Washington debe responder a la creciente presencia militar de China en América Latina

Beijing a menudo aprovecha intereses comerciales aparentemente inocuos con fines militares en la región

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El jefe del régimen chino, Xi Jinping, durante la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de Beijing (Reuters)
El jefe del régimen chino, Xi Jinping, durante la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de Beijing (Reuters)

Las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania continúan repercutiendo alrededor del mundo, incluso en América Latina y en el Caribe. Durante su reunión con el presidente de Colombia, Iván Duque; realizada la semana pasada, el presidente de EEUU, Joe Biden elogió a Colombia por condenar las acciones del presidente ruso, Vladimir Putin y anunció que EEUU designará a Colombia como un importante aliado fuera de la OTAN.

Esto significa un socio más de América Latina en la lucha para oponerse a la influencia global de Rusia, especialmente cuando Rusia fortalece sus lazos con regímenes autoritarios en Venezuela, Cuba y Nicaragua. Pero también hay una estrategia a largo plazo que enfrentan los EEUU y sus socios latinoamericanos y caribeños: la creciente presencia de China en la región y, en particular, su presencia militar.

Expertos en Latinoamérica han discutido sobre el comercio y la inversión de Beijing en la región, especialmente sobre aquellos proyectos que se llevan a cabo bajo la firma Belt and Road Initiative (BRI). Veintiún países latinoamericanos y caribeños tienen ahora una unión con BRI, según el Servicio de Investigación del Congreso, incluyendo a Argentina, el signatario más reciente y la más grande economía del grupo. Sin embargo, enfocarse predominantemente en las relaciones económicas y comerciales de China con la región, se pierde una tendencia alarmante observada en otras partes del mundo, la cual podría repetirse en América Latina y el Caribe: China a menudo aprovecha intereses comerciales aparentemente inocuos con fines militares.

El Ejército de Liberación Popular (ELP) ha estado fortaleciendo sus relaciones militares a militares con Latinoamérica y el Caribe en décadas recientes. Desde el inicio de los 2.000´s, los principales líderes han realizado más de 200 visitas en la región para conocer a sus homólogos. China ha establecido un foro de defensa de alto nivel con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y ofrece educación profesional militar para el personal militar de América Latina y el Caribe. El ELP también envía a su propio personal militar a la región para recibir entrenamiento especial de guerra en la selva. China ha vendido armas, aviones, tanques y otro equipamiento militar a varios países de América Latina y del Caribe, incluyendo Venezuela, Argentina y Bolivia, y eso ha ayudado a sus socios a desarrollar satélites espaciales y arquitectura de control de tierra. La Armada del Ejército Popular de Liberación también ha visitado varios puertos de la región, algunos tan cerca de Estados Unidos como Cuba.

Esta floreciente relación militar probablemente se profundizará en la medida en la que China busque más formas de proyectar su poder global. Por ejemplo, el plan de acción conjunto entre China y la CELAC estipula que el foro de defensa continuará profundizando la cooperación en la lucha contra el crimen organizado trasnacional, la proliferación nuclear y el extremismo violento. Además, las tendencias actuales en la región, como el reciente cambio de las relaciones diplomáticas de Nicaragua desde Taiwan a China y las próximas elecciones en los socios clave de seguridad de EEUU., Colombia y Brasil, donde los candidatos de izquierda actualmente lideran las encuestas, son un buen augurio para un compromiso chino más profundo

En la medida en la que crece su influencia en la región, China podría usar sus lazos militares como moneda de cambio para presionar a EEUU y sus aliados, tal vez amenazando con enviar tropas o aumentar el personal y el equipo en países cercanos a la frontera con EEUU. Incluso antes de que Rusia invadiera a Ucrania, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, dijo que Moscú no podía “ni confirmar ni excluir” el despliegue de tropas y equipos en Venezuela y Cuba si las tensiones con EEUU aumentaban sobre Ucrania. Hace apenas algunas semanas, una delegación rusa encabezada por el viceprimer ministro Yuri Borisov visitó Venezuela, Nicaragua y Cuba, firmando una serie de acuerdos de cooperación. De hecho, hay poco para evitar que China tome prestado el libro de jugadas de Rusia si aumentan las tensiones con los EEEUU y sus aliados sobre Taiwán o el sur del Mar de China. La docrina rusa ha vinculado su política europea con la necesidad de contrarrestar a EEUU en América Latina.

De manera más encubierta, dos desarrollos recientes en el Medio Oriente y África pueden servir como precursores para los países de América Latina y el Caribe en términos de cómo los lazos económicos de China con la región sirven como una incursión para desarrollar sus capacidades militares allí también. Supuestamente, China ha intentado construir una instalación militar clandestina en un puerto de los Emiratos Árabes Unidos y, según se informa, está tratando de construir una base militar en Guinea Ecuatorial.

