CJNG: gran responsable de la mortal crisis de fentanilo en EEUU

La historia del CJNG en Estados Unidos es interesante, pues fue precisamente en ese país donde la agrupación comenzó a quedar al descubierto

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Se registró una balacera en
Se registró una balacera en un restaurante, ubicado en la avenida Real Acueducto, dejando como saldo de tres personas lesionadas y una persona privada de su libertad, quien después fue privada de su vida por sus captores.(Foto: FERNANDO CARRANZA/CUARTOSCURO)

En los últimos años, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha logrado posicionarse en el marcado de drogas de al menos una decena de países del continente americano. En esta primera parte se analizará el caso de Estados Unidos, mientras que en una segunda entrega se tocará el tema de Centro y Sudamérica.

En Estados Unidos, el CJNG ha ganado terreno debido a la disminución de influencia de las organizaciones históricamente dominantes. Por ejemplo, las agrupaciones preponderantes durante los noventa y la primera década del 2000, como el Cártel de Juárez y el Cártel de Tijuana, dejaron de liderar el trasiego ilícito de drogas hacia el norte del continente.

Más recientemente, el Cártel del Golfo y Los Zetas experimentaron un proceso similar a causa del embate del gobierno mexicano, a la captura de líderes, a la disputa con otras organizaciones y a la inestabilidad interna. Mención aparte merece el Cártel de Sinaloa que continúa realizando actividades relevantes en buena parte del continente.

La historia del CJNG en Estados Unidos es interesante, pues fue precisamente en ese país donde la agrupación comenzó a quedar al descubierto. En 2013, un ex traficante de drogas con clave CS-1, empezó a colaborar con la DEA y a proveer información nueva y detallada sobre los líderes, presencia y delitos que realizaba el entonces naciente grupo, el cual comenzaba a ser una preocupación para el gobierno estadounidense.

No fue hasta noviembre de 2014 que el cártel comenzó a ser considerado como una organización de “prioridad consolidada”, debido a que aumentó sus actividades ilícitas en el país. Inicialmente se concentró en el transporte y venta a grupos criminales locales de drogas como metanfetamina, cocaína, marihuana y diversas sustancias psicoactivas.

No obstante, durante los últimos años ha transitado hacia la producción, transporte y venta de fentanilo, siendo uno de los principales responsables de la crisis de salud pública y el creciente número de muertes registradas desde 2016 por consumo de opioides en suelo estadounidense.

Sobre el particular es necesario recordar que un kilogramo puro de fentanilo en el mercado ilegal puede alcanzar precios de entre USD 1.2 y USD 1.9 millones, por lo que es una sustancia altamente rentable que ha revolucionado el mercado de las drogas a nivel nacional e internacional.

Actualmente, de acuerdo con un mapa de 2019 desclasificado por la DEA y publicado en el National Drug Threat Assessment 2020, el CJNG realiza actividades ilícitas en los estados de Florida, Washington, Virginia, Tennessee, Georgia, Misisipi, Carolina del Norte, Kentucky, Kansas, Texas y California. Su presencia en dicho país está únicamente por detrás del Cártel de Sinaloa.

Para contrarrestar una posible expansión, a lo largo de 2020, diversas agencias de seguridad llevaron a cabo el Operativo Python en contra del cártel. Como resultado se detuvieron cerca de 700 personas vinculadas con la agrupación. Sólo a inicios de julio de ese año, en el golpe más contundente, se detuvieron cerca de 200 presuntos integrantes.

Existen posiciones que sugieren que el Operativo Python tendría resultados limitados en términos de las operaciones y de la captura de líderes del CJNG y que, en todo caso, tuvo propósitos político-electorales de cara a las elecciones presidenciales donde fue derrotado Donald Trump, en noviembre de 2020.

Si bien el CJNG sufrió un fuerte embate por la cantidad de capturas, continúa realizando operaciones en suelo americano de manera relativamente “normal”, incluso en el contexto de la pandemia del COVID-19. Esto sugiere una potencia interna importante y un nivel de resiliencia considerable.

Doctorante en ciencia política por la UNAM y Director de Análisis Político y Seguridad en la Consultoría SIE.

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