“El pacto del siglo”: una vez más, Palestina se niega a negociar

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Foto del martes del presidente de EEUU, Donald Trump, junto al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, durante el anuncio de un plan de paz para Oriente Medio. Ene 28, 2020. REUTERS/Brendan McDermid
Foto del martes del presidente de EEUU, Donald Trump, junto al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, durante el anuncio de un plan de paz para Oriente Medio. Ene 28, 2020. REUTERS/Brendan McDermid

El largamente esperado plan de paz elaborado por la administración de Donald Trump y hecho público en los últimos días se ha topado con variadas reacciones, dentro y fuera de Israel, y con la contundente oposición palestina.

Una vez más los palestinos, antes liderados por Yaser Arafat y después por Mahmud Abás, han rechazado siquiera sentarse a conversar con su contraparte israelí.

Es una estrategia o actitud que viene de muy lejos, desde la creación del Estado israelí en 1948, de ahí el cliché de los políticos israelíes que se resucita con cada tentativa de paz: “No hay socio para negociar”.

En este nuevo documento estadounidense, apodado por Trump “el pacto del siglo”, si bien los israelíes salen favorecidos, los palestinos ganan un 50% más de territorio de lo que lo hacían con los acuerdos de Oslo, firmados entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el primero en 1993 en Washington y el segundo en 1995 en Taba.

La situación que se les plantea a los palestinos con este acuerdo, y los anteriores, es idéntica a la que se les planteaba a los judíos que se asentaban en la Palestina del Imperio británico con la esperanza de construir su nuevo país: en 1948 el plan de partición de la ONU ofrecía a Israel entre un 55 y un 60% del territorio, y los líderes judíos del momento discutieron ese reparto que consideraban injusto.

En enardecidos debates se preguntaban si debían tomar lo que ofrecía la comunidad internacional o si debían seguir luchando por toda la tierra, y la mayoría decidió aceptar lo que estipulaba el documento de las Naciones Unidas.

La necesidad de un hogar nacional y un territorio en el que poder vivir y prosperar primaba por encima de todas las demás consideraciones.

Hoy en día a Mahmud Abás y su partido se le plantea el mismo dilema. Y lo cierto es que la directiva palestina podría decidir algo parecido a lo que decidió aquella directiva judía hace 71 años: llegar a un compromiso territorial y comenzar a ser constructivos.

En esta primera semana de recepción del plan de paz de Trump no parece que ese sea el camino que van a seguir, un plan de paz que es apoyado por los países suníes de la zona y también por el opositor al actual primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el ex jefe del Estado mayor Benny Gantz, quien ha dicho que lo presentará al parlamento (Knéset) y lo defenderá.

Ha llegado el momento de abandonar las excusas y avanzar de una vez por todas en este larguísimo proceso de paz que tanto necesitan ambos pueblos.

La autora es fundadora y directora ejecutiva de Fuente Latina.

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