Este domingo 04 de Septiembre Chile vivió una jornada que quedará marcada en su historia, el pueblo chileno salió en masas a los distintos centros de votación para participar del plebiscito más importante de sus últimos 33 años, el referéndum para una Nueva Constitución de la República.
Un proceso que inició con el denominado “Estallido Social” el pasado 18 de Octubre del año 2019, con protestas en distintos puntos del país y que a pesar de los distintos anuncios que el gobierno de entonces realizaba nada detenía a un pueblo que exigía cambios. Las demandas eran estructurales, y para lograrlo se requería de un acuerdo transversal, fueron 28 días desde el inicio de las protestas para que el mundo político un 15 de noviembre después de intensas negociaciones y hasta altas horas de la madrugada, se firmada el denominado “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución” (sin la participación del partido Frente Amplio y Partido Comunista).
De ahí en adelante, comienza una historia que tres años después cierra uno de sus capítulos más importante, la decisión de aceptar o rechazar una una nueva Carta Magna escrita por 154 Convencionales constituyentes que chilenos y chilenas eligieron para que sean ellos en su representación quienes la redacten.
Este 04 de Septiembre el pueblo eligió, eligió Rechazar la propuesta Constitucional planteada, manteniendo la constitución que rige. Si bien, las distintas encuestas a lo largo desde el inicio de los sondeos proyectaban una posición de rechazar la propuesta ampliamente por sobre quienes aprobarían, aun así, el pueblo de Chile mira su futuro con incertidumbre, ¿qué vendrá ahora?, es el presidente Gabriel Boric quien definirá el nuevo proceso para una nueva oportunidad de cambiar la Constitución.
El aumento exponencial del rechazo
La opción Rechazo contaba con un piso desde el plebiscito de entrada realizado el 25 de Octubre del 2020, donde con apenas 1.635.164 votos obtenía el 21,72% de las preferencias, en una jornada de las más votadas desde el retorno a la democracia bajo con contexto de voto voluntario, superando incluso la votación del “Si” y el “No” del año 1988. No obstante, bastaron dos años para que la palabra “Rechazo” tomara fuerza. Los distintos acontecimientos expuestos en el proceso constituyente, la polarización política, la escasa capacidad de diálogo entre sectores e incluso la soberbia de muchos convencionales, se vieron plasmadas en un texto que los chilenos y chilenas no estaban de acuerdo, pasando del 21,72% a la mayoría absoluta. Si bien, en un nuevo proceso de modificación constitucional, más allá del mecanismo que el Presidente Boric pueda definir y si éste logra convocar a la mayoría de los chilenos, una nueva votación por rechazarla ya contaría con poco más de 1,6 millones de chilenos dispuestos a mantener la constitución vigente, pasando de la mayoría absoluta a una repetida lamentable minoría.
La división de la Centro Izquierda y la decisión del PDG
Como es costumbre, en política para lograr grandes acuerdos se debe actuar en conglomerado, pero esta vez, todo los construido por la centro izquierda durante 30 años se derrumbó, las convicciones personales predominaron por sobre las convicciones partidistas, la histórica Democracia Cristiana (DC) se dividió fuertemente, históricos DC pasaron del Aprobar una Nueva Constitución a Rechazar la propuesta, tal fue el caso del ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle que con un llamado enérgico llamó a rechazar la propuesta y exigiendo una nueva que una y no divida.
El llamado fue acogido por activos personeros políticos en ejercicio que se desplegaron a favor de rechazar, gesto y acto que sin duda restó fuerza a la opción “Apruebo”. Pero no solo fue la Centro Izquierda quien le quitó piso al Apruebo, sino que también el reciente Partido creado “Partido de la Gente” (PDG) liderado por el economista Franco Parisi quien obtuvo el tercer lugar en la primera vuelta presidencial del 2021, realizaron una consulta a sus adherentes, donde el 91% de los votantes respaldaron la opción Rechazo, formalizando la postura del Partido en esta posición; cabe mencionar que el PDG es la segunda fuerza política más importante de Chile con más de 47 mil adherentes.
La caída del Presidente Boric
Tal como lo comentamos en la columna realizada previo a la segunda vuelta presidencial del año 2021, el ganador del Balotaje entre José Antonio Kast (Partido Republicano – Derecha) y Gabriel Boric (Frente Amplio – Izquierda) sería el vocero de aprobar o rechazar la propuesta constitucional, tal fue el caso, que durante los últimos dos meses previo al Plebiscito Constitucional de salida, el Presidente Boric fue rostro activo por la campaña del Apruebo sustentando entre sus intervenciones junto a sus ministros, que su programa de gobierno solo se podía ejecutar con una Nueva Constitución. Conocidos los resultados de este domingo 04 de Septiembre, veremos a un gobierno derrotado, caído, asumiendo que para seguir liderando deberá acudir a los partidos de la política clásica de los últimos 30 años mientras se discute y construya una nueva propuesta constitucional que seguramente cumplirá el mismo rol que el Ex Presidente Piñera, liderar el proceso de convocatoria a un nuevo referéndum, pero no la de poner en marcha la anhelada Nueva Constitución, sepultando la esperanza de que en su periodo de gobierno se lleven a cabos las grandes reformas propuestas en su programa.
Los ojos de América Latina en Chile
Un proceso inédito que tenía a Chile como protagonista en América Latina y el mundo, el plebiscito no solo era la esperanza de un gobierno de izquierda recién asumido para reformar estructuralmente el modelo político y económico, sino que también, era la esperanza de muchos países Latinoamericanos que miraban atentamente este proceso para dar el mismo paso.
Perú, Colombia como los nuevos países que sumados a Chile han comenzado a proponer un referéndum para una nueva constitución. Seguramente estos gobiernos algunos recién asumidos y otros desprestigiados por constantes acusaciones constitucionales, vieron que no basta con la revolución, para lograrlo deberán adentrarse a los principios básicos de la política, donde ésta debe estar al servicio de las personas y no las personas al servicio de la política.
América Latina tiene una nueva oportunidad al igual que Chile, convocar a los cambios sociales, eliminar las brechas y la desigualdad, lograr la alta productividad en armonía con el medio ambiente, abrir caminos a las nuevas formas de vivir, pero lo más importante unir a todos sus habitantes más allá de sus orígenes en una sola gran nación.
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