Daniel Boorstin (1914-2004) fue un notable historiador y ensayista norteamericano ganador del Premio Pulitzer en 1974, nombrado al año siguiente como director de la biblioteca del Parlamento por el entonces presidente Gerald Ford. Escribió numerosos textos sobre la historia del desarrollo científico. A lo largo de su obra resaltó la visión de los autores de la Constitución de los Estados Unidos sobre la estructura normativa indispensable para el progreso económico y social. En palabras de Boorstin, los padres fundadores tenían conciencia práctica sobre “la nueva asociación entre el deseo de saber (los descubrimientos), y la pasión por innovar (los inventos)”.
La carta magna de los Estados Unidos le otorgó a los legisladores federales (en su artículo 1°) el control sobre las patentes y derechos de autor a descubridores e inventores. Su objetivo establecía la filosofía básica para el desarrollo y la competencia industrial en un marco de respeto a la propiedad privada: “Fomentar el progreso de la ciencia y las artes útiles, asegurando a los autores e inventores, por un tiempo limitado, el derecho exclusivo sobre sus respectivos escritos y descubrimientos”.
Max Roser es un licenciado en Geociencias y Filosofía nacido en Alemania y doctorado en Economía por la universidad austríaca de Innsbruck. En 2011, a los 28 años, desarrolló Our World in Data (OWiD), el sitio web más consultado por gobiernos, universidades y medios de prensa de todo el mundo desde el inicio de la pandemia.
La carrera académica de Roser tuvo un gran salto en Inglaterra gracias al apoyo de Anthony Barnes Atkinson, un economista británico que fue un renombrado profesor en la London School of Economics (LSE). Actualmente Roser es el Director del Programa sobre Desarrollo Global del Instituto Martin de la Universidad de Oxford. Este centro de estudios fue creado en 2005 por el académico inglés James Martin, autor del libro “The Wired Society: A Challenge for Tomorrow”, un ensayo visionario que pronosticaba cómo la informatización, las telecomunicaciones y el auge de Internet cambiarían el mundo.
Datos empíricos, gráficos y estadísticas sobre los principales desafíos de la agenda socio-económica global (pobreza, desigualdad y cambio climático, entre otros), llevaron a Rosen y a su equipo (no supera la docena de investigadores y ejecutivos) a convertir a OWiD en una de las asociaciones sin fines de lucro más exitosas de los últimos tiempos.
Roser se desempeña también como consultor económico del BreakThrough Institute, un think tank de investigación global que identifica y promueve soluciones tecnológicas a los desafíos ambientales y de desarrollo humano. Este centro de estudios redactó el Manifiesto Ecomodernista, que entre otros postulados señala que “desacoplar el logro del bienestar de los impactos ambientales implicará un compromiso sostenido con el progreso tecnológico y, en paralelo, la continuidad de la evolución social, económica y política de las instituciones”. Y en este sentido, postula que “el progreso tecnológico acelerado exigirá la participación activa, afirmativa y agresiva de los empresarios, de los mercados, de la sociedad civil y del Estado”.
El director de OWiD es un seguidor de la filosofía del psicólogo de Harvard, Steve Pinker. Este académico aborda en su ensayo “En defensa de la Ilustración” diversas cuestiones que ya había apuntado el filósofo Karl Popper a lo largo de su dilatada obra. En este sentido, Pinker señala que “una civilización optimista está abierta a la innovación y no le teme a ella, y se basa en las tradiciones de la crítica”. El optimismo a plazo fijo no es garantía de ganancia segura en esta era de la incertidumbre.
La matriz empírica en que se funda el optimismo de Roser y la filosofía del progreso de Pinker encontró en Jason Hickel, un antropólogo y economista de la universidad de Virginia, un fuerte crítico. “No es de extrañar que los nuevos optimistas hayan sido a menudo el objeto de críticas de científicos e historiadores por su uso selectivo de datos empíricos”, expresa Hickel, que también asesora a la ONU en temas de desarrollo humano.
