La pandemia de COVID ha ocasionado cambios importantes en la educación mundial y los niños se están viendo profundamente afectados por esos cambios. De repente, los colegios cerraron, la vida diaria se paralizó, las familias se aislaron, vivieron situaciones complicadas y todos los estudiantes tuvieron que adaptarse a una nueva situación nunca experimentada.
No había receta perfecta para solucionar un problema que los países no habían previsto: tener que dar clase de forma virtual utilizando herramientas que no se habían usado hasta la fecha. Desde ese momento plataformas como Zoom sufrieron una transformación: en un solo día del mes de marzo de 2020 la aplicación se descargó 2 Millones de veces. En diciembre de 2019 tenía 10 millones de usuarios diarios y tres meses después la plataforma de video Zoom tenía 200 millones de usuarios diarios.
Las escuelas y colegios más innovadores a lo largo del mundo venían trabajando una transformación digital con los estudiantes, los docentes y las familias, incorporando dispositivos, conectividad e interactuando con las familias a través de correo electrónico o plataformas de intercambio de información, pero el resto de la educación mundial y en especial en Perú, no estaban preparados para ese cambio.
Forma parte de la esencia humana el contacto con otros niños y con los profesores, la naturaleza nos ha proporcionado hábitos de vida sociales y no podemos desarrollarnos de la misma manera estando en situaciones de aislamiento social que viviendo en contacto con los demás. La situación pandémica que vivimos hace dos años ha limitado el contacto de los estudiantes con los profesores y viceversa, lo cual no ha permitido conseguir algunos de los aprendizajes básicos y mínimos que necesitan los niños para su desarrollo académico y socioemocional.
Los primeros datos sobre el efecto y el impacto de los aprendizajes virtuales nos dicen que, en general, han resultado ser menos significativos en la medida en que los estudiantes no estuvieran comprometidos con los conocimientos adquiridos. En Perú se ha producido un retroceso de casi 10 años en los aprendizajes según estimaciones del Banco Mundial, lo cual amplia la brecha social y económica del país, obligando a retroceder a la casilla de salida para empezar a recuperar esos aprendizajes perdidos.
Algunas medidas para el año próximo que ayuden a paliar este retroceso serían que los currículos escolares prioricen las habilidades fundamentales (como lectura, escritura y matemáticas), que los maestros evalúen los niveles de cada alumno para determinar los efectos de la pandemia y que se implementen estrategias y programas específicos para no dejar a nadie atrás. La educación debe ser para todos.
Hoy se busca que el estudiante viva una experiencia de aprendizaje , mezclando la enseñanza más tradicional con los recursos digitales que le permita convertirse en un estudiante digital y para el docente es más complicado encontrar el equilibrio entre incorporar conocimiento de forma lineal sin diferenciar niveles de aprendizaje o incorporar acciones que le permitan un aprendizaje a medida para los diferentes niveles de estudiantes que encuentra en su salón, intentando no dejar a nadie atrás y por tanto buscando una universalización de ese aprendizaje.
En estos días se celebra el SIMO Educación, Salón Internacional de Tecnología y Educación, que se celebra en Madrid (España) desde hace más de 20 años, donde podemos visualizar algunas de las tendencias tecnológicas y digitales mundiales aplicadas a la educación que llegarán en un futuro más cercano en países más desarrollados y más lejano a países que todavía no tienen un modelo educativo consolidado.
Hemos podido ver como a partir del lema “del Aula digital al metaverso” empiezan a poner encima de la mesa de la escuela acciones como la inteligencia artificial( IA) , como la realidad virtual , junto a evolución de las pizarras interactivas convirtiéndolas en televisores táctiles que permiten al docente dirigir la clase con su celular desde cualquier lugar o como incorporamos el metaverso a la educación donde el alumno ya no solo es un receptor de información sino que le ayudará a asimilar conceptos y donde el docente potenciará su rol de acompañante más que de transmisor de conocimiento.
Todas estas innovaciones no llegarán a corto plazo, sino en un horizonte medio y largo ya que la educación pasa por un momento de vuelta a sus orígenes tradicionales, presenciales, ya que es necesario volver a las escuelas, abrir sus puertas y dejar la educación virtual para situaciones especiales
Esto no significa que se deba separar la educación de la tecnología, todo lo contrario, significa que tiene que existir un justo equilibrio entre educación digital y presencialidad. Innovación siempre, pero con sentido.
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