Tráfico de vida silvestre en el Perú: problemática y retos

Según informes y datos mundiales, el comercio ilegal de vida silvestre es el cuarto crimen transnacional más rentable, detrás del narcotráfico, el tráfico de armas y el tráfico de personas.

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El tráfico de vida silvestre
El tráfico de vida silvestre se caracteriza por el terrible impacto y daño ecológico ocasionado. (Andina)

Se define como tráfico de animales silvestres a cualquier delito relacionado con el medioambiente que involucre el comercio ilegal, el contrabando, la caza furtiva, la captura o la recolección de especies en peligro de extinción, vida silvestre protegida, derivados o productos de estos.

El comercio de estos animales posee una fuerte demanda y se encuentra en rápida expansión, ofreciendo una variedad de productos tales como carne, ingredientes para la medicina tradicional, mascotas exóticas, joyas, así como diversos accesorios, juegos de ajedrez, pieles para usos que van desde abrigos hasta trajes tradicionales o incluso trofeos. Debido a que la demanda mundial de dichos productos es elevada este tráfico ilícito atrae a las redes transnacionales del crimen organizado.

En materia de protección, el tráfico de animales está regulado por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). El CITES tiene por objetivo velar porque el tráfico y comercialización internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para su supervivencia. Alrededor de 5000 especies de animales y 30000 especies de plantas están incluidas en los tres apéndices de la Convención, que actualmente cuenta con 170 países miembros. Aquí cabe señalar que el Perú está inscrito desde 1975.

Run Run:  442 especies
Run Run: 442 especies silvestres son parte del tráfico animal diario en Perú. (Foto:Composición)

Dimensiones y redes de comercio ilegal

El tráfico ilegal de vida silvestre es un problema de conservación grave y generalizado. Como resultado, este comercio indiscriminado genera efectos negativos en la viabilidad de muchas poblaciones de vida silvestre y es, además, una de las principales amenazas especialmente para la supervivencia de vertebrados.

El tráfico de vida silvestre abarca todas las etapas de la cadena de suministro que van desde la extracción de fauna silvestre de su hábitat hasta su comercio, importación, exportación, procesamiento, posesión, obtención, y el consumo de estas según el tipo y categoría de demanda. Si bien el carácter y escala de este comercio se parece a otros tipos de actividades delictivas mundiales, como el tráfico de drogas, el tráfico de seres humanos, el comercio ilegal de armas de fuego y el abastecimiento de productos falsificados, el tráfico de vida silvestre se caracteriza por el terrible impacto y daño ecológico ocasionado.

En la actualidad, los delincuentes utilizan la tecnología de muchas maneras para cometer delitos. Al respecto, la vida silvestre no es una excepción. Según informes y datos mundiales, el comercio ilegal de vida silvestre es el cuarto crimen transnacional más rentable, detrás del narcotráfico, el tráfico de armas y el tráfico de personas. El tráfico de animales silvestres comienza por la caza furtiva de animales. Esto conduce a todo tipo de actividades ilegales, ya que el mercado de productos de vida silvestre está aumentando. Anteriormente solía ser el mercado de la medicina tradicional en China, ahora se ha extendido a varias partes de América y Europa, donde el cuero tiene una gran demanda para todo tipo de productos. En la actualidad existen sitios web dedicados a la compra y venta de productos ilegales de animales silvestres.

Altos riesgos de zoonosis y actos de crueldad

Para muchas especies víctimas de este tráfico, el periplo es insufrible. Desde la captura de animales hasta su destino final, existen condiciones de alto riesgo para la aparición y transmisión de patógenos zoonóticos, es decir, enfermedades que pueden pasar de los animales a las personas. En los mercados ilegales se mezclan animales domésticos y silvestres, y se da un contacto frecuente con sus fluidos corporales (orina y heces), aumentando el potencial para albergar y compartir agentes que causan enfermedades. También es importante reconocer el riesgo que los mercados ilegales representan para la transmisión de enfermedades zoonóticas, que pueden terminar en una pandemia. Otro aspecto por considerar es que las enfermedades zoonóticas son transmitidas de forma natural entre animales (silvestres y domésticos) y personas a través de la exposición directa o indirecta, por consumo de productos derivados de estos (como carne, leche, huevos, entre otros) o por contacto con su entorno.