En tiempos de desvalorización del sistema democrático no debería sorprender el péndulo veloz que oscila entre los populismos de izquierda y de derecha. Francis Fukuyama señala que “después de la crisis financiera de 2008, cuando debería haber aumentado el apoyo a los populismos de izquierda, lo que se obtuvo en cambio fueron populismos de derecha cuya narrativa explicaba mejor la situación económica de las personas de clase media, diciendo, por ejemplo, que la élite, permitiendo altos niveles de inmigración, conspiraba para quitarles sus trabajos”.
El poder (y el dinero) de los nerds
Our World in Data recibió una subvención del Departamento de Salud y Asistencia Social del gobierno británico y de la Fundación Bill & Melinda Gates. A ello se le suma el aporte individual de más de 4 mil personas. Pero es en el patrocinio de empresas tecnológicas donde se percibe el potencial del sitio fundado por Rosen, que cuenta como jefe de operaciones al doctor en Economía de Oxford, el colombiano Esteban Ortiz-Ospina.
El portal que contiene más de 3 mil gráficos que son diariamente consultados por los principales medios periodísticos de todo el mundo destaca en su web una expresión de Isaac Newton: “Si he visto más lejos que otros, es porque me he apoyado en los hombros de gigantes”.
Razón no le falta cuando observamos que entre los principales patrocinadores de OWiD figuran los entrepeneurs más destacados de estos días, los hermanos irlandeses Patrick y John Collison, creadores en 2010 de la start-up de pagos electrónicos Stripe. Hace pocas semanas esta empresa, cuya sede central está en San Francisco, alcanzó una valoración cercana a los 100 mil millones de dólares tras una exitosa ronda de capitalización que le permitirá ampliar en gran escala su espectro de negocios globales.
El auge del comercio electrónico durante la pandemia le ha permitido a los Collison, de 32 y 30 años, triplicar el valor anual de Stripe y expandir sus oficinas en más de una docena de ciudades, principalmente en los Estados Unidos y Europa. Se estima que para finales de este año el plantel global de la firma llegará a los 3 mil empleados. Actualmente Stripe funciona en 40 países. En nuestro país, la firma en la que los hermanos Collison controlan el 12 por ciento de las acciones, registró la filial Stripe Payments Argentina S.A. en marzo del año pasado con un capital inicial de 100 mil pesos.
Otro patrocinador premium de OWiD es Tobías Lütke, un empresario de origen canadiense que en 2004 fundó Shopify, un CMS (content management system, por sus siglas en inglés), que no es otra cosa que un software que se utiliza para crear, administrar y gestionar un sitio web; tiendas online en el caso de Shopify.
Dejamos para el final a Paul Graham, el especialista informático egresado de Harvard, cofundador de Y Combinator junto a Trevor Blackwell, un genio de la robótica. La empresa creada en 2005 es una start-up que lleva financiadas alrededor de 3.500 compañías globales por un valor superior a los 45 mil millones de dólares. Previamente en 1995 había fundado ViaWeb junto a Robert Morris, empresa que tres años después se convertiría en Yahoo Store.
Graham publicó más de una decena de libros. El más exitoso y difundido hoy en día se titula “How to disagree” (Cómo discrepar). Publicado en 2008, el ensayo trascendió masivamente por la llamada pirámide jerárquica del desacuerdo. El ascenso en la escala de la pirámide refuerza la posición propia, mientras que el descenso la debilita. Un verdadero manual de estilo para entender la agresividad irracional en las redes sociales.
Según el académico israelí Yuval Harari, el mayor problema político, legal y filosófico de nuestra época es cómo regular la propiedad de los datos. Por mi parte, agregaría también el doble desafío de garantizar su veracidad y la interpretación objetiva de los mismos. Un objetivo estratégico planteado en simultáneo a la posibilidad de liberar las patentes de las vacunas contra el COVID-19 que acaba de anunciar el gobierno del presidente Joe Biden.