Uno de los máximos pensadores militares del siglo XIX, el prusiano Carl von Clausewitz, acuñó la inmortal definición “La Niebla de la Guerra”. Con ella hacia referencia a como los planes aún más detallados y estudiados para una guerra, sufren agudas alteraciones cuando comienza la batalla. De ahí, que la planificación debe ser acompañada por capacidad de adaptación a imponderables.
Este mismo agudo observador de la violencia organizada que es la guerra, establecía que nunca se debe olvidar que la misma es la continuidad de la política por otros medios. O sea, nunca debe ser un fin en si misma ni la primera opción.
El poder armado de un Estado es la última ratio, no la primera. Ni un sustituto a la falta de claros y realistas objetivo políticos y estratégicos.
Por último, pero no menos importante Clausewitz estudió en profundidad el efecto revolucionario que en la guerra estaba llamado a producir el ascenso de los nacionalismos y el patriotismo. Éste fenómeno lo vio en primera persona como un majestuoso oficial prusiano que marchó confiado a derrotar a la plebe armada de la Francia pos revolución de 1789. La victoria de éstos últimos, le dio tiempo para reflexionar en el lapso que fue prisionero.
A su regreso Prusia redactó un informe lapidario sobre el futuro de la guerra donde afirmaba que Prusia debía imitar el Ejercito de masas francés y dotarlo de patriotismo y epica. Todo ello, preservando la monarquía. Sus mandos, lo sancionaron y lo enviaron como profesor de estrategia bien lejos de los cuarteles. Pero al mismo tiempo, avanzaron en el sentido por él recomendado.
Poco más de de 130 años después, un joven Coronel francés publicaba un documento donde hacia alusión a la necesidad de usar de manera rápida y decidida las fuerzas de tanques y blindadas, apoyadas por el poder aéreo. Sin quedar sujetos al paso lento de la infantería o la ilusión de poder refugiarse tras líneas fortificadas esperando que los enemigos, mejor dicho Alemania, atacasen. Ese oficial llamado Ch. De Gaulle, también fue castigado por sus mandos.
De manera contemporánea y habiendo seguramente visto la tesis de De Gaulle, un Coronel alemán llamado H. Guderian desarrolló la misma teoría. Ésta, pasaría a ser doctrina del Ejercito alemán y seria conocida entre 1939 y 1941, como Blitzkrieg o guerra relámpago.
Entrando, ya en la tercera semana de la guerra, doblemente sorprendente, primero por haberse producido contra la casi totalidad de los análisis y también por durar más de los 3 o 4 dias en que al parecer se esperaba el colapso del gobierno y de la capacidad de defensa ucraniana, se puede hacer un balance desde ya muy preliminar.
1. El reciente discurso de Putin en cadena nacional afirmando que no hará uso de conscriptos para los combates en Ucrania, que no llamará a los reservistas y que las madres y las familias se queden tranquilas, es una señal para evitar mayores tensiones en el frente interno ruso. Un líder con la suma del poder público, dando explicaciones, no es usual.
2. La información satelital mostraría que Rusia está usando el 100 porciento de las fuerzas que desplego antes del inicio de la guerra, o sea no habría abundancia de reservas.
3. Sumar combatientes sirios y chechenos para el combate urbano es un pasaporte a posibles denuncias de violaciones a los DDHH de civiles. El hecho que Moscú haya aclarado que no es responsable de sus acciones en el campo de batalla, genera todo tipo de interrogantes. De ser asi, debilita fuertemente el argumento del Kremlin acerca que la operación militar está guiada por la voluntad de salvar a los ucranianos de nazis pro OTAN. Desde ya las crecientes muertes de civiles ucranianos en los centros urbanos bajo ataque, tienen un efecto en el mismo sentido.
4. La fuerza aérea de ucraniana ha dejado de existir pero el poder antiaéreo ucraniano es fuerte y complica los ataques de aviones y helicópteros rusos. El derribo de aviones de ataque a tierra modernos y caros como el SU 24 es un claro ejemplo.
5. Las fotos y vídeos muestran que las armas que EEUU, Reino Unido, Suecia, Alemania, España, Polonia, etc., prometen, llegan y están siendo usadas.
6. El manejo de las redes sociales del presidente ucraniano, sus ministros de defensa y RREE y de las FFAA es muy eficiente y profesional.
6. Aún en las supuestas zonas pro rusas del Este ucraniano, hay protestas nacionalistas contra Moscú. Eso puede ser un síntoma de un sentimiento nacionalista ucraniano más fuerte y generalizado que lo esperado.
7. Rusia necesita que la mayor cantidad de civiles se vayan de las grandes ciudades para saturar con artillería y bombardeos aéreos que debiliten las defensas y que el combate urbano no sea excesivamente costoso en vidas y medios para Moscú.
7. Las fuerzas ucranianas tienen una clara lógica de partisanos o guerrillas. El pesado Ejercito ruso controla las rutas y caminos con asfalto, pero al costado donde no pueden circular, las unidades ucranianas muerden y se repliegan. Una de las máximas de las guerras asimetrías, es que el objetivo de la parte más débil no es ganar, sino no perder. Tambien, llama la atención la falta o al menos él no apoyo masivo de infantería y de helicópteros de ataque rusos a las columnas de blindados y logísticas rusas. Lo cual facilita los ataques y contra ataques ucranianos.
8. Ucrania es el segundo país mas grande de Europa después de Rusia y con 40 millones de personas. Los 160 mil soldados rusos es la ratio mas baja de efectivos por habitante y km2 que se hayan visto en muchas décadas en conflictos bélicos. Esta ecuación es disfuncional para la protección de las líneas logísticas rusas y para moderar el efecto de sabotajes y guerrillas y más aún en el caso que se piense en usarlas como fuerza de ocupación.
9. Las fuerzas militares ucranianas no empezaron su bautismo de fuego el 24 de febrero pasado. Se remonta al 2014 y la guerra de mediana intensidad con Rusia en la parte Este del país, con un saldo estimado en 20 a 30 mil muertes. Asimismo, mas se 27 mil oficiales y suboficiales ucranianos han recibido entrenamiento en países de la OTAN en estos años.
10. Si bien Ucrania presenta fuerzas sustancialmente menores, el flujo de inteligencia que le llega desde la OTAN, le permite tener un claro panorama del campo de batalla.
Volviendo a Clausewitz, varias de sus máximas parecen estar vigentes en el caso ucraniano. La niebla de la guerra quedó bien reflejada cuando el ataque relámpago ruso de los primeros dos a tres dias no el resultado esperado. Como dirían los ajedrecistas, las blancas también juegan. Ni que decir de la necesidad de no subestimar el poder del nacionalismo en las masas y en el espíritu del combate del visto como el bando débil.
Por último, el interrogante acerca de hasta que punto los problemas iniciales de la operación militar contra Ucrania están generando que el plano militar tienda a convertirse en un fin en si mismo y no un instrumento de la política. La cual debe sabe poner prudente final al uso de la violencia.
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