El día 30 de setiembre de 2005 el diario danés Jyllands-Posten; de corte conservador, decidió publicar unas caricaturas en alusión al profeta Mahoma, lo que llevó a una serie de eventos de protestas y disturbios a lo largo del mundo musulmán, acciones que se dieron a lo largo de casi dos años.
Las acciones del diario danés fueron apoyadas por intelectuales europeos defendiendo las publicaciones como parte de la “libertad de expresión” y mostrándose en contra de la autocensura. Sin embargo, lo que para el mundo occidental es común; la blasfemia y la irreverencia contra figuras religiosas, en algunos países del mundo oriental no se lo toman tan a la ligera, por el contrario, en varios países temas como la blasfemia o la apostasía se pagan con la muerte.
Y no solamente le ha ocurrido este tipo de protestas a la revista danesa. En realidad, este es solo un ejemplo de lo que se vive cuando el objetivo de las afrentas antirreligiosas es del mundo islámico, ya que es poco frecuente en esta época, manifestaciones similares entre grupos cristianos o judíos que lleven incluso a provocar atentados terroristas o disturbios de miles de defensores de la fe.
Otro caso muy sonado en los últimos años es el de la revista satírica francesa Charlie Hebdo. En febrero de 2006 decidieron publicar caricaturas similares a las que presentó el medio danés, debido a esto, organizaciones islámicas francesas acusaron al medio de injurias contra una minoría debido a su religión, de lo cual fueron absueltos en marzo de 2007, aludiendo que
las caricaturas no se utilizan para ofender a todos los miembros de la religión sino exclusivamente a los radicales.
Aun así, las molestias entre miembros del mundo islámico; principalmente corrientes fundamentalistas, no se quedaron de brazos cruzados y el 7 de enero del año 2015 dos hombres enmascarados vinculados con la red terrorista Al Qaeda perpetraron un tiroteo contra la revista satírica Charlie Hebdo cobrando la vida de doce personas y once heridos, la motivación sería la acusación de “blasfemia” por parte de la revista. No sería la primera vez que ese medio recibiría un ataque, ya en el 2011, la sede del medio fue atacada y su sitio web hackeado, las acciones no se quedarían impunes.
Sin embargo, un hecho que sorprendió en los últimos días fue el atentado que sufrió Salman Rushdie; escritor y ensayista de nacionalidad británico – estadounidense, de origen indio y musulmán, en la ciudad de New York mientras daba una conferencia en el condado de Chautauqua.
La motivación del ataque fue la fetua (pronunciamiento legal) hecho por el fallecido ayatola y líder de la Revolución Islámica de Irán, Ruhollah Jomeini. El origen de este pronunciamiento fue debido a la novela “Los versos satánicos” escritos por Rushdie en 1988 y que fueron considerados una “blasfemia” en contra del islam, el profeta e incluso el Ayatola, por lo que el líder iraní dictaminó en 1989 que sobre el escritor pesaba una orden de pena de muerte y una recompensa de al menos USD 3 millones para quien la llegara a ejecutar.
Debido a esto, Salman debió vivir más de diez años en la clandestinidad y bajo protección en el Reino Unido, donde tuvo protección policial. Aun así, la trascendencia del odio que generó el libro llevó a que se cometieran atentados contra traductores del libro. Tales fueron los casos del traductor japonés Hitoshi Igarashi que murió apuñalado y el italiano, Ettore Capriolo que fue atacado del mismo modo, pero sobrevivió.
En cuanto al autor del ataque contra Salman, se trató del ciudadano de New Jersey Hadi Matar de 24 años, simpatizante de la Guardia Revolucionaria de Irán y del extremismo chiita, aunque no confirmado algún tipo de vínculo con el gobierno iraní, aunque en su poder portaba una licencia falsa con el nombre de Hassan Mughnyah, mismo que corresponde al de un alto militar de Hezbollah que fue asesinado por MOSSAD en el año 2008.
La inspiración de Matar queda clara y la respuesta de algunos sectores no se hizo esperar. El diario iraní Kayhan felicitó al autor del hecho con frases como “Besemos las manos del que desgarró el cuello del enemigo de Dios con un cuchillo” aplaudiendo el acto que tiene en un alto riesgo de muerte al escritor de 75 años.
Hay varios aspectos que quedan demostrados con este ataque contra Salman Rushdie. En primer lugar, una fetua no tiene fecha de caducidad y mientras se siga considerando que la afrenta está vigente, los intentos de asesinato seguirán estando a la orden del día.
El segundo punto para resaltar es que, a pesar de que otras interpretaciones islámicas prohíben el uso desmedido de la violencia y el asesinato (Sura La Mesa Servida 5:32), los islamistas justifican sus actos en que los infieles desagradan a Dios y por eso su eliminación o sometimiento son un acto de rectificación espiritual. Los islamistas buscan en sus interpretaciones violentas una forma de someter tanto a los infieles (kuffar) como a los creyentes monoteístas de otras religiones a su modo purista de interpretar la vida, los medios siempre son a precio de voluntad o espada.
De lo anterior, el tercer aspecto sería que mientras en el mundo occidental se ha logrado evolucionar para ver las creencias religiosas y espirituales como elementos que son exclusivos de la decisión de individuos, y en ocasiones se critica, pero no se persigue (abiertamente) a los no creyentes, ni a los apóstatas o blasfemos, basta con ver algunos programas de televisión para llegar fácilmente a esta conclusión.
Mientras tanto, se puede decir que en el mundo islámico consideran que su visión de divinidad necesita ser defendida en su honor por sus siervos, algo ante lo cual se podría explicar que algunos líderes religiosos se encuentran en una visión oscurantista de su interpretación.
Queda clara la necesidad de una evolución y aparición de reformistas musulmanes que combatan este tipo de discursos que son los que terminan engrosando filas de organizaciones de terror que al considerar todo lo contrario a sus creencias como decadentes y destructivas mantendrán abierto el círculo de la violencia y de la barbarie.
Finalmente, y como una consideración personal que mantengo desde hace muchos años, lo divino e infinito no necesita que lo imperfecto y finito lo defienda, por algo se dice que fue lo divino lo que dio origen a los hombres y no al revés, aunque todo hace indicar que ciertamente no es conveniente darle forma y carácter a nuestra imagen y semejanza, de ahí que en nombre de su “omnipotencia” seamos capaces de destruir cuando algo no “nos cuadra” en esa caricaturización que hacemos de lo santo y supremo.
* El autor pertenece al Centro Israelita Sionista de Costa Rica
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