El castrochavismo retoma todo el poder en Bolivia con la posesión de Luis Arce como presidente del estado plurinacional. Lo hacen impunes, con corruptela y traición a la Patria del gobierno que debió ser de transición y fue de complicidad, oposición funcional completa, fraude electoral, control de todos los poderes del estado, denegación de justicia y prevaricato de autoridades electorales y judiciales. Es un nuevo acto en su sistema dictatorial y el pueblo boliviano para recuperar su libertad y democracia debe iniciar ahora la lucha por la República de Bolivia Federal y Parlamentaria.
El exitoso fraude electoral, la confesa colusión dictadura-interinato-oposición en contra del pueblo boliviano, el encubrimiento del fraude con la violenta proclama de un ganador, la traición de los candidatos opositores que son parte del fraude por acciones y omisiones, la denegación y el prevaricato de autoridades electorales y judiciales, han dejado a los bolivianos en “situación de indefensión”. Las protestas populares denunciando el fraude y pidiendo auditoría electoral han sido silenciadas y manipuladas hasta lograr la apresurada posesión del nuevo presidente del estado dictatorial.
Quienes fungen como elegidos en las elecciones del 18 de Octubre no tienen ni legalidad ni legitimidad pues son resultado de elecciones amañadas, sin democracia, en el sistema dictatorial, con violencia e intimidación sobre la población. El nuevo presidente del estado plurinacional es el “suplente del dictador”, su designación emerge de una cadena de manipulaciones que incluyen la impunidad a su persona, a Evo Morales y a su entorno, la ilegal habilitación de su partido el Movimiento al Socialismo MAS, la imposición violenta de la fecha de elecciones con el bloqueo del oxígeno, fraude con padrón electoral falsificado, encubrimiento, denegación de justicia, prevaricato y más.
Estamos frente a las consecuencias de haber continuado actuando con simulación de democracia impuesta con la constitución falsificada que suplanta hasta ahora la República de Bolivia. Luego de la fuga de Evo Morales la dictadura se mantuvo intacta porque Jeanine Añez y su gobierno no reconocieron la República, se sometieron a la constitución del estado plurinacional, respetaron la organización criminal-territorial del MAS y garantizaron impunidad. En noviembre de 2019 “salió el dictador pero no la dictadura” y ahora regresa la dictadura en pleno.
La denominada constitución del estado plurinacional en Bolivia, es un estatuto dictatorial impuesto por Cuba y Venezuela que ha hecho desaparecer el sufragio universal, la igualdad de los ciudadanos y la democracia. Es un instrumento que garantiza el centralismo, el estatismo, el autoritarismo y el narcoestado. Es nula de pleno derecho porque actos criminales no producen efectos legales. El delito no crea derecho.
Para recuperar la libertad y la democracia en Bolivia no se puede continuar “haciendo oposición funcional”, actuando bajo las reglas de la dictadura y simulando una democracia que no existe. En Bolivia no existe respeto a los derechos humanos ni a las libertades fundamentales, no hay igualdad jurídica, no hay estado de derecho, no existe división ni independencia de los poderes públicos, no hay elecciones libres ni justas y no hay libre organización política. En estas condiciones hay que “sincerar la realidad nacional” y luchar por la recuperación de la REPÚBLICA y hacerla FEDERAL Y PARLAMENTARIA.
Debemos entender que hoy, el eje de confrontación político y social en Bolivia no es ideológico, ni regional, ni racial, ni generacional. El eje de confrontación es “la dictadura, el narcoestado y el castrochavismo” contra “la democracia, la República y la Nación Boliviana”. Se trata de una “confrontación existencial” cuyo resultado consolidará la dictadura como satélite del sistema de delincuencia organizada trasnacional que es el castrochavismo o devolverá la libertad democrática y republicana fundada en la nación boliviana como expresión de la unidad en la diversidad. Es la disyuntiva entre convertir Bolivia en Cuba o Venezuela o ser libre, independiente y soberana.
Bolivia debe volver a ser REPUBLICA porque es el sistema político “fundamentado en el imperio de la ley y la igualdad ante la ley que rige para toda la población por igual y sin distinción de ningún tipo de condiciones”, fundado en la "separación e independencia de poderes, cuya máxima autoridad ejecutiva es “elegida por un tiempo determinado”.
Para que Bolivia se mantenga unida debe ser FEDERAL porque el federalismo es el “sistema basado en la unión permanente de estados que se vinculan bajo principios de unidad nacional, jerarquía, autonomía y participación” en el que “las funciones de gobierno están repartidas entre los estados asociados y las competencias del Estado Federal”. El centralismo y el unitarismo son el escenario para las dictaduras como lo demuestra la historia.
El PARLAMENTARISMO ya es exitoso en Bolivia porque todo el sistema municipal por la Ley de Participación Popular es parlamentarista. En este sistema “la elección del jefe de gobierno, del poder ejecutivo, emana del parlamento y es responsable políticamente ante este”. El parlamentarismo contribuye a la estabilidad, el control y la transparencia. Un buen gobierno puede permanecer muchos años sin ser dictadura y un mal gobierno ser cesado rápidamente sin que sea golpe de estado.
*Abogado y Politólogo. Director del Intreramerican Institute for Democracy