China podría ofrecer educación profesional militar para el personal militar de América Latina y el Caribe. El ELP (Foto: EFE/Wu Hong)
China podría ofrecer educación profesional militar para el personal militar de América Latina y el Caribe. El ELP (Foto: EFE/Wu Hong)

En los últimos años, China se ha convertido en uno de los mayores socios comerciales de los Estados Unidos de América y el mayor consumidor de petróleo del Golfo. No sorprende, entonces, que el conglomerado naviero chino Cosco haya construido y ahora opere una terminal comercial de contenedores en el puerto de Khalifa, a unas 50 millas al norte de Abu Dhabi, para facilitar estos lazos comerciales. Sin embargo, el Wall Street Journal reportó el pasado mes de noviembre que las agencias de inteligencia de EEUU detectaron un gran sitio de excavación en el puerto, el cual sospecharon que tenía fines militares. Aparentemente, el gobierno emiratí desconocía la naturaleza militar del proyecto, y la construcción de esa instalación se ha detenido por ahora. Los Emiratos Árabes Unidos negaron que hubiera algún plan o acuerdo para albergar algún tipo de instalación militar china y la Embajada de China en Washington guardó silencio sobre el tema.

En diciembre de 2021, el Journal informó que China buscó establecer su primera presencia militar permanente en el Océano Atlántico, probablemente en Guinea Ecuatorial en el puerto de Bata, un puerto comercial de aguas profundas en el Golfo de Guinea construido y desarrollado por dos empresas estatale chinas, China Communications Construction Co. y China Road and Bridge Corp. En un testimonio ante el Congreso en abril de 2021, el general Stephen Townsend, jefe del Comando de África de EEUU, declaró que la “amenaza más significativa” de China sería estableciendo un puerto en el Atlántico “donde puedan rearmarse con municiones y reparar buques de guerra”. Ni el ministro de Petróleo de Guinea Ecuatorial ni su embajador en EEUU respondieron a las consultas del Journal.

Estos dos eventos son parte de un patrón inquietante por el cual China ha intentado expandir los proyectos de infraestructura, algunos ejecutados bajo el BRI, más allá de su propósito original. Los oficiales militares, los legisladores y los analistas chinos a menudo evitarán el término “base militar en el extranjero” porque lleva el bagaje histórico del colonialismo europeo; más bien, utilizan el término “puntos fuertes estratégicos” para garantizar el acceso naval y el reabastecimiento. Cuando el EPL estableció su primera base naval en Djibouti en 2017, llamó a la base una “instalación logística” y su intención declarada era llevar a cabo operaciones de mantenimiento de la paz y antipiratería. Sin embargo, el EPL ahora está construyendo un gran muelle naval en esa base que podría albergar un portaaviones. La Marina del EPL también podría utilizar proyectos portuarios en Pakistán y Sri Lanka para el acceso naval.

Las empresas chinas también están involucradas en proyectos de construcción de puertos en Brasil, Perú, Ecuador y Jamaica, así como en otras partes de América Latina
Las empresas chinas también están involucradas en proyectos de construcción de puertos en Brasil, Perú, Ecuador y Jamaica, así como en otras partes de América Latina

Al otro lado del Atlántico, en América Latina y el Caribe, China ha construido las bases comerciales necesarias para impulsar una estrategia similar. En las últimas dos décadas, las empresas chinas han construido o planean construir 150 proyectos de infraestructura de transporte, y docenas de ellos tienen instalaciones portuarias o elementos de expansión.

!Estos [proyectos] incluyen siete operaciones portuarias de PRC; Hutchison Port Holdings, con sede en la República Popular China, en México, tres en Panamá, tres en las Bahamas y una en Buenos Aires, Argentina”, dijo Evan Ellis, profesor de la Escuela de Guerra del Ejército de EEUU en la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de EEUU y China el año pasado. Además, Ellis dijo que las empresas chinas también están involucradas en proyectos de construcción de puertos en Brasil, Perú, Ecuador y Jamaica y que “también existe potencial para avances chinos en puertos en otras áreas”, incluidos El Salvador, República Dominicana y Guyana.

Todos estos proyectos portuarios están ubicados alrededor de líneas marítimas de comunicación y cuellos de botella estratégicos esenciales para el comercio mundial y las operaciones militares, especialmente las operaciones portuarias alrededor del Canal de Panamá, el Caribe, y una posible instalación de “logística polar” en Ushuaia, Argentina, cerca de el Estrecho de Magallanes y el punto de partida más cercano a la Antártida. Es posible que estos puertos sean para fines de “doble uso”, lo que significa que la Marina del EPL puede solicitar acceso naval en un futuro próximo.

*Leland Lazarus, asistente especial y redactor de discursos de la general Laura Richardson, comandante combatiente del Comando Sur de EEUU y Ryan C. Berg, miembro principal del Programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

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