Bolivia ha sido parte de mi metabolismo afectivo ya que fue el hogar de mis padres durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Con el correr de los años Venezuela fue refugio del presidente Hernán Siles Zuazo a quien recibimos en casa y de él aprendimos la dura gesta de los descendientes de los Incas.
De allí que a lo largo de mi vida haya seguido con interés y afecto el devenir de esa nación que yace en el corazón de Sur América. Y como tal hoy de su epicentro laten tiempos de cambio. Y vienen de la región que ha parido el desarrollo. Se trata de Santa Cruz, ciudad y región de Bolivia que encierran las virtudes de la ética de trabajo, creación de riqueza, actitud emprendedora, y confrontación de adversidades. Santa Cruz produce el 30% de PIB de Bolivia y ha producido la mayor proporción de clase media del país desde los años sesenta.
Hoy Santa Cruz de la Sierra protagoniza una gesta que tendrá consecuencias para la democracia Latinoamericana. Porque la región entera ha decidido poner fin a la conjura que en muchos países ha horadado las bases del sistema democrático al impedir el ejercicio del derecho a la autodeterminación. Porque contrario a lo que muchos creen en América Latina el derecho a la autodeterminación no solo está amenazado por la práctica de la persecución política que protagonizan los regímenes del Socialismo del Siglo XXI sino por la presencia de una aguda debilidad institucional que impide que los servidores públicos actúen como administradores del patrimonio nacional y por lo tanto de guardianes de los activos que permiten la prestación de servicios públicos. Uno de esos servicios públicos es la identidad de los ciudadanos. Para administrarlo se requiere la existencia de estadísticas claras y exactas. Estas se obtienen via la realización de censos. Y en Bolivia en el 2022 se requería realizar un censo de la población para de allí extraer los datos que permitirán confeccionar el padron electoral.
Y el gobierno de Luis Arce decidió clausurar el censo entre otras razones para mantener el perfil de electores que le diera el triunfo electoral. Como las encuestas no son precisamente favorables el régimen ha decidido modificar el perfil poblacional.
Y los habitantes de Santa Cruz han decidió no aceptar esta manipulación. La región entera se alzó en protesta cívica no violenta. Ha participado en el paro laboral y continuará protestando hasta debilitar al gobierno de Arce y muy posiblemente sufrir las consecuencias que serán represión, encarcelamiento y tortura. Pero nada de esto hará que los cruceños den marcha atrás porque como dijera un participante en la propuesta ”empiezan por quitarnos la identidad y luego nos van a quitar la familia; el trabajo y el país”. Porque en Santa Cruz no se trata de regresar al status quo ex ante Evo Morales sino de implantar una sociedad democrática donde la sociedad civil sea la gran protagonista. Y esto sucede luego de que otra sociedad civil asumiera la defensa de la democracia en Chile y la de Brasil creara por la via del voto un sistema de pesos y contrapesos que dinamizaran el juego democrático. Como que hay razones para tener esperanza.