Las dictaduras de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia ejecutan una estrategia de ataque contra las democracias de las Américas como su mejor recurso para cumplir el objetivo de permanecer indefinidamente en el poder. Arrinconados por las crisis, han pasado al ataque y el Foro de San Pablo en La Habana fue el escenario de impulso a la nueva fase de desestabilización. La confrontación de "las dos Américas", democrática y dictatorial, se tensiona porque las dictaduras atacan con la migración forzada, el narcotráfico, la generación de violencia interna y la desestabilización.
La dictadura de Cuba para mantenerse casi 60 años en el poder ha usado esta estrategia para que los agredidos estén mas ocupados en defenderse que en señalar los crímenes del castrismo, o decidan coexistir con ellos para evitar dedicar tiempo y recursos a protegerse de la amenaza. Ahora que el "imperio dictatorial castrochavista" se desmorona, la acción de sus regímenes de delincuencia organizada es el ataque, que tan buenos resultados les ha dado a los Castro.
Las dictaduras castrochavistas atacan a las democracias con la migración forzada por la crisis humanitaria que han creado en Venezuela; con el narcotráfico que controlan, con el que han convertido en narcoestados a Venezuela y Bolivia, vía cocaína de las FARC y de los cocaleros de Evo Morales; con la generación de violencia interna con infiltrados o las llamadas disidencias de las FARC; y con desestabilización a través de bien lubricados dirigentes e informadores que suplantan a la prensa.
Hoy, Colombia, Brasil, Panamá, Ecuador, Guyana, Perú, Chile, Argentina, Estados Unidos, en realidad todos los países democráticos de la región, están bajo presión de la migración forzada por la dictadura de Venezuela que ha convertido una de sus vergüenzas y problemas un problema para toda la región. Las democracias deben enfrentar problemas de seguridad, de empleo, de salud, de tránsito, de identificación, de presupuesto y de derechos humanos por causa del régimen criminal castrochavista de Nicolás Maduro que ha transforma sus crímenes y sus efectos en arma política. Muy parecido al llamo "éxodo del Mariel" promovido por el dictador Fidel Castro contra Estados Unidos, pero múltiple e indefinido.
Todas las democracias sufren el incremento en la "prevalencia de consumo de droga" producida y/o traficada por las dictaduras. El presidente de Argentina acaba de militarizar la frontera con Bolivia para que las Fuerzas Armadas apoyen a la Gendarmería y a la Policía en la lucha contra el tráfico de cocaína con el que Evo Morales invade. Chile tiene especial control de su frontera con Bolivia por la misma razón. Brasil ya lo hizo tras la destitución de Rousseff, realizando sostenidas operaciones contra la droga que el estado del cocalero Morales exporta. En Paraguay acaban de detener un "envío de cocaína en carbón con destino a Siria que tiene relación con grupos terroristas islámicos".
La violencia interna se desborda en todas las Américas con pandillas, maras, carteles y mafias dedicadas al trafico de drogas, lavado de dinero y penetración de la política con recursos del narcotráfico. Estas condiciones generan miedo y otro resultado es presión migratoria contra los Estados Unidos, acompañada de propaganda que la presenta como resultado de la pobreza y necesidad que las mismas dictaduras y sus crímenes causan.
Con Podemos penetrando el Poder Ejecutivo español las dictaduras influyen para su beneficio en TV Española Internacional, las relaciones exteriores y mas. Han logrado respaldo indirecto a la dictadura de Venezuela, en un viraje de política exterior que tiene características de complicidad, resultado de la llegada al gobierno del partido político nacido y sostenido con el dinero mal habido de las dictaduras de las Américas, denunciado y probado en la misma España.
Aplican su estrategia con la candidatura del Lula desde la cárcel en Brasil, operando disidentes de las FARC para secuestros y asesinatos en Ecuador, acciones contra el gobierno en Argentina para encubrir la corruptela Kirchner, financiando protestas, esperando manipular abiertamente el poder de AMLO en México, jugando con desestabilización en Perú, proclamando que "la lucha contra el narcotráfico es un instrumento del imperialismo norteamericano para oprimir a los pueblos" y siguen.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy