Inspección laboral de Sunafil en el Perú, ¿qué se debe mejorar?

José Antonio Tirado Barrera, especialista en Derecho Administrativo y autor de “Actividad de fiscalización en el procedimiento administrativo peruano”, publicado por ESAN Ediciones, opinó que el número de inspectores es muy bajo, comparado con otros países.

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Sunafil es el ente encargado
Sunafil es el ente encargado de la inspección laboral. (El Peruano)

La inspección laboral constituye una tarea esencial para una adecuada convivencia social. El respeto de las normas laborales, de las que depende la subsistencia de miles de familias, es una exigencia que ninguna sociedad puede soslayar.

Nuestro sistema de inspección laboral se articuló desde el año 2013 alrededor de una entidad especializada: la Sunafil, que por diversos motivos no ha alcanzado un nivel satisfactorio de funcionamiento. Como resulta fácil apreciar cotidianamente, la informalidad laboral campea en nuestras calles, y la desobediencia a las normas laborales no es una cuestión menor.

El número de inspectores laborales en nuestro país es bajo si lo comparamos con el de otros países y, lógicamente, el número de actuaciones inspectivas también se encuentra por debajo de los estándares comúnmente aplicados. El nivel de satisfacción que puede alcanzar la inspección laboral en nuestro país se ve afectado por deficiencias estructurales que lastran su labor.

Hay que aumentar el número
Hay que aumentar el número de inspectores de Sunafil, según Tirado Barrera. (Andina)

En este contexto, ¿qué hacer para mejorar la inspección laboral? A continuación exponemos algunas ideas.

La primera respuesta sería aumentar el número de inspectores. Pero cualquier persona con experiencia en la gestión pública sabrá que el aumento de personal en una entidad pública requiere un trámite engorroso, demanda esfuerzos de gestión y preparación de la propuesta, que no siempre son recompensados, y deben tenerse en cuenta las limitaciones presupuestales que probablemente detengan por mucho tiempo cualquier iniciativa de aumento de personal. Tampoco deberán ignorarse los esfuerzos —más o menos evidentes— de quienes trabajarán para que ese objetivo no se alcance.

Otra forma de conseguir mejores condiciones para el desarrollo de la inspección laboral es el esfuerzo de racionalización. Debemos partir de una certeza: no es posible inspeccionar todo, a todos, todo el tiempo. Por lo tanto, forma parte de su naturaleza que la inspección laboral se pueda enfocar en ciertos temas o sectores de referencia con el fin de generar un efecto demostración y así incentivar a un mayor número de empleadores a cumplir con sus obligaciones legales. Para ello es importante que se publiciten las actuaciones de la inspección laboral, el trabajo de la Sunafil, pues de ese modo se incrementan las posibilidades de impulsar el cumplimiento de la ley.

También es importante facilitar el trabajo de la inspección laboral y, al respecto, debemos preguntarnos si todas las infracciones que se encuentran recogidas actualmente en el ordenamiento deben estar así consignadas. Si se produjera una reducción del catálogo de infracciones (por ser redundantes o por no alcanzar un grado significativo de relevancia para la protección de los derechos laborales), se ofrecería un marco legal más manejable para el desarrollo de las actuaciones de la inspección laboral sin necesidad de reducir el alcance de las leyes laborales.

En esta misma línea, debe valorarse la oportunidad de ampliar los supuestos en los que se permite no iniciar procedimientos sancionadores ante la existencia de incumplimientos poco relevantes, o de introducir criterios (antigüedad de la empresa, número de trabajadores, record de infracciones impuestas, etc.) para limitar el inicio de dichos procedimientos, reducir las multas aplicables u ofrecer algún beneficio de exoneración de responsabilidades, siempre que los incumplimientos no sean graves.

Igualmente, deben promoverse mecanismos de autorregulación empresarial con el fin de impulsar el cumplimiento voluntario de la legislación laboral y reducir la conflictividad asociada a las controversias laborales. Aunque existen algunas experiencias en este sentido, todavía resultan aisladas y, sobre todo, carecen de un reconocimiento explícito y eficaz en nuestra legislación. Si se pudiera fomentar adecuadamente el ejercicio de la autorregulación empresarial, ello podría motivar el establecimiento de beneficios respecto de infracciones anteriormente cometidas (al estilo de normas de amnistía o regularización) o el otorgamiento del beneficio de reducción de multas (si una empresa es certificada, obtendría el beneficio de una multa menor en ciertas infracciones durante un cierto plazo, por ejemplo).

Las anteriores son, apenas, unas pocas ideas (enfocadas en aspectos procedimentales) que consideramos pueden ayudar a mejorar la inspección laboral, sin perjuicio de otras enfocadas en la gestión y el manejo de la información, que también contribuirían a dicho objetivo.

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