perú. Según el INEI (2022), en el área urbana 61 de cada 100 mujeres en edad de trabajar participaron en la actividad económica, de ellas, 78.8% trabajan en el sector informal.

Además, el 32,5% de las mujeres mayores de 14 no tienen ingresos propios, siendo esta proporción 2,3 veces más que los hombres (14,3%). Lo más significativo se presenta en las mujeres del área rural donde el 43,1% no tienen ingresos propios, mientras que en los hombres representa el 12,2%. Asimismo, el ingreso promedio de las mujeres representó el 69,6% del ingreso de los hombres.

Las mujeres trabajan 9 horas
Las mujeres trabajan 9 horas con 15 minutos más que los hombres, ya que se considera que su labor no termina en su trabajo e invierten. (Foto referencial/Andina)

El informe de brechas de género 2022 del INEI, señala que las mujeres trabajan 9 horas con 15 minutos más que los hombres, ya que se considera que su labor no termina en su trabajo e invierten, además, horas en la atención del hogar. Mientras los hombres dedican 15 horas con 54 minutos a la semana en actividades no remuneradas, las mujeres destinan 39 horas con 28 minutos; esto muestra que la mujer independientemente de las funciones o de su lugar en la familia, se encargan del trabajo no remunerado y de cuidar el hogar.

Considerando estos datos, el resultado de los indicadores de la Evaluación Continua de Impacto de la COVID-19 (ECIC-19) muestran lo siguiente en relación a la salud mental de las madres: 2 de cada 10 tienen indicadores de depresión o estrés; mientras que 8 de 10 tienen indicadores de ansiedad. Además, un 21% de madres no comparte la crianza y cuidado con algún miembro en el hogar y el 27% siente que es difícil cuidar al niño/a por estar trabajando o estudiando en casa.

¿Cómo aliviar estas desigualdades y reducir las brechas? Algunas acciones propuestas deberían buscar incorporar a las mujeres y niñas a la tecnología y la educación digital, así empoderarlas y crear soluciones más creativas que promuevan la igualdad de género y fomenten la inclusión de las mujeres.

Asimismo, se debe impulsar la creación de proyectos productivos que permitan el desarrollo de capacidades y de compatibilizar sus tiempos, considerando también un componente de coparentalidad, para equilibrar las horas dedicadas al cuidado del hogar.

A nivel de política pública, se debe impulsar el reconocimiento de las labores del cuidador en el hogar; así como la universalización de programas de cuidado en centros infantiles, acompañamiento familiar y acciones que brinden soporte emocional a las familias, principalmente a madres con niños pequeños. Todo ello con el fin de que las mujeres se sientan más apoyadas en la crianza.

Esta fecha es un momento importante para reflexionar; mirar el problema, y proponer soluciones que aseguren el rol igualitario de la mujer, la visibilidad de sus derechos y la ruptura de paradigmas.

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