¿Ingenuidad? No creo

El discurso del presidente Gustavo Petro en Naciones Unidas mandó un mensaje contundente a empresarios y a la comunidad internacional democrática, Colombia está gobernada por el populismo del Siglo XXI

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El presidente de Colombia, Gustavo Petro
El presidente de Colombia, Gustavo Petro

El discurso del presidente Gustavo Petro en Naciones Unidas deja en claro varias cosas. Primero que todo que Colombia deja de ser aliado de Estados Unidos y del mundo desarrollado. La verdad eso hace parte del ADN de Petro quien es anti americano total y ve en España el país que masacró indígenas, en Alemania solo ve nazis y en Inglaterra, Francia etc… solo ve poderes coloniales que masacraron pueblos indígenas, pueblos negros e impusieron su orden con violencia.

Esa mirada a histórica, testaruda, equivocada y complaciente con una narrativa, es igual a la que tiene y expresó en la ONU sobre la energía: el gas y el petróleo son peores que la coca. No me cabe duda que este discurso, similar en tono y en énfasis a los de Chávez, claro sin el carisma, manda un mensaje contundente a empresarios y a la comunidad internacional democrática, Colombia está gobernada por el populismo del Siglo XXI. Por ello concluyen sin problema los primeros que no se debe invertir un peso en el país y los segundos que no se debe confiar en su política exterior que quedó claro está es alineada con ese eje autocrático y dictatorial que crece en la región, cuyos símbolos son Diaz Canel, Maduro y Ortega y que cuenta con el respaldo de China, Rusia e Irán.

Pero lo más preocupante no es el discurso ni el escenario sino lo que pretende Petro. Y ahí debemos mirar lo que ha sucedido, lo que ha propuesto y lo que está haciendo pues todo comienza a tener sentido. El discurso es apenas una sombrilla pero lo que está debajo es ya bastante claro.

Nueva política antidrogas crea una gran alianza de los narcos con este nuevo modelo de gobierno tal y como hoy sucede en Venezuela y se consolida en Mexico. No extradito, no erradico, no persigo y desmonto el aparato que los perseguía. La salida de los 50 generales de la Policía y el Ejército, expertos en la lucha contra las organizaciones criminales de la droga y del terrorismo ahora tiene una lógica más concreta.

A esto hay que sumarle la propuesta de darle 800 mil pesos mensuales a un millón de miembros de bandas criminales supuestamente para salirse del negocio. Primero estos jóvenes ya ganan mas de 800 mil pesos. Segundo lo reciben pero siguen delinquiendo. Y tercero, pero más importante, se genera una alianza criminales-gobierno que ya tiene un nombre en Venezuela: colectivos.

Pero ahí no para la cosa. Dos ministros deciden quitarle presupuesto a su ministerio. En Defensa Ivan Velásquez dice que le va a devolver 800 mil millones a Hacienda como si viviéramos en Dinamarca y no entendiera la crisis de seguridad que hay en los campos y ciudades del país. Y la señora Corcho ministra de Salud pide que le den menos recursos para crear la crisis en el sector y mostrar así que lo que hoy hay no funciona. Dos ministerios claves que con esas acciones muestran una tendencia clara ya en este gobierno: hay que crear caos.

Sumarle la crisis de las invasiones y las desprotección de los empresarios del campo hace parte de esta agenda. Lo que el gobierno y el ministro no entienden, o quizás si y juegan con fuego, es que estos incidentes pueden ser la génesis de una nueva guerra civil y ya son la cuota inicial de un nueva autodefensa. Ante la desprotección del Estado los ciudadanos se van a defender. Así sucedió en los 80 y en los 90 en Colombia y ya conocemos los resultados. Pero no nos digamos mentiras los responsables de esta política tienen nombre y apellido: Gustavo Petro e Ivan Velásquez.

El discurso de Petro además obvia, y esto hace parte del libreto, lo que sucede en el vecino país. Habla de la destrucción de la selva mientras se abraza con quien ha fomentado la crisis ambiental más grande que hoy tiene la selva a amazónica. La destrucción por cuenta de la minería ilegal del oro que llevan a cabo el ELN, las Farc, Hezbolla, en las cuencas del Orinoco y afluentes en Venezuela es hoy después del cambio climático la catástrofe ambiental más grande del mundo.

No es sino leer los reportes de la ONG Orinoco S.O.S para ver y entender la dimensión de este drama mundial. Cómo destruyeron millones de hectáreas prístinas de selva, como envenenan los ríos y las comunidades que viven en sus alrededores, como esclavizan comunidades indígenas y colonos y como lo que antes era una biodiversidad única hoy más parece un escenario lunar donde solo se ven cráteres y desolación.

Dicen que el camino al infierno está lleno de buenas intenciones. Y la verdad pensé que Petro podía caber en este dicho. Pero no. Son ya muchos los hechos que demuestran a donde quiere ir, que quiere lograr y como lo quiere hacer.

Esa crisis que vemos venir en pocos meses, de seguridad y de salud, a los que hay que sumarle una inflación creciente producto de un manejo económico equivocado solo tiene una razón de ser. La radicalización de la agenda donde siempre quedan en entredicho la libertad y la democracia. Ojalá me equivoque pero no lo creo.

Todavía falta que el Presidente Petro de a conocer su agenda de paz total que hace parte de la creación de esta nueva gobernabilidad con la delincuencia, lo que antes llamaban en Medellín donbernabilidad, y podamos entender como va ser el manto de impunidad cubierto de supuesta justicia tal y como sucedió en el fallido proceso de paz con las Farc.

Por ahora lo que sabemos es que comenzó mal. Petro nombró como garante del proceso con el ELN al criminal de lesa humanidad, según reporte de la ONU de esta semana, Nicolás Maduro. Esto solo servirá para lavar la cara del asesino mafioso que se dice ser presidente de Venezuela. Pero paz, paz real no vamos a ver. Si vamos a ver es como una parte de ELN se integra mientras otra sigue delinquiendo y creciendo en Venezuela. Tal y como sucedió con el fallido proceso de paz anterior con las Farc.

En la paz total falta la parte crítica y es el manejo del narco. Ya escuchamos las primeras puntadas en el discurso de la ONU. Y lo que se ve venir es un maridaje como el de Medellín pero a nivel nacional. Lopez Obrador es experto en esto y ese es el camino que seguramente vamos a seguir.

Por eso pensar o ser ingenuo frente a lo que se viene ya no es posible. Debemos es prepararnos para la gran confrontación que ya se ve inevitable.

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