El cambio de la política exterior de España respecto a la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos en las Américas es negativo, público y notorio a poco más de 100 días de que Pedro Sánchez juró al cargo de Presidente del Gobierno. El indicio de que el precio del respaldo de Pablo Iglesias y Podemos a la investidura del PSOE sería el sostenimiento de las dictaduras para las que Iglesias trabaja y que lo financiaron, es ahora evidente en la nueva política exterior de España para sostener las dictaduras castrochavistas de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
El Artículo 1.1. de la Constitución Española establece que "España se constituye como un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político". Respecto a los derechos de la persona determina en el Artículo 10.2. que "las normas relativas a los derechos fundamentales y las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España".
La política exterior de un Estado se formula en base a los principios y los intereses del mismo y es expresión de la política interna. Rafael Calduch en la Universidad Complutense de Madrid considera "la política exterior como aquella parte de la política general formada por el conjunto de decisiones y actuaciones mediante las cuales se definen los objetivos y se utilizan los medios de un Estado para generar, modificar o suspender sus relaciones con otros actores de la sociedad internacional".
En este marco, es de esperar que la política exterior de España se funde en los principios de su Constitución y de su sociedad que son la libertad, la justicia, la democracia y el respeto a los derechos humanos, privilegiando sus legítimos intereses de influencia, seguridad, expansión e intercambios económicos, comerciales y culturales. Se trata de la política exterior del Estado y no del partido o coalición en el poder cuya ideología o posiciones políticas han de influir en su formulación, pero no al punto de violar los principios fundamentales del Estado.
La realidad objetiva muestra que Pedro Sánchez no tomaba el poder sin el apoyo de Pablo Iglesias y su partido Podemos, para lo que evidentemente pactó una cuota política que tiene que ver -entre otras que van apareciendo- con el área de comunicaciones, información y relaciones internacionales a favor de los regímenes dictatoriales de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua (además de las FARC y otros en Colombia) que articulados como movimiento bolivariano o socialismo del siglo XXI impulsaron y financiaron de diversas formas (muchas ya probadas públicamente) a Podemos.
En el marco de la Carta Democrática Interamericana de la OEA en la que España es Observador Permanente, no existe duda sobre la condición de dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, porque sus regímenes no cumplen ninguno de los elementos esenciales de la democracia: no hay respeto a la libertad ni a los derechos fundamentales con persecución política judicializada, presos y exiliados políticos, represiones sangrientas, masacres y torturas; no existe estado de derecho; no hay división ni independencia de poderes; no existe la posibilidad de elecciones libres ni justas; y no hay libre organización política y no hay libertad de prensa.
Mientras en las Américas se libra la lucha por la liberad y la democracia, y los pueblos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia son victimas de la violación diaria de sus derechos humanos por los regímenes castrochavistas que los oprimen, el Presidente del Gobierno de España ejecuta su nueva política exterior de sostenimiento de las gestiones de Díaz-Canel de Cuba, de Nicolás Maduro de Venezuela, de Evo Morales de Bolivia y de Daniel Ortega de Nicaragua. La simple revisión de la agenda internacional de Pedro Sánchez y de su Ministerio de Relaciones Exteriores lo acreditan.
Viven en España asilados políticos cubanos, venezolanos, bolivianos y nicaragüenses víctimas de los dictadores Castro-Díaz-Canel, Chávez-Maduro, Morales y Ortega. La lucha contra las dictaduras para restaurar la libertad y la democracia no es hoy la confrontación de derechas e izquierdas, es un tema de los principios fundamentales contra regímenes de crimen organizado que han instalado narco estados, ahora apoyados por la nueva política exterior de España para deshonra de la izquierda democrática que siempre buscó representar el PSOE.
*El autor es abogado y politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
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