Mi amigo en la vejez

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En los últimos años, por las redes sociales, principalmente, y las veces que viajo a Bolivia, familiares, amigos y conocidos me preguntan si soy del MNR, si veo en Estados Unidos al ex presidente Gonzalo “Goni” Sánchez de Lozada o qué tengo que ver con su ex ministro Carlos Sánchez Berzaín (CSB).

Veo que lo sigues mucho a Sánchez Berzaín, ¿es tu amigo? ¿Qué relación tienes con el ex ministro que le publicas sus artículos en tu página en Internet? ¿Sabes quién es el ex ministro y qué hizo en Bolivia?, etc, etc. son las preguntas recurrentes. Hoy decidí responder de una buena vez sobre estas preguntas.

En la medida de mi tiempo contesto en las redes sociales estas preguntas dependiendo de quién es mi interlocutor, porque las más de las veces son los típicos francotiradores que se dejan llevar por el popularísimo e infame “dice-que-dice”.

Precisamente la semana pasada alguien en me preguntó en Twitter: ¿Cómo puedes ser amigo de un asesino? ¿No sabes lo que ocurrió en 2003? Parece que este individuo se hizo eco de unas declaraciones del ministro de la presidencia, Yerko Nuñez, al referirse al eventual regreso del ex ministro a Bolivia.

“El señor Sánchez Berzaín tiene deudas pendientes en nuestro país, tiene que rendir cuentas al pueblo boliviano y la justicia tiene que actuar de acuerdo con la ley. No hay impunidad absolutamente para nadie, sean de anteriores gobiernos o de este gobierno tienen que rendir cuentas al pueblo boliviano”, dijo Nuñez.

Me pareció increíble esta declaración de nada menos que del hombre que funge como la mano derecha de la presidenta Jeanine Añez, porque parece que es uno de esos individuos que dispara primero y averigua después.

El régimen de Evo Morales (habrá que averiguar cuánto le costó al Estado boliviano) por más de una década persiguió judicialmente al ex presidente y su ministro en tribunales estadounidenses. El régimen masista se valió de deudos de los fallecidos en esos luctuosos sucesos (encabezados por Eloy Rojas Mamani) y de abogados norteamericanos para llevar adelante los juicios.

Morales aseguró que los abogados no cobraron ni un centavo. Algo realmente increíble porque en Estados Unidos nada es gratis (hasta hay un popular dicho: There is not a free lunch).

Un solo ejemplo. El multimillonario O.J. Simpson, famoso jugador de fútbol americano, hace algunos años debió vender hasta los trofeos que ganó porque su fabulosa fortuna la gastó en los abogados que hicieron que fuera declarado inocente de haber asesinado a su esposa y a un amigo de esta. O.J Simpson pagaba en todo el proceso hasta a cinco abogados. Uno de ellos (apellidado Shapiro) cobraba 5.000 dólares por hora para asistir a las audiencias…

Pero el caso es que, después de casi 11 años de juicio, el juez de la Corte de Distrito del sureste del estado de la Florida, James J. Cohn, dictó sentencia definitiva declarando a favor de Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín sin que los demandantes pudieran reclamar ninguna compensación de parte de los demandados.

Como lo que ocurrió aquel lejano 2003 se repitió casi en las mismas circunstancias hace apenas tres meses en Bolivia, vale la pena transcribir partes del comunicado que emitieron los abogados de Goni y Sánchez Berzaín el 30 de mayo de 2018 en Washington:

“Con la decisión del juez (Cohn) concluye el juicio sobre los difíciles y lamentables eventos de septiembre y octubre de 2003 que interrumpieron la democracia en Bolivia. El dictamen final del juez comprobó que (el) presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, Ministro Carlos Sánchez Berzaín, y su gobierno actuaron de acuerdo a la ley y que nunca tuvieron intención de causar daño a nadie. Para todos quienes los acompañaron en el gobierno, este veredicto confirma lo que siempre estuvo en su conciencia”.

“El juez llegó a su decisión después del estricto análisis técnico y jurídico de la ley y de los hechos revisando toda la evidencia presentada y se convenció de que el gobierno del Presidente Sánchez de Lozada y ministro Sánchez Berzaín defendió la ley y la vida de ciudadanos inocentes. La decisión del juez demuestra que no hubo absolutamente ninguna evidencia que indique la existencia de un plan u orden de utilizar la fuerza letal contra los civiles. La evidencia demostró que su gobierno enfrentó la conmoción social en medio de una grave crisis económica, siempre buscando el diálogo y la resolución pacífica de los conflictos, mientras que muchos buscaban destruir la democracia”.

