Han pasado 20 años desde que el Perú inició el proceso de descentralización; sin embargo, los resultados son poco alentadores. A pesar de los esfuerzos por mejorar su funcionamiento, las persistentes brechas de capacidades técnicas y la alta incidencia de actos de corrupción han limitado la efectividad con la que los gobiernos regionales y locales pueden ejecutar proyectos de inversión o recaudar recursos fiscales. Como resultado, los beneficios de la descentralización han sido limitados y heterogéneos, lo cual se pone en evidencia en las marcadas diferencias en la cobertura y calidad de los servicios básicos.
No obstante, en este proceso de descentralización es posible también encontrar evidencia de que el elector retribuye con una mejor percepción de la gestión pública y con su voto, el mejor desempeño de sus autoridades en la ejecución de sus inversiones.
Este escenario plantea por lo menos dos tareas que involucran un diseño adecuado de los incentivos y las reglas de juego que vinculan a la ciudadanía con sus autoridades subnacionales, que permitan (i) que la ciudadanía cuente con mecanismos para elegir mejor a sus autoridades, y exigirles una mayor rendición de cuentas sobre su gestión, en especial sobre su desempeño para el cierre de las brechas más prioritarias para sus territorios; y (ii) que las autoridades sean más competentes, ejecuten bien, y se enfoquen en cerrar brechas y ser transparentes en sus gestiones. Para ello, los incentivos y las reglas de juego deben impulsar que las más preparadas postulen y permitir el fortalecimiento de los gobiernos subnacionales, de tal manera que sean capaces de rendir cuentas y proveer adecuadamente servicios de calidad.
Los problemas descritos y las dos tareas mencionadas confirman la necesidad de implementar reformas que optimicen el funcionamiento de la descentralización y la conviertan en un mecanismo efectivo para elevar la competitividad e incrementar sostenidamente el bienestar de la ciudadanía. Por ello, junto al economista Teodoro Crisólogo del Instituto Peruano de Economía (IPE) acabamos de elaborar la #RutaPerú “Descentralización y servicios públicos para la ciudadanía”. En este documento se presentan propuestas estructurales y acciones de política más inmediatas.
Las propuestas estructurales consisten en:
(i) Determinar de manera más clara las responsabilidades e implementar una mayor capacidad de coordinación entre los distintos niveles de gobierno;
(ii) Crear un nuevo sistema de ingresos para los gobiernos subnacionales, que aborde el rediseño del Fondo de Compensación Municipal (FONCOMUN) y la distribución y uso de los recursos fiscales provenientes de actividades de explotación de los recursos naturales; y
(iii) Empezar un proceso decisivo para reducir el número de municipios y gobiernos regionales, considerando que existe una masa crítica que podrían fusionarse si de por medio hay un procedimiento menos complejo, los incentivos adecuados –principalmente presupuestales– y un impulso desde el más alto nivel.
A estas tres medidas- que son de largo aliento- se suman cuatro acciones más inmediatas, que creen mejores condiciones para adoptar las reformas estructurales. Estas son:
(i) Elevar la transparencia, con datos abiertos y plataformas que faciliten el monitoreo de las funciones más relevantes para la ciudadanía;
(ii) Fortalecer las capacidades de la administración pública descentralizada, a través de la incorporación de personal altamente calificado y mayor transparencia mediante la implementación de incentivos;
(iii) Otorgar funciones y competencias a los niveles de gobierno con mayor capacidad para proveer servicios a la ciudadanía, priorizando donde se registren las mayores brechas de atención y los servicios de primera línea e impacto como salud y educación; y,
(iv) Fortalecer la representatividad de los partidos y organizaciones políticas en el ámbito subnacional, es decir, avanzar con la reforma política.
De cara a las próximas elecciones regionales y locales, es imprescindible colocar este tema nuevamente en la agenda pública para impulsar las reformas necesarias en aras de avanzar hacia una descentralización que beneficie realmente a la ciudadanía. Invito a todos a sumarse en este proceso para construir un Perú más desarrollado. Un primer paso: elegir mejores autoridades.
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