Es hora de despertar

El mundo libre debe actuar con firmeza y apoyar a los líderes islámicos que se atreven a la paz y que deben animarse a terminar con los fanáticos porque de eso depende también su futuro y el de sus países y reinos, ya que el triunfo de los asesinos solo desgracias traerá para sus pueblos

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Flores y mensajes en las
Flores y mensajes en las puertas de la escuela secundaria en Conflans Saint-Honorine, a 30 km al noroeste de París, donde enseñaba el profesor decapitado por mostrar caricaturas de Mahoma

Francia vivió una jornada sangrienta en la que un profesor de escuela secundaria, alguien que educa y enseña, fue asesinado y decapitado tras mostrar en clase una caricatura de Mahoma. El presidente de la República, Emmanuel Macron, definió lo sucedido como “un atentado terrorista islamista”. Macron dijo que “la Nación entera está lista para defender a los maestros. El oscurantismo y la violencia que le acompañan (al atacante) no ganarán. El profesor fue asesinado hoy porque enseñaba, porque explicaba a sus alumnos la libertad de expresión, la libertad de creer y la de no creer”.

El docente habría utilizado caricaturas de Mahoma en una clase sobre libertad de expresión, algo que provocó la ira de algunos padres del colegio que se mostraron extremadamente enfadados por la situación. De hecho, nueve personas fueron detenidas por la decapitación del profesor en Francia, entre ellas el padre de uno de sus alumnos

El terrorista publicó en su Twitter, minutos después del asesinato, una foto con la cabeza del profesor y escribió: “Para Macron, el líder de los infieles, ejecuté a uno de sus perros del infierno que se atrevió a menospreciar a Mahoma”.

Está claro que se está librando una guerra entre el islam radical y el mundo occidental y que Europa ha menospreciado tal situación aún cuando los muertos por atentados islamistas entre 2000 y 2020 llegaron a casi dos mil.

Según el Libro Blanco y Negro del Terrorismo en Europa, publicado por el Parlamento continental, más 1800 personas europeas fueron asesinadas por yihadistas dentro y fuera de la UE hasta 2018.

Madrid, Barcelona, Niza, Londres, Bruselas, París y tantas otras ciudades del viejo continente han sido escenario de la brutalidad de asesinos terroristas que encontraron algún motivo para sentirse ofendidos y salir a matar gente a cuchillazos, con armas de fuego, con una bomba o atropellando transeúntes con un camión.

Decimos que se está librando una guerra que incluye al mismo Islam porque por un lado hay líderes que persiguen y firman la paz con el Estado de Israel como los Emiratos Árabes Unidos o Bahréin recientemente, mientras que por otro lado la teocracia iraní incentiva y financia el terrorismo sosteniendo organizaciones extremistas como Hamás o Hezbollah. La Yihad Islámica también forma parte del selecto grupo de asesinos en honor a sus creencias apoyados por los ayatolas.

Francia junto a España son quienes más han sufrido el ataque despiadado de los asesinos, debido a que aseguran sentirse convocados para matar en nombre de Dios. Sin embargo, los dos países en particular, y Europa en general, no siempre han sido taxativamente duros con el terrorismo negándose a llamar las cosas por su nombre por un pretendido pluralismo ideológico. La yihad entiende ese pretendido pluralismo como debilidad y en tal situación fortalece su dogma y se ve incitada a seguir en su raid de muerte porque intuye que es posible la victoria.

En Francia ha sido enorme el éxodo de judíos que emigraron por el ataque permanente de islamistas radicales que violentaron sinagogas, entraron a sangre y fuego en un supermercado kosher o que simplemente mataron a golpes y disparos en plena calle a miembros de la comunidad.

En la misma España, que ostenta el triste record de ser el país de la UE con mayor cantidad de muertos por el yihadismo, se evita la condena explícita cuando los terroristas matan gente. Son comunes la velas y las oraciones por la paz, pero no tanto la respuesta contundente contra el terrorismo.

Tal como mencionábamos anteriormente, esta circunstancia es entendida como un síntoma de debilidad por los radicalizados que redoblan la apuesta y van organizando su próximo atentado.

El mundo libre debe actuar con firmeza y apoyar a los líderes islámicos que se atreven a la paz y que deben animarse a terminar con los fanáticos porque de eso depende también su futuro y el de sus países y reinos, ya que el triunfo de los asesinos solo desgracias traerá para sus pueblos.

"Transcurre 2022 en París y Mohammed Ben Abbes, el candidato de la Fraternidad Musulmana (partido político inexistente en la realidad) gana las elecciones y es consagrado presidente de Francia.

Entre sus primeras medidas va moldeando una sociedad donde queda abolida la igualdad entre los hombres y las mujeres que ya no usan minifaldas ni pantalones sino polleras y blusas negras, los judíos emigraron masivamente a Israel y la televisión ya no transmite series ni programas occidentales.

En La Sorbona ya no se incentiva el espíritu crítico y el debate. A cambio de aceptar estas formas los profesores hombres pueden practicar la poligamia.

François, uno de los docentes, un hombre de mediana edad frustrado y desencantando analiza el tema, profundiza y finalmente se enfrenta a la decisión de recorrer el camino que le abrirá las puertas del bienestar económico y el goce sexual multiplicado".

Esta ficción llamada Sumisión fue escrita por el francés Michel Houellebecq. Se publicó por primera vez en enero de 2015 generando una enorme polémica mundial, incluso vinculando la obra al atentado contra la editorial Charlie Hebdo el 7 de enero, día en el que se dio a conocer una sátira sobre Mahoma relacionada al libro.

Desde ese día Houellebecq vive custodiado por agentes de la policía francesa.

El libro es ficción política pesimista, una historia de fantasía, la realidad es mucho más violenta y no deja lugar a la duda: debemos combatir al terrorismo en todas sus formas.

Es hora de despertar.

*Sergio Pikholtz es Presidente de la Organización Sionista Argentina.

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