El papa Francisco nombró el lunes a la primera mujer en dirigir una importante oficina del Vaticano, nombrando a una monja italiana, la hermana Simona Brambilla, para convertirse en prefecta del departamento responsable de todas las órdenes religiosas de la Iglesia Católica.
El nombramiento supone un paso importante en el objetivo de Francisco de otorgar a las mujeres más funciones de liderazgo en el gobierno de la Iglesia. Aunque se han nombrado mujeres para ocupar puestos de número 2 en algunas oficinas del Vaticano, nunca antes se había nombrado a una mujer prefecta de un dicasterio o congregación de la Curia de la Santa Sede, el órgano central de gobierno de la Iglesia católica.
El carácter histórico del nombramiento de Brambilla fue confirmado por Vatican Media, que tituló su información “La hermana Simona Brambilla es la primera mujer prefecta en el Vaticano”.
En una indicación de la novedad del nombramiento, y de las implicaciones teológicas que conlleva, Francisco nombró simultáneamente como colíder, o “pro-prefecto”, a un cardenal: Ángel Fernández Artime, salesiano.
Pero el nombramiento, anunciado en el boletín diario del Vaticano, enumera a Brambilla en primer lugar como “prefecta” y a Fernández en segundo lugar como su colíder, lo que teológicamente es necesario ya que el prefecto debe poder celebrar misa y realizar otras funciones sacramentales que actualmente sólo pueden ser realizadas por hombres.
La oficina, conocida oficialmente como Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, es una de las más importantes del Vaticano. Es responsable de todas las órdenes religiosas, desde los jesuitas y los franciscanos hasta los nuevos movimientos más pequeños.
Brambilla, de 59 años, pertenece a la orden religiosa de los Misioneros de la Consolata y desde el año pasado desempeñaba el cargo de número 2 del departamento de órdenes religiosas.
Sustituye al cardenal Joao Braz de Aviz, de 77 años.
(Con información de AP)