Estaba en la redacción la mañana del viernes 5 de febrero de 2016 cuando Lohana Berkins murió. No recuerdo cuándo ni cómo fue que conocí a Lohana, a quien admiraba. Era una señora íntegra, que imponía respeto.
Leí el posteo de Marlene Wayar y quedé prácticamente paralizado. Reproducía una carta de Lohana, escrita en su lecho de muerte, que tenía una frase que me hizo emocionar: "Todos los golpes y el desprecio que sufrí no se comparan con el amor infinito que me rodea en estos momentos".
Hacía poco que con Rodolfo habíamos decidido casarnos, y cuando leí el posteo no pude sino recordar que mi situación no siempre había sido tan promisoria. Todo en esa frase me hablaba a mí: los golpes, el desprecio y el amor infinito que me rodeaba. Sentí que el estómago se me estrujaba. Hice como que nada pasaba y seguí trabajando.
Algo parecido me pasó cuando en junio de 2015, también un viernes, también trabajando en la redacción, la Corte de Estados Unidos falló a favor del matrimonio gay. Recuerdo que me paseaba por las redes sociales cuando me crucé con un párrafo del voto del juez conservador Anthony Kennedy: "No hay ninguna unión más profunda que el matrimonio, que representa los más altos ideales de amor, fidelidad, devoción, sacrificio y familia. (…) Como lo demuestran los demandantes de estos casos, el matrimonio representa un amor que puede sobrevivir a la muerte. No habríamos entendido a estas parejas si decimos que le faltan el respeto a la idea del matrimonio. Ellas lo respetan tan profundamente que tratan de encontrar su cumplimiento por sí mismas. Su esperanza no debe ser condenada a vivir en soledad, excluidas de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Piden la misma dignidad a los ojos de la ley. La Constitución les otorga ese derecho".
Trabajando para Infobae también tuve la suerte de poder contar el avance del matrimonio gay en los Estados Unidos y en la Argentina.
Y sobre todo, pude contrastar mis ideas al respecto con un equipo diverso y muchas veces con posturas antagónicas, pero siempre conviviendo en una armonía sorprendente
Por eso, cuando alguien propuso intervenir el logo de Infobae para mostrarlo multicolor y diverso, me gustó la idea de ser yo quien contara por qué. Aunque seguro hay otros y otras que también pueden contarlo.
Y si tuviera que contar por qué hoy Infobae intervino su logo, diría que lo hizo por dos motivos: para homenajear a los que un día hicieron quilombo ante una injusticia y para celebrar el amor que nos rodea.
Creo que eso es lo que más me gusta del Gay Pride: que no se achica y que es una fiesta.