Frecuentemente, escuchamos que los jóvenes son el futuro del país, pero lo cierto es que esa frase solamente dilata su verdadero rol y campo de acción que es el presente. ¡Los jóvenes son el presente y no podemos postergar sus ansías y entusiasmo para realizar cambios importantes en el futuro!
En esa línea, una de las vías más importantes y representativas para empezar a generar cambios es la elección de nuestros representantes políticos; esa elección realmente informada y a conciencia; no por criterios como “me cae bien”, “me gusta como habla”, “es de mi colegio”, entre otros”; sino esa que parte por “he leído su plan de gobierno”, “he visto quiénes integran su equipo”, “he visto alguno de los debates”, “he investigado si tiene o no denuncias”. Ha llegado el momento en el que debemos tomarnos en serio que lo que está en juego es nuestro país, nuestra ciudad, nuestra región. ¿A quién le vamos a confiar nuestros recursos?, ¿a quién le vamos a dejar la casa cuando salgamos de viaje? Y, la verdad, es que hoy, en pleno 2022 con todas las herramientas digitales, ya no hay excusas para decir “no sabía cómo informarme, tenemos todo a un solo clic”. Bien, y, luego, ¿qué sigue? Ahora, toca, estar atentos y vigilantes a que se cumplan las promesas de campaña; ser ciudadanos alertas que velan por su país, región y distrito. Nuestro rol como ciudadanos nunca se agota.
Hace algunos días, organizamos un conversatorio con la Comunidad de Jóvenes Líderes de IPAE e IDEA Internacional y se comentaba sobre el sentir actual de rechazo y apatía en cuanto a las elecciones y a la política; una sensación de hartazgo y de cansancio. Sin embargo, la ponente hizo una pregunta que creo pone de manifiesto que los jóvenes pueden y van a gestar ese cambio positivo que nuestro país necesita y pide a gritos. Ella dijo: “¿Dónde está la generación del bicentenario?”, ¿Dónde está esa generación que se organizó y movilizó a todo el país en el 2020? Hoy, necesitamos esa unión, esa organización. Hoy, los necesitamos. ¡Infórmense y si no les convence lo que ven en la oferta electoral, empecen a cambiarla desde adentro!
Si nos quedamos en la queja constante, solo nos llenaremos de cólera y a lo mejor, perdamos la capacidad de inmutarnos frente a lo que sucede; pero sí pasamos de la queja a la acción, podemos realmente cambiar la situación de nuestro país poco a poco.
Les propongo algo, dense el tiempo de informarse en estas elecciones y a lo mejor se animan a tomar un paso más en las próximas. Hagan la prueba.
¡Nos vemos en las urnas!
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