El Departamento de Justicia presentó una propuesta que busca revertir las protecciones legales de las que gozan las plataformas de Internet en virtud de la Sección 230 de la Ley de Decencia de Comunicaciones. La propuesta que se presentó ayer en el Congreso permitiría aplicar sanciones más severas a las plataformas online cuando se publica contenido vinculado a diferentes tipos de ilícitos. En este sentido, se busca limitar las protecciones legales que rigen en casos de explotación infantil, terrorismo y cyberbullying.
Además, eliminaría las protecciones legales cuando las plataformas facilitan actividades de terceros que violen disposiciones de la ley penal federal, como ocurre con las estafas, y el tráfico de drogas. Las compañías de Internet perderían la inmunidad de la que hoy gozan si supieran que se está llevando a cabo una conducta ilegal en sus plataformas.
Sin esas protecciones legales, las compañías tecnológicas podrían estar expuestas a reclamos judiciales por parte de usuarios que se hayan sentido perjudicadas por esos delitos. Pero a la vez, en el proyecto se plantea menos moderación cuando se trate de contenidos que no infringen la ley. Esta propuesta, si se aprueba, podría implicar un gran cambio para el funcionamiento de las redes sociales.
Por qué se avivó la polémica
En las últimas semanas creció la polémica en torno a la sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones que limita las responsabilidad de las plataformas en relación al contenido que se publica en sus sitios aunque les permite establecer normas comunitarias.
No es la primera vez que se cuestiona esta normativa, pero el tema cobró especial relevancia luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara el 28 de mayo una orden ejecutiva para que se revise y modifique la sección 230 que limita las responsabilidad de las plataformas en relación al contenido que se publica en sus sitios.
Esta decisión surgió luego de que Twitter marcara dos de sus tuits como denuncias “sin fundamento”. Eran dos publicaciones que hizo el presidente donde decía que el voto por correo era fraudulento.
Twitter incluyó debajo de esas publicaciones un mensaje que decía: “Obtenga la información sobre las votaciones por correo”, el mismo llevaba a los usuarios a un aviso señalando que las afirmaciones del mandatario son “infundadas”, y remitía a información de varios medios, entre ellos la CNN y el Washington Post.
“Trump afirmó falsamente que las boletas de voto por correo llevarían a elecciones fraudulentas”, sostuvo el aviso. “Sin embargo, los verificadores dicen que no hay evidencia de que las papeletas por correo estén relacionadas con el fraude electoral”.
Trump repudió esto que hizo Twitter y lo acusó de interferir en las elecciones. Dos días después firmó la orden ejecutiva. Y luego de eso, otro tuit de Trump en relación a los disturbios ocasionados en el marco de las manifestaciones que surgieron en Minneapolis por la muerte de Georg Floyd fue marcado por la misma red social por considerar que “glorificaba la violencia”.
La plataforma indicó que el tuit viola sus reglas, pero igual lo dejó visible por considerar que era de interés general. Esta decisión de ocultar pero sin borrar los contenidos que son relevantes para la comunidad es parte de una directiva que aplica Twitter desde el año pasado.
El mensaje que marcó Twitter es el siguiente: “Estos matones están deshonrando la memoria de George Floyd, y no voy a dejar que esto pase. Acabo de hablar con el gobernador Tim Walz y le dije que los militares están con él hasta el final. Cualquier dificultad y estaremos tomando el control, pero, cuando los saqueos empiezan, los disparos también empiezan. ¡Gracias!”.
Facebook, por su parte, decidió no eliminar, ni marcar de ningún modo la publicaciones en relación a las protestas que hizo Trump en esa plataforma . “Sé que muchas personas están molestas porque hemos dejado los puestos del Presidente, pero nuestra posición es que debemos permitir la mayor expresión posible a menos que cause un riesgo inminente de daños o peligros específicos enunciados en políticas claras”, dijo Mark Zuckerberg, CEO de Facebook y explicó que, a su parecer, las redes sociales no debían ser árbitros de la verdad .
Cabe recordar que en mayo, YouTube y Facebook prohibieron a David Icke, escritor que califica a la pandemia de un engaño y apoya otras teorías conspirativas sobre las vacunas y el cambio climático. Sin embargo, su cuenta de Twitter sigue vigente y cuenta con 329 mil seguidores.
Qué dice la sección 230
La Sección 230 es una disposición de la Ley de Decencia de Comunicaciones de 1996 que afecta a todos los foros online, lo cual abarca desde Twitter o Facebook hasta los comentarios en cualquier página. Según esa disposición, los operadores del foro no pueden ser considerados responsables de lo que los usuarios comparten en sus sitios, incluso si implica alguna infracción de la ley.
“Ningún proveedor o usuario de un servicio informático interactivo será tratado como el editor o el orador de cualquier información proporcionada por otro proveedor de contenido de información”, dice la normativa.
