La inteligencia artificial (IA) seguirá siendo una de las tecnologías más importantes de los próximos años. Implica la posibilidad de automatizar una serie de procesos en muchos sectores, destacando el sector servicios.
Así como otras revoluciones industriales complejas, la IA tendrá en los próximos años una revelación más nítida a nivel económico, productivo y laboral fomentando puestos que requieran aptitudes analíticas, intuitivas y empáticas(1). A medida que la IA avanza hacia un nivel superior, los roles más operativos irán migrándose hasta alcanzar el liderazgo en precios(2). Por otro lado, aunque la inversión es clave para alcanzar buenos resultados, las pruebas y participación del público es crucial. Al considerar que en países líderes de tecnología como Estados Unidos, Canadá o Reino Unido los niveles de acceso a internet alcanzan valores del 91% 92% y 95%(3), respectivamente, es fácil entender que la IA tiene un mercado amplio donde desarrollarse, retroalimentarse y expandirse. El nacimiento de distintas propuestas de servicios basados en IA no ha hecho más que despegar en los últimos años acercándonos más a ese futuro semi automatizado.
ChatGPT, un sistema de IA conversacional de la compañía OpenAI, ha acaparado titulares. Esta aplicación entiende el lenguaje y realizar proto conversaciones, atiende consultas y comprende distintos tipos de ideas o conceptos complejos mientras sigue aprendiendo en el proceso. La alta aceptación de ChatGPT generó algo de presión en Google, cuya ambiciosa propuesta se tradujo en Bard. Sin embargo, en una publicación oficial en Twitter del 6 de febrero Bard dió una respuesta imprecisa ante una consulta sobre los hallazgos del telescopio espacial James Webb. Este error llevó a que en los días siguientes las acciones de la compañía Alphabet de Google perdieran un valor de cerca de USD100 mil millones(4). Las IAs gráficas representan otra aplicación popular en redes sociales por la calidad y complejidad logradas desde solo consultas. Un ejemplo es la publicación en twitter de la revista turca Düşünbil Dergisi que modeló con IA imágenes realistas de cómo lucirían familias típicas de varios países(5). El gran potencial, y versatilidad de estas herramientas está fomentando su uso en paralelo en distintos entornos como redacción, investigación, atención al cliente, diseño, etc. Por supuesto, tambien existen propuestas orientadas a empresas para necesidades y procesos productivos más complejos como Alexa, Polly y Rekognition de Amazon Web Services, Watson de IBM y C3 AI Suite de C3.ai(6).
Sin embargo, la implementación de la inteligencia artificial conlleva distintos retos y riesgos. Los errores o los sesgos son el peligro más básico y uno de los más peligrosos por lo que la competencia se centra en alcanzar resultados precisos. Otro riesgo común es la ciberseguridad y la garantía de que estos sistemas o aplicativos no pongan en riesgo datos privados relevantes sobre el usuario o sus dispositivos como el modelo, dirección IP, credenciales guardadas, ubicación, o incluso otros archivos.
A medida se desarrollan nuevos servicios nuevas fisuras son encontradas y discutidas. Por ejemplo, a fines de 2022 se popularizaron las aplicaciones de edición de imágenes con IA de las cuales varias tenían cuestionables medidas de protección de los usuarios, incluyendo la riesgosa condición de que las imágenes creadas sean propiedad de la empresa(7). Un aspecto que gana relevancia es la regulación de las IAs respecto al uso del trabajo de terceros. Varios artistas digitales acusaron que servicios como Lensa, aplicación que crea y edita retratos con distintos estilos basados en fotografías, de “generar ganancias de material no reconocido ni recompensado”. Estos servicios usan redes neuronales como Stable Diffusion para que las IAs “aprendan” del contenido de LAION-5B, una base de datos de imágenes en línea que recoge miles de millones de imágenes de toda la web, que los artistas acusan de apropiarse de sus obras sin aviso. Un caso difundido fue el de la artista Kim Leutwyler quien, al buscar en la página haveibeentrained.com, pudo comprobar que muchos de sus retratos y obras estaban en la base de datos y fueron usadas para crear retratos en Lensa que replicaban su estilo(8).
Finalmente, no porque algo sea automatizable significa que lo óptimo es usar una IA, el toque humano sigue siendo (aún) importante y es un aspecto que resuena pues afecta la experiencia de los usuarios.
1. Carlos Flavián & Luis V. Casaló (2021). Artificial intelligence in services: current trends, benefits and challenges. The Service Industries Journal. Volume 41, 2021 - Issue 13-14. Pages 853-859. https://doi.org/10.1080/02642069.2021.1989177
2. Huang, M.-H., & Rust, R. T. (2021). Engaged to a Robot? The Role of AI in Service. Journal of Service Research, 24(1), 30–41. https://doi.org/10.1177/1094670520902266
3. Banco Mundial (s. f. a). Personas que usan Internet (% de la población). Grupo Banco Mundial. https://data.worldbank.org/indicator/IT.NET.USER.ZS
4. BBC (2023). Bard: el error del chatbot de Google que le causó a la compañía unas pérdidas de US$100.000 millones. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-64583401
5. Düşünbil Dergisi (2023). “Çeşitli ülke ve aileler. Yapay zeka modellemesi”. Twitter. https://twitter.com/dusunbildergisi/status/1621415305485369345
6. Law Marcus (2022). Top 10 artificial intelligence companies in 2022 | AI Magazine. https://aimagazine.com/top10/top-10-artificial-intelligence-companies-in-2022
7. Walker Liana (2022). Lensa AI magic avatars are appearing everywhere, but some say there are copyright and security concerns. ABC News. https://www.abc.net.au/news/2022-12-10/lensa-ai-magic-avatar-trend-explained/101757076
8. Cait Kelly (2022). Australian artists accuse popular AI imaging app of stealing content, call for stricter copyright laws. The Guardian. https://www.theguardian.com/australia-news/2022/dec/12/australian-artists-accuse-popular-ai-imaging-app-of-stealing-content-call-for-stricter-copyright-laws