Durante la audiencia vaticana del día 24 de junio de 1987 el Papa Juan Pablo II destacó que tanto en el prólogo del Evangelio de Juan como en todo el Nuevo Testamento hallamos expresada la verdad sobre el envío del Hijo por parte del Padre “que se concreta en la misión mesiánica de Jesucristo”. La fecha no es casual. También un 24 de junio, en este caso de 1931, comenzó sus actividades la Liga Santafesina de Fútbol, cuna deportiva de Lionel Messi. Desde entonces, libre albedrío o determinismo mediante, la pelota no ha parado de girar en el país que ganó tres copas mundiales (1978, 1986 y 2022) y obtuvo el segundo puesto en tres oportunidades (1930, 1990 y 2014).
Otro 24 de junio (1911) nacía en la localidad bonaerense de Balcarce el cinco veces campeón del mundo de Automovilismo Juan Manuel Fangio, y también ese mismo día llegaba al mundo Ernesto Sábato, un descendiente de inmigrantes italianos de Calabria que obtendría el doctorado en Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de La Plata en 1937. Con los años el autor de “Sobre héroes y tumbas” llegaría a ser uno de los más importantes escritores argentinos. En 1984 fue galardonado por el Rey Juan Carlos I con el Premio Cervantes.
Sábato fue un gran admirador del escritor francés Albert Camus, quien en 1957 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Entre 1932 y 1936 el ensayista nacido en Argelia en 1913 fue arquero del club Racing Universitario de la ciudad de Argel, capital de la ex colonia francesa. En 1953 publicó un breve texto para la revista del Racing Club de París, equipo con el que simpatizaba. El autor de “El extranjero” y “El hombre rebelde” ventiló su pasión por el futbol expresando que “lo importante para mí era jugar. Me devoraba la impaciencia del domingo al jueves, día de práctica, y del jueves al domingo, día del partido”. Remataba su pasión por el deporte más popular afirmando con la fibra de su espíritu existencialista: “Después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”.
Lamentablemente otro 24 de junio sería una jornada trágica para la cultura popular argentina. Ese día de 1935 mueren los músicos Carlos Gardel y Alfredo Le Pera en un accidente en el aeropuerto de la ciudad colombiana de Medellín.
Siguiendo con los astros futbolísticos, otro 24 de junio (de 1928) nace Osvaldo Zubeldía. Un jugador notable que como director técnico de Estudiantes de La Plata a fines de la década del ´70 logró importantes campeonatos. Otro 24 de junio, medio siglo más tarde, nace Juan Román Riquelme, gran talento y figura de Boca Juniors en la obtención de tres títulos locales (Apertura 1998, Clausura 1999 y Apertura 2000), y tres internacionales (Copas Libertadores 2000, 2001 y Copa Intercontinental 2000) de la mano del director técnico Carlos Bianchi. Posteriormente jugó una temporada en Barcelona, pero su tensa relación con el coach de entonces, el holandés Louis van Gaal, lo hizo emigrar al Villarreal. En 2007 regresó a Boca Juniors y obtuvo su tercera Copa Libertadores, siendo además goleador del torneo.
El primer partido de futbol televisado tuvo lugar en el año 1937 durante una práctica del Arsenal de Inglaterra. La Copa del Mundo disputada en Suiza en 1954 fue la primera que pudo verse en varios países de Europa. Por su parte, la de México de 1970 fue la primera en ser televisada en colores. Medio siglo después, a través de un tweet el CEO de Google Sundar Pichai afirmó que “el buscador registró su tráfico más alto en 25 años durante la final (del Mundial de Qatar). ¡Fue como si todo el mundo estuviera buscando una sola cosa”! Y de acuerdo a Mark Zuckerberg, Lionel Messi logró tener la publicación con más “Likes” desde la aparición de Instagram. El creador de Facebook también escribió que WhatsApp alcanzó un récord de 25 millones de mensajes por segundo durante la final de Qatar.