”Esperamos que los resultados de este juicio no solamente recuerden a todos la importancia de la justicia para las democracia, sino que nos permitan recuperar la confianza en las instituciones democráticas. Bolivia necesita y merece retomar el camino de la libertad y la democracia”.

La pregunta obvia es si Yerko Nuñez está enterado de este juicio ante jueces y en tribunales absolutamente independientes. ¿O es que quiere que se viole el principio de la inviolabilidad de la cosa juzgada para que sean los jueces y fiscales nombrados por Morales los que inicien un nuevo juicio?

El problema que tengo ahora es cómo contesto a las innumerables preguntas que recibo, algunas de las cuales las apunté al principio. De entrada, debo decirles que nunca fui militante del MNR (mi formación ideológica es demócrata-cristiana). Quienes leen mis artículos en mi página TierraLejana.com comprobarán que jamás he escrito para favorecer a alguien o un partido, expresamente.

Hace dos años, un colega de un diario me contactó vía email para una entrevista (que creo que nunca se ha publicado). Todo tenía que ver con Sánchez Berzaín (en esos días se realizaba el juicio en Florida ante el juez Cohn).

Reproduzco esa entrevista en sus partes más salientes:

Estimado colega:

He aquí las respuestas al cuestionario que me envió. No sé cuál la extensión que puedo permitirme y descuento que para su trabajo solo utilizará lo que crea conveniente. Generalmente cuando alguien me pide mi opinión (o quiere reproducir mis artículos que escribo en tierralejana.com) la única condición que exijo es que recoja fielmente mi opinión, sin añadidos ni supresiones. Por el texto de su mensaje, creo que no puedo pedirle eso porque puntualiza que es para “enriquecer” el trabajo que está preparando. De todas maneras, le ruego hacer lo posible para copiarme fielmente en las citas que utilice.

1. ¿Cuánto tiempo vive usted de manera continua en Miami?

Exactamente 31 años (ahora 33, ya que estamos en el 2020).

2. ¿Cómo vivió los acontecimientos de septiembre y octubre de 2003? ¿Qué pensó cuando se enteró de la huida/salida de Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín en aquél entonces?

Los viví como si estuviera en Bolivia. Desde que salí del país en 1970 (El fundador y director de ANF, RP José Gramunt, me había recomendado dejar siempre una puerta abierta) jamás renuncié a leer diariamente la prensa nacional. En los años 80 nunca me perdía los informativos de PAT, del mediodía y en la noche (hasta que DirecTV eliminó el segmento). Le sugiero vea (entre otras) las notas que escribí en mi página en esos días. (En ese entonces era el corresponsal de la agencia alemana DPA, con sede en Miami, y cubrí –esa madrugada– la llegada de Goni (Ignoraba que también llegaba CSB).

3. Tomando en cuenta que viven en el mismo Estado y ambos son bolivianos, en todos estos años, ¿conoció a Carlos Sánchez Berzaín o se lo cruzó en algún momento? De ser así, ¿recuerda la fecha aproximada o precisa y las circunstancias? ¿Cuán lejos o cerca vive de usted y qué tipo de área/barrio es donde él reside? ¿Sabe algo de esto (las mismas preguntas) en relación a Goni?

A principios de los años 90 mi esposa y yo estábamos en un Burger King del Dadeland Mall y noté que en una mesa vecina estaban Sánchez Berzaín, su esposa y dos pequeñas niñas. Conocía a CSB (le recuerdo que yo veía todos los días PAT, aparte de leer los diarios) solo por esos medios. (Cuando yo salí de Bolivia, me imagino que él era aún estudiante de secundaria). Me acerqué y lo saludé.

