El año 2024 será recordado como un año sombrío en la lucha contra el antisemitismo. El odio se propagó a través de ataques físicos, discursos polarizantes y la manipulación de sistemas internacionales, revelando un fenómeno que no solo afecta a la comunidad judía, sino a las sociedades donde se normalizan estas narrativas de odio.
En un informe, el Centro Simon Wiesenthal destacó diez casos significativos que considera emblemáticos de esta problemática global.
Sinagogas en países como Alemania, Australia, Canadá y Francia fueron blanco de vandalismo y atentados. El antisemitismo también se infiltró en la Corte Penal Internacional (CPI) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde