Parlamentarismo y dolarización para fortalecer la democracia

En el proceso de recuperación de la democracia de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, el sistema de gobierno parlamentario y la adopción dela divisa estadounidense como moneda oficial son debates imprescindibles

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(EFE)
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La recurrencia de crisis económicas y políticas es característica de casi todos los países de América Latina cuya inestabilidad genera desequilibrios económicos y viceversa, que afectan la democracia. Las crisis de malos gobiernos son convertidas rápidamente en crisis de Estado y luego en crisis del sistema democrático con daños económicos e institucionales y utilizadas para instaurar dictaduras. La realidad objetiva invita a discutir el fortalecimiento de la democracia pasando del sistema presidencialista al parlamentarismo y formalizando la dolarización de la economía.

El parlamentarismo es el “sistema de gobierno en el que el gobierno o poder ejecutivo emana del parlamento o poder legislativo y es responsable políticamente ante este”. En el parlamentarismo el jefe de Estado es en general distinto al jefe de gobierno. Los miembros del parlamento son elegidos periódicamente por voto popular y la mayoría de estos elige al jefe de gobierno que dura en sus funciones el tiempo que tiene el respaldo de la mayoría parlamentaria.

Respecto al presidencialismo, se atribuye al parlamentarismo las ventajas de “mayor representación del conjunto social” por la múltiple y plural participación de facciones políticas que pueden lograr representación parlamentaria y “mejor capacidad de respuesta frente a las crisis de gobierno” pues el cambio del poder ejecutivo se produce por decisión del parlamento. El parlamentarismo permite e induce acuerdos políticos abiertos y públicos con responsabilidad más clara de los actores políticos respecto a sus votantes.

En el sistema presidencialista el problema de la reelección de mandatarios con altos niveles de popularidad ha traído históricamente consigo la violación o modificación manipulada de las Constituciones Políticas en beneficio propio por medio de referéndums o plebiscitos, dando lugar en general a la instalación de regímenes autoritarios y dictatoriales. Este asunto, en el sistema parlamentario no representa un problema pues el jefe de gobierno puede permanecer en el cargo mientras tenga el respaldo de la mayoría parlamentaria.

El parlamentarismo no está muy difundido en América Latina (EFE)
El parlamentarismo no está muy difundido en América Latina (EFE)

El debate entre el presidencialismo y el parlamentarismo como sistemas de gobierno para países de América Latina es de larga data con importantes estudios. El parlamentarismo ha sido llevado a la práctica en el sistema municipal de Bolivia con la reforma constitucional de 1994. Los sistemas híbridos, semi parlamentarios o semi presidenciales en general han creado más complicaciones que soluciones.

No hay duda que en el sistema parlamentarista es muy difícil el establecimiento y sostenimiento de un régimen dictatorial, que en general se produce como una deformación en el sistema presidencialista donde el presidente que es jefe de Estado y jefe de gobierno busca concentrar los poderes quebrando la separación e independencia de los poderes públicos o terminando como víctima de ellos. El parlamentarismo parece mejor sistema de mantenimiento y defensa de la democracia.

No hay crisis política con buena economía y las crisis económicas en general tienen causa política de mal gobierno o de mala política económica. En este ámbito, la discusión de la formalización de la dolarización es imprescindible.

La dolarización es “el proceso por el cual un país adopta el dólar de los Estados Unidos como moneda de curso legal oficial o extraoficialmente”. Siguiendo este concepto hay cuatro países en las Américas oficialmente dolarizados que son Estados Unidos, Ecuador, El Salvador y Panamá, y el resto de los países están en los hechos extraoficialmente dolarizados.

Pago con dólares en Quito, Ecuador (Reuters)
Pago con dólares en Quito, Ecuador (Reuters)

El análisis que planteamos se trata de adoptar el dólar como moneda de curso legal exclusiva o predominante, cediendo parte del control monetario de los bancos centrales que dejan de emitir moneda. Se trata de la sustitución efectiva de la moneda por el dólar en todas las funciones como reserva de valor, unidad de cuenta y medio de pago.

Ecuador es sin duda el mejor ejemplo de dolarización que ha llevado a ese país a una situación de mayor estabilidad y quitado la sombra de la inflación por emisión inorgánica de dinero, muy propia de los países donde el Banco Central no es independiente o pierde independencia frente a gobiernos autoritarios o dictatoriales.

El ex presidente de Ecuador Jamil Mahuad en su obra “Así dolarizamos al Ecuador”, enseña que la dolarización formal debe ser “casi imposible de revertir” para tener credibilidad y efecto en los mercados por lo que debe fundarse en que el “país eliminara su moneda propia”. Al momento de la dolarización el 70% de la economía ecuatoriana estaba dolarizada. Lo que es hoy un éxito y puede ser un modelo para la región, motivó que 12 días después de anunciada la medida de dolarización Mahuad fue obligado a renunciar y tuvo que abandonar el país.

En el proceso de recuperación de la democracia de las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua el parlamentarismo y la dolarización son temas imprescindibles a considerar. En crisis económicas y políticas recurrentes y casi permanentes como las de Argentina, Perú y más, son opciones.

*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy

www.carlossanchezberzain.com

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