Las oportunidades de transmisión aumentan a medida que las personas tienen mayor contacto con animales silvestres, en particular debido a las alteraciones humanas en las dinámicas naturales de los ecosistemas o al ser transportados desde su hábitat natural a otro entorno para ser comercializados. Estas alteraciones reducen las barreras naturales entre humanos y animales, creando las condiciones favorables para la propagación de enfermedades zoonóticas.

Las condiciones climáticas en nuestra región favorecen también la proliferación de muchas otras enfermedades poco comunes o inexistentes en otras regiones que son transmitidas por vectores y que afectan al ser humano tales como dengue, chicungunya, zika, fiebre amarilla, enfermedad de Chagas, entre otras.

La Covid-19 ha generado un escenario nunca visto, con los sistemas de salud pública de todos los países a prueba y con grandes afectaciones en la economía global derivados de las medidas de cuarentena y aislamiento social. El interés por detener la fuente de transmisión del Covid-19 hizo que China, el primer país en reportarlo, anunciase en febrero de 2020 la prohibición de la compra, venta y consumo de animales silvestres.

Si bien todavía se desconoce la real dimensión de la problemática del tráfico de animales, queda claro que genera un riesgo significativo de transmisión de enfermedades, dado que puede conllevar el hacinamiento y la aglomeración de animales, la mezcla de especies silvestres y domésticas, y el contacto con diversos fluidos y excretas. Estas situaciones se repiten desde la extracción, tránsito hasta la venta final. Adicionalmente, el comercio ilegal contribuye a la extinción de especies y a la pérdida y degradación progresiva de ecosistemas, y, por ende, a la inestabilidad en las comunidades humanas y sus medios de subsistencia.

Representantes del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) detallaron que el viaje de un animal silvestre durante el comercio ilegal es cruel, estresante y en ocasiones mortal, ya que son transportados hacinados, dentro de botellas, cajas, sacos de polietileno y envases, en condiciones extremas de frío y calor antes de llegar a su destino final. Muchos de ellos no sobreviven debido a las pésimas condiciones sumadas a un trato cruel e indolente. Bajo la óptica de los inescrupulosos la vida es una mercancía y punto.

Entre megadiversidad y daños ecosistémicos (irreversibles)

Como se sabe, los animales silvestres cumplen un rol fundamental en nuestros ecosistemas y al ser extraídos de su hábitat se produce un desequilibrio que nos afecta a todos. En nuestro país, la demanda de animales vivos como mascotas es la principal causa del comercio ilegal de fauna silvestre. Esto particularmente afecta a los países más megadiversos del mundo.

En un reciente artículo publicado por la revista National Geographic se detallaron los criterios para que un país sea considerado megadiverso es el endemismo, ya que los países deben de tener al menos 5000 especies de plantas endémicas y ecosistemas marinos dentro de sus fronteras.

Fue en 1997 que el investigador Russel Mittermeier desarrolló el término de países megadiversos, y determinó que las 17 naciones de mayor diversidad del mundo ocupan menos del 10% de la superficie del planeta, pero albergan el 70% de las especies reconocidas. Brasil, Australia, Indonesia, Colombia, México y Perú se encuentran en esta lista por debido a su variedad climática, características topográficas y variedad de flora y fauna.

En el caso de la vida silvestre en el Perú esta es una de las más ricas del mundo posicionando a este país en el top 10 de los países más diversos del planeta. Nuestro país posee diversas regiones ecológicas y tipos de ecosistemas, lo que la hace rica en biodiversidad, la cual se ve reflejada no solo en las variadas especies que habita, sino también en la asombrosa diversidad de recursos y ecosistemas que habita. Sin embargo, estos mismos aspectos potenciales de la biodiversidad del Perú representan al mismo tiempo una serie de desafíos para lograr una adecuada y efectiva protección sostenible de cada uno de sus tesoros naturales.

