Sea un grupo de trabajo, una empresa o un equipo deportivo, liderar conlleva una gran responsabilidad. Porque básicamente se trata de tomar decisiones que luego se transformen en beneficios para ese grupo de personas.
Con ese propósito como fundamental se llevó adelante el CEO Leadership Summit – UNO: una jornada de reflexión e intercambio de experiencias motivadoras para la acción y la gestión del liderazgo en tiempos de adaptación y cambio, dedicada exclusivamente a "números uno" de empresas.
Es la tercera vez que se realiza este encuentro anual y su última edición tuvo lugar y escenario en el hotel Four Seasons de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Asistieron 150 "números uno", exclusivamente CEOs, gerentes generales y presidentes de empresas, que representaron a más de 40 industrias.
"El encuentro se caracteriza por destacar lo único de cada persona, trabajando sobre tres ejes principales: ampliar las habilidades de liderazgo sobre la persona, sobre la organización que lideran, y sobre la sociedad y la comunidad sobre las que que tienen impacto", detalló Patricio Fedio, fundador y director ejecutivo de CEO Leadership Summit – UNO. También es socio internacional de Renaissance Executive Forums en Buenos Aires y business advisor de CEOs y Directorios. Fedio se animó a desafiar el statu quo desde el inicio del evento, compartiendo sus propios aprendizajes de la gestión del cambio a través de su historia personal.
Sobre la tarea de liderar, Fedio aseguró que "no es fácil ni sencilla, requiere mucha energía, compromiso, dedicación y sobre todo cuando trata de liderar cambios grandes o en contextos inciertos, volátiles, cambiantes y desafiantes como los que conocemos y tenemos en nuestro país".
A esta perspectiva, le agrega una visión más llana: "La vida misma se presenta en constante movimiento, hay cambios todo el tiempo: a nivel personal, a nivel familiar, a nivel social, políticos, económicos. Todos estos cambios ocurren permanentemente y en el centro de los mismos, está la persona y queda en cada uno cómo pararse ante esa situación: en el rol de víctima o en el rol de protagonista, de qué puedo hacer yo desde mi lugar para adaptarme, qué puedo aprender de todo esto o cómo puedo modificarlo si eso no me gusta. Pero no esperando que cambie lo de afuera, sino que generando algo adentro mío para modificarlo y cambiarlo".
-¿Por qué el evento tiene la palabra "UNO" en su nombre?
-Porque el rol del liderazgo es un rol pero la persona es una persona, eso no va a cambiar. Cada persona es única, incluso en la forma en que elige vivir su propia vida. Dentro de la decisión que uno toma para vivir su vida, está también la decisión que tome sobre cómo liderar la empresa. Y está también la decisión de qué se puede hacer para generar algo positivo en la sociedad o la comunidad, más allá de la empresa o mismo desde la empresa. Esas decisiones son únicas, nadie nos obliga a pensar o hacer nada de cierta manera, son elecciones.
-El lema de esta edición es "Desafiando al Statu Quo". ¿Qué representa?
-Este año elegimos esa convocatoria para que, como líderes, seamos más conscientes de la responsabilidad que tiene nuestro rol y a lo necesario de desafiar reglas convencionales. Si verdaderamente queremos un mejor futuro para nuestro país, somos los líderes para que eso ocurra. Y desafiar al statu quo es para motivar a que se animen a hacer cosas más innovadoras, positivas. Un ejemplo que se vivió en el evento es que, a diferencia de la gran mayoría de encuentros de este tipo en el que asisten líderes, logramos que se realizara en un formato casual e informal, desafiando las reglas. ¿Quién dijo que no se podía convocar a un evento de 150 CEOs vestidos de jean y zapatilla? El traje y el vestido no nos hacen mejores o peores líderes, sino que son los valores que tenemos y las cosas que hacemos. Y eso implícitamente estuvo ayer marcado en todas las presentaciones de los doce speakers, que revelaron su costado más humano y su lado más personal.
-¿Cómo es la dinámica del encuentro?
-Nuestro evento está diseñado para que sea interactivo, para que sea sumamente dinámico y donde el valor que se genera es producto del intercambio, por eso se llama "summit". ¿Cómo lo hacemos? Por un lado, invitando a presentadores para que ofrezcan su perspectiva respecto a los distintos temas en los que son especialistas y cada uno de ellos tiene un formato similar al de una charla TED: es decir, máximo 20 minutos en los que tiene que transmitir inspiración. Luego ocurren tres momentos de mesas redondas, en los que todos los asistentes van a intercambiar sus propias perspectivas y sus propias experiencias y lo que están haciendo en relación a una consigna. Cada mesa estuvo moderada por alguien que facilitaba el diálogo y ordenaba la consigna. Esto nos parece muy enriquecedor, porque más allá de escuchar a los speakers, puedan interactuar entre otros pares y que ese valor se multiplique. Además, para que haya un sistema de intercambio mayor, lo que hacemos es que cada roundtable rote y se enroquen, lo cual es un incentivo para vivir el summit como una experiencia genuina, porque cada bloque va a estar compartido con otros colegas diferentes en cada mesa y cuando se ponen a disposición esas consignas, cada mesa se abre.
Liderar en contextos muy desafiantes, liderar generaciones nuevas, que les vaya bien en el día a día de las compañías, es de interés de cualquier número uno. Y que puedan escuchar a líderes de otras industrias, es una gran oportunidad
-¿Qué diferencian a un líder de un gran líder?
-Para que un líder sea un gran líder lo que primero tiene que tener claro es el propósito, su razón de ser, su sentido, su por qué y su para qué. Esa claridad definida es inspiración que genera mayor compromiso de acción al equipo, a su grupo de colaboradores, indistintamente si se trata de un ámbito de empresa o cualquier otra situación que implique liderazgo. Ha cambiado mucho el rol del liderazgo: 20 o 25 años atrás, cuando yo empecé a trabajar por primera vez, era muy frecuente que el líder jefe sea la voz de la autoridad y ejercía su rol desde el poder. Eso cambió de una forma muy progresiva y hoy, el liderazgo más apreciado, es aquel que genera empatía y capacidad de entendimiento a sus colaboradores. Ahí está todo: acercamiento, ser más humano, ser más persona. El otro aspecto sería la inteligencia emocional: años atrás, además de ver jefes que ejercían liderazgo a través del su poder, el aspecto técnico y el conocimiento técnico era lo necesario para que una persona creciera dentro de una jerarquía organizacional, porque era mejor contador, mejor abogado o mejor ingeniero. Eso también cambió: hoy los líderes que tienen mayor influencia son los que lideran mejor lo emocional, que entienden sus propias emociones y pueden entender las emociones de la gente con la que interactúa. La influencia ya no va desde el poder, sino desde la persuasión. Y para complementar, la diferencia entre el líder y el gran líder, es la calidad del ejemplo que él da. El primer ejemplo es que uno no es por lo que dice, sino por lo que hace: las palabras se las lleva el viento, las acciones generan compromiso.