Me impresionaba que un boliviano de tanta presencia en los medios pudiera estar en un sitio tan popular como un BK. Nunca más lo vi personalmente. Hace un par de años (o sea que, desde esa vez en el BK, hasta el 2015, pasarían alrededor de 25 años), volví a verlo personalmente en circunstancias inolvidables para mi. El Dr. Diego Arria, ex gobernador de Caracas, ex presidente del Consejo de Seguridad de la ONU y uno de los líderes en el exilio de los venezolanos, iba a ofrecer una conferencia en el Instituto Interamericano para la Democracia, que integra un selecto grupo de intelectuales defensores de la democracia en el continente, entre ellos mis amigos Carlos Alberto Montaner (mi antiguo director de las páginas de opiniones del diario El Nuevo Herald) y Armando Valladares, ex preso cubano y ex embajador de EE.UU. En medio de la disertación de Arria, mi esposa sufrió un accidente al rodar por las escaleras del edificio, al ir al baño. Yo seguía en la sala, pero vi que empleados del Instituto hablaban con Sánchez Berzaín, quien se movilizó de inmediato. Le habían enterado que era una boliviana la que había sufrido el accidente. Vino el socorro de los bomberos (están a cargo de los primeros auxilios) y me dijeron que los siguiera hasta el Hospital de la Universidad de Miami. Yo ya no manejo con la destreza de otros años y con el aturdimiento tomé una autopista equivocada y me perdí. Casi cuatro horas después llegué a la emergencia, para encontrar allí a CSB y otro boliviano amigo suyo alentando a mi esposa, que tenía un hombro fracturado. Estábamos en un barrio alejado a mi hogar y yo no manejo GPS, ni uso teléfono celular (mis hijos me reclaman por no haber salido del Siglo XX) y tampoco pude salir del nosocomio para encontrar la autopista más cercana que me condujera de regreso a mi hogar. CSB (en ese barrio donde después de las 11 de la noche no circula nadie) tuvo la paciencia jacobiana para orientarme. Cuando llegamos a casa, todavía tuvo la gentileza de llamarnos para asegurarse que habíamos regresado sin novedad. Al día siguiente, en un mensaje yo le agradecí desde el fondo del alma sus desvelos, su gran calidad humana para con unos compatriotas que no conocía o no recordaba haberlos visto desde los años 90.

CSB nos ha invitado un par de veces a su casa, pero no hemos podido ir porque los domingos (es el único día que tiene disponible y lo dedica a su familia) nosotros también nos reunimos religiosamente ese día con la nuestra. Por las señas que me dio alguna vez, sé que vive en un barrio de clase media al sur de Miami, no muy lejos de mi barrio, Hammocks. Tras el accidente de mi esposa nos visitó un par de veces. La más reciente vez que lo vi fue cuando tuvo le gentileza de venir a darnos el saludo de fin de año 2017. En cada ocasión me es muy grato intercambiar libros.

(Ahora complemento que en abril del 2019 fue la más reciente vez que lo vi cuando me invitó a dar una charla sobre la libertad de prensa en Bolivia, patrocinado por el Interamerican Institute for Democracy, de la cual es Director Ejecutivo, en la alcaldía de El Doral).

Por otra parte, la única vez en mi vida que estuve cerca de Gonzalo Sánchez de Lozada (como a 30 metros), fue en la inauguración de la Copa Mundial USA.94. Sé que vive en Washington DC o en algún pueblo del norte de EE.UU. Sospecho que está completamente alejado de la política. Si usted lee mis columnas de esos meses, encontrará que elogio la consideración con la que el presidente de Bolivia era recibido en los más altos círculos de la política estadounidense.

4. ¿Se habla en EE.UU. de Gonzalo Sánchez de Lozada y de Carlos Sánchez Berzaín? ¿Al menos en la comunidad latina/boliviana? ¿Cuál es la percepción en relación al juicio actual?

Los países de América Latina en EE.UU. siguen siendo la quinta rueda del carro. Solo son noticias en casos de catástrofes políticas, sociales o naturales. Me refiero a noticias del día a día, porque los grandes medios impresos (como el NYT, el WSJ, LAT, TWP, TMH, etc) de cuando en cuanto publican notas-análisis, de perspectivas o hasta insólitas como la de las “cholitas voladores” de la lucha libre en El Alto.

No tengo idea de cómo la prensa local o nacional cubrió el juicio contra Goni y CSB mientras duró. Me imagino (subrayó esta palabra) que no le dieron mucha importancia o lo ignoraron porque cuando se produjo el veredicto del jurado Fort Lauderdale, cerquita a Miami) no lo vi ni en El Nuevo Herald, el diario en español más importante de la ciudad y el resto de Estados Unidos.