Perú megadiverso: características y amenazas

Según datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) el Perú alberga el 70% de la diversidad biológica mundial. En la actualidad, se calcula que existen unas 25000 especies de flora (10% del total mundial), de las cuales un 30% son endémicas, es decir, que solo existen en este país. Además, el Perú posee el mayor número de especies de plantas cuyas propiedades naturales son muy utilizadas por la población. Adicionalmente, cabe destacar que este país se posiciona en el primer lugar mundial en materia de peces (2000 especies, 10% del total mundial); el segundo en aves (1730 especies) y el tercero en anfibios (330 especies) y mamíferos (462 especies). Otra de las bondades que posee el territorio peruano es su riqueza climatológica. De los 32 climas que existen en el mundo, 28 se pueden encontrar en distintas zonas del Perú, lo que permite crear hábitats naturales para miles de especies de flora y fauna.

Sin embargo, en lo que va del año 2022, SERFOR ha realizado decenas de operativos de control de flora y fauna silvestre a nivel nacional. Además de intensificar acciones de sensibilización y capacitación a la población en general, con la finalidad de que se tome conciencia de la importancia de los animales silvestres en los ecosistemas y para que no se incurra en una infracción considerada muy grave según lo que estipula la Ley N° 29763, Ley Forestal y de Fauna Silvestre. la cual prohíbe la caza, captura, tenencia, transporte y comercio ilegal de animales silvestres por ser considerado como una infracción muy grave. Según la Ley Forestal y de Fauna Silvestre que sanciona estos hechos, las multas pueden fluctuar entre 10 y 5000 UIT. Los montos son más elevados si se trata de especies categorizadas como amenazadas. Asimismo, SERFOR realiza campañas informativas y de sensibilización a centros veterinarios especialmente donde se ubican especies en peligro de extinción enfocándose en la normatividad vigente e informando sobre infracciones y delitos en materia de fauna silvestre y las especies amenazadas y en peligro de extinción, sobre todo, haciendo hincapié en los riesgos de transmisión de las enfermedades de animales silvestres a los humanos.

Es de suma importancia que los médicos veterinarios sean aliados de la protección de la fauna silvestre, para que ayuden a tomar conciencia a los propietarios que tienen en su poder animales silvestres en calidad de mascotas, poseen: monos, loros, papagayos, tortugas, venados, culebras entre otros y acuden a los centros veterinarios ante alguna necesidad sanitaria de la especie. Por ello, se busca generar alianzas estratégicas con los centros veterinarios para frenar la comercialización y tenencia ilegal de estos animales que se deben mantener en su hábitat natural. Actualmente, SERFOR ofrece la aplicación “Alerta SERFOR”, que permite hacer denuncias de tráfico ilegal de fauna silvestre en línea.

Animales en riesgo

Existen iniciativas diversas como la de la World Wildlife Foundation (WWF) que busca proteger a especies amenazadas por esta actividad ilegal que es el tráfico de animales. Por ejemplo, en el caso peruano se busca proteger a especies como el tapir, el jaguar, el manatí, el oso andino, así como a distintas variedades de anfibios especialmente tortugas y especies menores. No obstante, la amenaza hace muchos de estos animales es inminente. Por esta razón, la unión internacional por la conservación de la naturaleza (IUCN) elaboró una lista roja en la cual se detallan a todas aquellas especies animales amenazadas de extinción. Para ello, existen 3 categorías relevantes que son: peligro crítico, en peligro, y vulnerabilidad.

La región sudamericana es, según IUCN, un área en la cual existen alrededor de 14060 especies vulnerables 4445 en peligro y 665 especies en peligro crítico. Dentro de esta última categoría, encontramos por ejemplo el caso de la tortuga dorso de cuero, cuya población según la WWF – Perú, se ha visto reducida hasta en un 95% debido a que su caza indiscriminada sumada a polución se encuentra entre las principales causas. Otro emblemático ejemplo es el caso del jaguar. Este bello felino sólo cuenta con 22000 ejemplares en la región.

Con el objetivo de reducir el impacto nefasto del comercio y tráfico ilegal de especies, existen diferentes iniciativas, dentro de las que destaca la Declaración de Lima. En resumidas cuentas, el documento advierte que cualquier iniciativa de tráfico caza indiscriminada o maltrato animal con fines de lucro tiene sanciones drásticas que buscan principalmente erradicar a este flagelo.

Finalmente, la implementación y articulación de cualquier tipo de iniciativa que regule la proliferación del tráfico de animales silvestres contribuirá a que nuestra región fortalezca las acciones para reducir el tráfico de estos animales, a fin de prevenir futuros impactos negativos sobre la salud, la economía, seguridad y nuestro propio bienestar.

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