Esto es básicamente exime de responsabilidades a las redes sociales así como a los foros que pueden funcionar dentro de cualquier medio, respecto del contenido que publican los comentaristas, foristas o usuarios en sus sitios. Esto protege a los sitios de demandas si un usuario publica algo ilegal, aunque hay excepciones para cuando se trata de violaciones de derechos de autor, material relacionado con el trabajo sexual y violaciones de la ley penal federal.
En términos generales, la normativa dice que las plataformas no tienen la obligación de quitar posteos pero pueden aplicar sus propias normas dentro de la comunidad. En el último tiempo y tras ser acusadas en varias oportunidades de ser un espacio donde se viraliza información falsa y actos de violencia, las redes han modificados su normas para combatir estas cuestiones.
Tanto Facebook como Twitter trabajan con verificadores de noticias que son medios o agencias de comunicación y, en ambos casos, cuando algún contenido es falso o parcialmente falso se pone un cartel indicando esto al usuario y se les ofrece información de contexto verificada.
Los cuestionamientos a la sección 230
Los detractores de la section 230 esgrimen que esta medida les permite a las redes sociales de censurar o silenciar ciertas voces. Trump sostiene que se censuran las voces conservadoras o ciertos discursos. El concepto es que, si las redes sociales van a regular el contenido que aparece en sus plataformas, entonces deberían ser monitoreadas más de cerca, como ocurre con los medios.
Los republicanos, entre ellos los senadores Josh Hawley, Ted Cruz y el representante Paul Gosar han planteado que las plataformas están censurando puntos de vista de las alas conservadoras. El reclamo del sector Republicano se suele anclar en que se respete la libertad de expresión de los ciudadanos.
Lo interesante es que justamente los que están a favor de la sección 230 creen que sostener esta medida es fundamental porque el hecho de liberar de responsabilidad a las redes sociales permite que haya libertad de expresión en las redes y que todos puedan expresarse libremente. De hecho la Electronic Frontier Foundation, una entidad que aboga por los derechos digitales de los ciudadanos describe a la sección 230 como la ley más importante que protege el discurso en internet.
Pero no sólo los republicanos se han mostrados críticos con esta normativa. La sección 230 fue blanco de ataque por parte de los demócratas por diferentes motivos. De hecho, los demócratas han reclamado en varias oportunidades que las plataformas tomen un rol más activo y eliminen más contenido vinculado al discurso de odio, terrorismo y acoso.
En enero de 2020, Joe Biden propuso revocar la Sección 230 por completo por considerar que les permitía a las plataformas que se viralice contenido falso sin ninguna consecuencia. El senador Bernie Sanders también dijo en una oportunidad que “Los gigantes tecnológicos y las plataformas online no deben protegerse de la responsabilidad cuando a sabiendas permiten contenido en sus plataformas que promueve y facilita la violencia “.
La modificación que se propone
La modificación que se propone en la orden ejecutiva firmada por Trump es que los reguladores consideren eliminar las exenciones de responsabilidades para las plataformas que están en la sección 230. Pero la Casa Blanca no puede cambiar la ley sin el Congreso. Esta orden ejecutiva derivó en la propuesta elaborada por el Departamento de Justicia que que se dio a conocer ayer y que ahora queda en manos del Congreso.
No es el primer cambio propuesto. En abril de 2018, Trump promulgó la Ley Permitir a los Estados y las Víctimas Luchar contra el Tráfico Sexual en línea (FOSTA, por sus siglas en inglés), un proyecto que pretende combatir el tráfico sexual al reducir las protecciones legales para las plataformas en línea.
FOSTA establece una nueva excepción a la Sección 230, aclarando que la excepción planteada por esa norma no aplica a los cargos civiles y penales por el tráfico sexual o a conductas que “promueven o facilitan la prostitución”.
¿Plaza pública o medio de comunicación?
Detrás de toda esta polémica hay un punto importante y es decidir si las redes sociales van a ser entendidas como una plaza pública (virtual) donde cada quien puede expresar su opinión; o si serán consideradas como un medio de comunicación y como tal se los va a comenzar a hacer responsables por lo que se publique allí.
La primera visión, la de la plaza virtual, plantea total libertad de expresión. Es lo que ocurrió hasta hace unos cuatro años cuando, respondiendo a las múltiples críticas y reclamos, las redes comenzaron a tomar algunas medidas para reducir la visibilización de información falsa, empezaron a alertar sobre este contenido así como sobre aquellos posteos que podrían propiciar la violencia. En ese mismo sentido, también cuentas las redes con diferentes mecanismos para que los usuarios puedan denunciar o bloquear a otros usuarios.
Si se empieza a responsabilizar a las plataformas por todo el contenido que publiquen sus usuarios, es posible que empiece a haber menos libertad para que los usuarios se expresen allí. Tal vez se encuentre algún espacio intermedio de regulación. También podría ocurrir que “el discurso libre” comience a quedar relegado a los servicios de mensajería privada como WhatsApp o Telegram.
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