Lamentablemente no estoy vinculado a la comunidad boliviana (lo estaba en los años 80 cuando apoyaba sus torneos de fútbol en la Bahía de Biscayne, disputados mayormente por gentes de escasos recursos). En mis tres décadas en Miami, solo una vez asistí a una recepción del consulado, un 6 de agosto.

En mi parroquia (hay gentes de al menos una docena de nacionalidades latinoamericanas) quienes han escuchado del juicio, recuerdan que la justicia de EE.UU. no les halló culpabilidad en todas las instancias en que se ventiló porque consideró que actuaron en defensa del orden público en un Estado de Derecho, ante una abierta subversión cuyo fin era derrocar a un gobierno legalmente constituido. Un colega salvadoreño (ex corresponsal de UPI) halló una diferencia enorme entre el juicio penal a los bolivianos y el que halló culpables de violación de los DD.HH. en su país a un ex ministro de defensa (Gral Carlos E. Vides Casanova) y otro alto militar, juzgados en Florida. A ellos si se les probó que desde sus altos cargos violaron sistemáticamente los DD.HH. En Facebook y Tweeter donde participo cotidianamente, tampoco he visto profusión de informaciones sobre el juicio. Diría que la gente cree que Goni y CSB actuaron de la forma que lo hicieron otros gobiernos que les precedieron y lo hace el actual cuando se trata de restablecer el orden público, y más si hay una subversión encaminada a defenestrarlo.

1. En relación a la pregunta 3, de ser afirmativa, ¿conoce algún dato curioso o rutinario de el señor Carlos Sánchez Berzaín? ¿Vive con su familia? ¿A qué se dedica aparte de dar charlas? ¿Sabe si las versiones periodísticas de que trabaja en bienes raíces son ciertas? ¿Qué tipo de vehículo maneja?

Sé que vive con su familia, que ya es abuelo (las niñas de los años 90 ahora son jóvenes profesionales). Hace algún tiempo leí una nota en El Nuevo Herald en la que se aseguraba que es millonario. Sé que antes de ser tentado por la política era un exitoso abogado de grandes empresas mineras (entre ellas las de Goni) y me imagino que ya tenía un sólido patrimonio, porque esos abogados son contaditos (en Bolivia y otras partes). Al leer la nota en el diario me pregunté ¿cómo es que CSB no vive en Coral Gables u otra zona similar?, una de las urbanizaciones más exclusivas de la ciudad. También me pregunto, si “un millonario” como le atribuyen ser, ¿tiene necesidad de trabajar de sol a sol y de lunes a sábado?

CSB, en el mundo político de EE.UU, es considerado como un intelectual de primer nivel, de impecable lógica jurídica, un estudioso del diario acontecer político mundial. Esta afirmación la hago (con cierto orgullo porque pone en alto el gentilicio boliviano) en base a las entrevistas que concede a varios medios locales e internacionales de radio y TV y que generalmente son reproducidas en las redes sociales. Una habilidad que pocos tienen (quizás es el “dato curioso” que me preguntó) es que maneja sagazmente los tiempos en TV, algo que encanta a los entrevistadores. En toda mi carrera periodística solo la he visto esa habilidad, en otro persona, el Dr. Arria, ya mencionado.

No sé ni creo que trabaja en bienes raíces: Lo dudo mucho, porque a simple vista tendría que tener días de 30 horas. La más reciente vez que me visitó (finales del 2017) lo vi manejando un Mustang de los años 70 (creo) reconstruido. Me confesó que desde jovencito siempre ha sido un enamorado de los carros antiguos.

2. ¿Me recomienda hablar con alguna persona allegada a él y a Goni para conversar sobre esto? Ya intenté con Mauricio Balcázar y no tengo respuesta.

En verdad no se me ocurre nada ni nadie, pero qué mejor que ir a la fuente. Hable directamente con CSB. Lo hacen otros medios bolivianos, por ejemplo El Deber.

Espero satisfacer su entrevista con estos aportes que solo se asientan en la verdad y nada más que la verdad.

Un cordial saludo

Hernán Maldonado

Miami, abril 25 del 2018

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Poco que añadir a la entrevista que les copié y que, (repito) creo, que nunca fue publicada.

Reitero que la más reciente vez que vi a CSB fue en abril del 2019 en esa conferencia en El Doral sobre la libertad de prensa.

