Por primera vez en la historia de Brasil, un ex Presidente es preso por un caso de corrupción y lavado de dinero. Es oportuno mencionar que el juez Sérgio Moro emitió la orden de detención del Ex Pdte. por expresa instrucción del Tribunal Regional Federal N°4 de Porto Alegre y no por determinación personal.
La anticipada prisión de Lula complicó la estrategia de defensa de los abogados y la estrategia electoral del Partido de los Trabajadores. Nadie esperaba un pedido de prisión tan rápido.
¿Como se llegó a la prisión de Lula?
No son pocas las voces que afirman, aun sin haber leído el proceso penal, que la prisión de Lula es arbitraria y sin pruebas.
Sin entrar en detalles procesuales, el juez Sérgio Moro, juez de primera instancia, considero veintidós pruebas (entre testigos y documentos) para sentenciar al ex Pdte. Lula a nueve años y medio de prisión y 7 años de inhabilitación para ocupar cargos públicos.
Tres jueces en segunda instancia, por unanimidad, no solo ratificaron la sentencia de culpable como también aumentaron la pena de prisión a doce años y un mes de cárcel.
Quienes aseguran también que el Tribunal de Apelación analizó en tiempo récord el recurso de la defensa de líder petista, hay cuarenta y dos procesos anteriores en que el Tribunal Regional Federal N° 4 de Porto Alegre, demoro menos tiempo para analizar el recurso.
Ante la inminencia del pedido de prisión, los abogados de Lula solicitaron un habeas corpus preventivo ante la tercera instancia – Superior Tribunal de Justicia, STJ – que por unanimidad de sus cinco integrantes, negó tal medida cautelar.
No conforme con la negativa del STJ, la defensa el ex mandatario ingresó con otro habeas corpus ante la Corte Suprema, que por seis votos contra 5 volvió a negar la solicitud.
Es oportuno mencionar que la Corte Suprema le otorgó prioridad al habeas corpus de Lula dándole tratamiento por sobre 4.800 pedidos de habeas corpus que aguardan hasta el momento.
Ante el pedido efectivo de prisión, Lula, por medio de sus abogados, ingresó con otro habeas corpus en la tercera instancia, también negado y finalmente otro más ante la Corte Suprema, que también le fue negado por el Ministro Edson Fachin.
Ante tantas derrotas, no le quedó otra opción al ex Pdte. que entregarse a la justicia, no sin antes, aprovechar una misa en homenaje a su fallecida esposa Marisa Leticia, para hacer, tal vez, el último discurso político en Libertad del líder de la izquierda brasileña.
Futuro jurídico de Lula. Puede tener sentencias superiores a los 100 años de prisión
Durante todo el proceso judicial, el ex Pdte. Intentando mantener intacto su papel de líder de masas, trato de convertir su acusación en "una conspiración de los Estados Unidos que, con intereses en Petrobras y dictándole instrucciones a fiscales y a propio juez Sérgio Moro, quería ver a Lula fuera de las elecciones presidenciales".
No pocos juristas próximos a Lula indicaron que esa sería la única posibilidad de Lula de cambiar el curso de los acontecimientos.
La estrategia dio resultado ante la militancia fiel del Partido de los Trabajadores – PT – que ven con Lula, la única posibilidad de volver al poder de Brasil, pero no dio resultado con los simpatizantes del PT que poco a poco fueron abandonando su fidelidad por el ex Sindicalista, y dejaron de salir a manifestarse a favor de proclamar la inocencia de su líder.
… No sea cosa que no fuera tan inocente como el mismo asegura.
Como muestra de esta pérdida de apoyo, en la misma tarde en que el juez Sérgio Moro dicto la sentencia en primera instancia, el PT logro reunir a 500.000 personas en la Av. Paulista en San Pablo.
La cantidad bajo a 150.000 en la sentencia en segunda instancia y se redujo a nadie ante la orden de prisión del ex Presidente.
La única concentración a favor de Lula se realizó en la puerta del Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, ciudad que lo vio nacer como Sindicalista y lo idolatró como líder político.
En ese momento, quedo claro para la dirigencia del PT que el partido había perdido el poder de convocatoria y solo podía contar con los militantes del PT, del Movimiento Sin tierra y de la Central Única de Trabajadores – CUT.
Lula comenzó a cumplir la pena de doce años y un mes de prisión en una celda de 15 metros cuadrados y sin contacto con otros detenidos, en la Superintendencias de la Policía Federal de Curitiba, edificio que, por esas cosas del destino, el propio Lula inauguro en el año 2007.