Un rotundo fracaso entre dos triunfos
El sábado 12 de junio el Papa Juan Pablo II culminaba una visita de poco más de treinta horas a la República Argentina. Al otro día comenzaba el Campeonato Mundial de España. En el Camp Nou de Barcelona, colmado con 90 mil espectadores, Diego Armando Maradona debutaba a los 21 años con la camiseta número 10 de la Selección Nacional enfrentando a Bélgica, que venció 1 a 0 a la Argentina con gol de Erwin Vandenbergh a los 18 minutos del segundo tiempo.
La suerte del equipo nacional dirigido por César Luis Menotti ya estaba echada ese mismo día. Argentina perdería en la segunda fase contra Italia (2-1), y después contra Brasil (3-1). Quedaba así eliminada del primer gran evento internacional celebrado por la renacida democracia española gobernada por el líder del Partido Socialista Obrero (PSOE) Felipe González.
El torneo coincidió con las últimas horas de la Guerra de Malvinas, que llegaría a su fin un día después con la rendición de las tropas argentinas. Italia se consagró campeón tras derrotar por 3 a 1 a Brasil. Y volvería a coronarse en el Mundial del 2006 jugado en Alemania tras vencer a Francia por penales. A pesar de haber logrado cuatro mundiales (sumando los de 1934 y 1990), los italianos no lograron clasificar para el de este año en Qatar.
Cuatro años después en la ciudad de México, la Selección Argentina alcanzaba su segunda copa mundial de la mano de Diego Maradona, quien se convirtió desde entonces en el mejor jugador del planeta a los 25 años. En 1990 Argentina pierde la final 1 a 0 en el Mundial de Italia frente a Alemania. Y cuatro años después en los Estados Unidos comienza el principio del fin para la carrera deportiva de Maradona. El 29 de junio, cuatro días después del triunfo argentino ante Nigeria, el titular de la FIFA, Joseph Blatter, informó que “los análisis efectuados al señor Diego Armando Maradona han resultado positivos. La AFA nos comunicó la separación de su lista del mencionado jugador, por lo que FIFA se abocará recién después de la finalización de la Copa a los aspectos meramente disciplinarios”.
En la conferencia de prensa, y al borde las lágrimas, Maradona, por entonces con 33 años, afirmó: “No quiero dramatizar, pero creeme que me cortaron las piernas. A mí, a mi familia. A los que están al lado mío. Nos sacaron la ilusión. Y creo que me sacaron del fútbol definitivamente. Tengo los brazos caídos, el alma destrozada. Quiero que les quede claro a todos los argentinos que no corrí por la droga, corrí por la camiseta”. Nada sería igual en su vida y en su salud hasta su triste fallecimiento a los 60 años, ocurrido el 25 de noviembre del 2020.
Cuarenta y ocho días antes del nacimiento de Leonel Messi, el 6 abril de 1987, en el marco de su segunda visita al país, Juan Pablo II concurrió a la Casa Rosada para entrevistarse con el presidente Raúl Alfonsín. En esa oportunidad brindó un discurso a los dirigentes políticos argentinos. Pareciera que las palabras del jefe del Vaticano resuenan hoy en la Plaza de Mayo.
“Sabemos muy bien que un deterioro progresivo de la moralidad pública crea peligros más o menos latentes contra los derechos y libertades del hombre, incluso contra la seguridad ciudadana; además pone en entredicho importantes valores de la educación y de la cultura común y, en definitiva, debilita los ideales que dan cohesión y sentido a la vida nacional… El pleno restablecimiento de las instituciones democráticas constituye un momento privilegiado para que los argentinos sean cada vez más conscientes de que todos están llamados a participar responsablemente en la vida pública, cada uno desde su propio puesto”. El argentino más famoso del mundo lo demostró ampliamente en el Mundial de Qatar. ¡Gracias totales y feliz Navidad Lionel Messi!
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