Desde el 2015 o un poquito antes, calculo que han sido unas cinco veces en que nos hemos visto en casa cuando me ha visitado. He disfrutado enormemente de sus visitas y quedé tan impresionado de sus conocimientos y anécdotas que hasta, entusiasmado, le propuse escribir un libro… (Creo que a estas alturas ya no me dan las fuerzas; los años pesan).

En una de esas le pregunté si, como salió publicado, en El Nuevo Herald, se hizo millonario en el gobierno. Respondió: “Mis acusadores deben averiguar con qué patrimonio asumí la función pública… Ese dato está en la Contraloría”.

Creo que antes les conté que CSB era un próspero abogado de grandes compañías mineras cuando fue tentado por Goni para saltar a la arena política.

En los círculos políticos y los medios de Miami (y más allá) CSB es altamente considerado por sus amplios conocimientos de la política no solamente boliviana, sino latinoamericana. Es frecuente invitado a programas televisivos de enorme audiencia local y nacional. Por las notas suyas que reproduzco en las RRSS sé que lo entrevistan desde Argentina, Chile, Perú, Colombia, Nicaragua, Venezuela y también desde Bolivia.

Hace 50 años que salí de Bolivia y jamás vi que a un político boliviano se le dispensara la atención de los medios como a CSB. Es uno de esos rarísimos profesionales latinoamericanos que tiene habilidad tanto oralmente como con la palabra escrita. (Es autor de varios libros y de miles de artículos). Destaco siempre su destreza para manejar los tiempos en la TV de manera que los conceptos que quiere transmitir no sean interrumpidos por el entrevistador.

El presentador peruano Jaime Bayly lo ha invitado varias veces a su programa y se ha deshecho en elogios a CSB. Lo mismo ocurre con Oscar Haza, presentador del Canal 41. Hace pocos días lo entrevistó el embajador de Venezuela en Canadá, Orlando Viera Blanco, y quedó tan impresionado que cerró la entrevista con: “¡Carlos Sánchez Berzaín, presidente!”

Recuerdan que más arriba les revelé que le propuse alguna vez escribir un libro. Creo que ya no será posible. Quizás será él mismo quien lo escriba alguna vez para que sepamos, por ejemplo, cómo es que Evo Morales le lloró en el hombro para no ser desaforado. Quizás tengamos detalles de unos recibos que se mantienen en la oscuridad. Es posible que sepamos que Alvaro García Linera casi nunca habló contra CSB porque hubiera sido morder la mano de quien le dio de comer; o de la nobleza del Gral Hugo Bánzer con su enemigo político Víctor Paz Estenssoro, o de este en los últimos días de Juan Lechin Oquendo, así como detalles nunca hecho públicos de los últimos días de vida del jefe del MNR, etc, etc.

Como hace un casi dos años que no he hablado con él en vivo y en directo (fue muy fugaz nuestro encuentro el año pasado en El Doral), no sé cuáles son su planes dada la nueva situación en Bolivia. Leí que aspira a volver. ¿Dejará de ser el boliviano más leído, respetado, visto, escuchado y admirado en Estados Unidos? Como siempre digo: Amanecerá y veremos.

Febrero, 2020.

Puntualización. Esta nota debí publicarla a fines de febrero, pero debí viajar a La Paz por tres semanas (y me quedé varado tres meses por la cuarentena). Como recién en octubre “entré” en el mundo del celular, no soy diestro en su manejo y solo esporádicamente (contra mi costumbre) participé desde Bolivia en las redes sociales.

Ahora de vuelta en Miami me pongo al día en muchos mensajes que me había perdido y me llama la atención la importancia con la que los medios locales y nacionales, así como la radio boliviana le dan a las opiniones de Sánchez Berzain.

En estos últimos 15 días he reproducido en las redes sociales al menos cuatro largas entrevistas de la TV de Estados Unidos y de radios bolivianas al ex ministro y no he escatimado elogios a los planteamientos suyos, porque tienen una importancia y vigencia de primer nivel en la realidad actual boliviana. No creo equivocarme (ni me dejo llevar por mi amistad) al sostener que actualmente en el país no hay un político como él que analice la situación nacional con la visión, la experiencia y el vasto conocimiento jurídico social de la realidad boliviana.

Así que, para los que me preguntan frecuentemente sobre CSB, esta es mi respuesta, absolutamente honesta. ¿O es que a mis 80 años podría yo albergar algún interés? Gracias a todos por su paciencia.

El autor es periodista, ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años corresponsal de ANF de Bolivia

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