En un plazo de 15 a 30 días, será trasladado a un centro carcelario en el Estado de San Pablo, ya que según la ley, los detenidos deben ser alojados próximos de su familia para facilitar las visitas.
La defensa de Lula ingresara con un recurso ante el mismo Superior Tribunal de Justicia – STJ (tercera instancia) para dar inicio al recurso especial en que el STJ analizara si en el proceso penal contra Lula se cumplió la ley. El STJ NO ANALIZARA PRUEBAS NI TIENE COMO OBJETIVO ALTERAR LA SENTENCIA. O la ratifica o anula el proceso por incumplimiento de la ley.
La previsión es que este recurso sea juzgado antes de fin de año.
En tanto ello, el ex Pdte. cuenta con la posibilidad de que alguno de los once Ministros de la Corte Suprema se disponga a solicitar el cambio de jurisprudencia determinada por la propia Corte en el 2016 que determinó que toda pena confirmada en segunda instancia ES DE CUMPLIMIENTO EFECTIVO.
El trámite no es simple: uno de los Ministros debe solicitar el tratamiento del tema desafiando la autoridad de la Pdte. de la Corte, la Ministra Cármen Lucia, quien no incluyó el tema en la agenda del mes de abril, y además deberá pagar un elevado costo político, ya que, si la Jurisprudencia es alterada con la sola intención de liberar al ex Pdte. Lula, saldrían en libertad, miles de detenidos en igual condición penal.
Es oportuno recordar que el Ex Presidente Lula está procesado en otras seis causas penales y que sumando las penas promedio de cada una de ellas, Lula podría tener penas sumadas de más de cien años de prisión.
Dos de estos procesos están a cargo del juez Sérgio Moro y cuatro, a cargo de juzgados en el Distrito Federal, Brasilia.
Lula, ¿candidato?
En el año 2010, el entonces Presidente Lula da Silva, promulgó la Ley denominada "de la Ficha Limpia", que determina que nadie con sentencia confirmada en segunda instancia podrá ser candidato a ocupar un cargo electoral y público.
Lo que no se le ocurrió a Lula es que esa ley podría ser la que impida su candidatura a la presidencia de la República en las próximas elecciones. Para inscribirse como candidato es necesario presentar un certificado de antecedentes policiales y penales y, obviamente, el ex Pdte. no podrá cumplir con este requisito.
En el caso de que aún con esta restricción Lula consiga inscribirse como candidato, las listas cierran el 15 de agosto y, en ese caso, el Ministerio Público deberá solicitar la impugnación de la candidatura, y el Tribunal Superior Electoral deberá aceptar el pedido del Ministerio Público por cumplimiento de la ley de la Ficha Limpia. Solo le restarían apelaciones con el riesgo que esto implica.
Los problemas para Lula no terminan por allí. Un juzgado de ejecuciones tributarias embargó las cuentas del Instituto Lula, de la empresa de conferencias LILS Ltda del ex Pdte. y del Presidente del Instituto Lula, Paulo Okamoto, por la deuda fiscal de USD 10 Millones.
Lula, el líder popular
Tras haber dejado la presidencia de la República con el 83% de aprobación popular, y después de haber sacado de la extrema pobreza a millones de brasileños, de haber conseguido que personas sin condiciones económicas puedan estudiar en universidades privadas. Después de conseguir que Brasil sea reconocido por las agencias calificadoras de riesgo como "Investment Grade", que Brasil pase a ser acreedor mundial (las reservas internacionales son mayores a la deuda pública desde el Gobierno de Lula), y que los brasileños conozcan lo que es tener un país en que varios sectores trabajaron con indicadores próximos al "pleno empleo", el ex Pdte. Lula descubrió de la peor forma que popularidad no es sinónimo de impunidad.
En la prisión, Lula pierde mucho más que su libertad. Pierde el contacto con los militantes y con las autoridades del mayor partido de izquierda de América Latina. Lula necesita de este contacto para sentirse líder y vivo.
No le será posible hacer comicios ambulantes en donde le sea posible ni podrá defender públicamente su inocencia a quien quiera escucharlo. El partido de los trabajadores tendrá que tomar la decisión de esperar el milagro judicial que saque a Lula de la prisión o comenzar a implementar algún "plan B" ante la posibilidad de que su Líder continúe en prisión en el período preelectoral.
Faltan seis meses para las elecciones. Poco tiempo para determinar una nueva estrategia. Mucho tiempo para Lula, que se encuentra tras las rejas.
* Gustavo Segré es socio de Center Group
Profesor de la Universidad Paulista – São Paulo – Brasil