Un pueblo que busca escapar de su país reducido a la miseria, sin libertad, sometido a los crímenes que el régimen convierte en ley, feudo de los detentadores del poder, es el paraíso socialista en que Cuba fue transformada por la denominada revolución castrista. Desde el siglo pasado la palabra Cuba fue usada como señal de oprobio y miseria cuando la amenaza de instalación del comunismo se sentía. Se escuchaba -como advertencia de que no pasaría- que “Venezuela no es Cuba”. Pero pasó y hoy Venezuela es Cuba y peor por el castrismo convertido en castrochavismo que tiene una lista de nuevas víctimas. ¿Quién sigue es este devastador proceso?
El siglo XXI ha resultado el siglo de la expansión de las dictaduras en las Américas. De una dictadura -Cuba- en 1999 se ha extendido a Venezuela, Nicaragua, Bolivia, controló Ecuador con Correa y el gobierno de Argentina. Controlaron la Organización de Estados Americanos que durante el periodo Insulza ignoró deliberadamente la base de su constitución y la Carta Democrática Interamericana.
El dueño de esta operación es la dictadura de Cuba y la víctima principal -hasta ahora- es Venezuela, que de ser el país con más riqueza petrolera, estabilidad política y desarrollo sostenido de la región ha sido convertido en un estado fallido, controlado por el crimen organizado trasnacional, base de los procesos conspirativos y subversivos contra todas las democracias de las Américas, narcoestado y centro de la mayor crisis humanitaria que se conoce sin que haya guerra.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anticipó en 2019 que para fines del año 2020 habrían dejado Venezuela 6.4 millones de venezolanos y la cifra ha sido superada. Todos los países de la región están afectados por la llegada de venezolanos en busca de refugio que despiertan solidaridad pero que alteran su estabilidad económica y política al generar drásticos cambios de pobreza, marginalidad, empleo, inseguridad, confrontaciones sociales.
Venezuela ha pasado a ser un lugar de sobrevivencia que depende cada vez mas de las remesas de los venezolanos que forman el gigantesco exilio que prefieren llamar “diáspora”. El sueldo mínimo fijado por la dictadura venezolana liquidado por la inflación es de “menos de dos dólares al mes”. La hiperinflación del año 2020 fue del 3.713% y sigue en incremento. Todo igual o peor que Cuba, incluso el proceso acelerado de “dolarización”.
Han convertido a la cuna de la libertad y del Libertador en la principal colonia de Cuba que opera el sistema de seguridad, militar, político, de inteligencia, represión y más. Venezuela es donde la dictadura cubana aplica toda su metodología criminal, es el país con mayor cantidad de presos políticos, es el país con más grandes denuncias de torturas y vejaciones a los Derechos Humanos, es el país con más masacres encubiertas y es el país que ha roto el ominoso récord de perseguidos y exiliados políticos por el sistema de “judicialización de la persecución política” con jueces infames, sin estado de derecho, sin división ni independencia de poderes y sin libertad de prensa.
Venezuela es el centro de operaciones del castrochavismo dirigido por Cuba que por esta y muchas más pruebas ha sido reintegrada a la lista de los “países patrocinadores del terrorismo”. Pero lo más importante es que Venezuela es el campo de batalla, la última trinchera para sostener la dictadura de Cuba, porque es el escenario en que la dictadura cubana comete abiertamente todos los crímenes que encubre en su territorio.
Cuba ha llevado a Venezuela a un punto de agotamiento pues ya no produce lo que Cuba necesita y por eso -sanciones a Cuba y Venezuela de por medio- necesita otras fuentes, otros países donde implantar el exitoso proceso dictatorial que sirve para que el régimen cubano sobreviva oprimiendo y desestabilizando. La realidad objetiva muestra que teniendo Cuba el control de Nicaragua y Bolivia, sus objetivos principales son Colombia y Argentina.
Colombia ya está penetrada y acosada interna y externamente desde la legalización del crimen organizado como política con los denominados tratados de paz, en los que Cuba pasó de ser patrocinador de las FARC a ser mediador con la complicidad de los operadores colombianos del momento que incluso desconocieron un referéndum.
Argentina ha vuelto al control de Cristina de Kirchner y con Alberto Fernández como Presidente y ya es el principal soporte internacional de la dictadura de Cuba y del castrochavismo que avanza para tener todo el control interno si logra la manipulación del sistema de justicia con el que habrá desaparecido el estado de derecho que ya es difuso.
Las alarmas están, pero escuchamos…. Colombia no es Venezuela……¿Argentina no es Venezuela? Ya no se menciona a Cuba.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
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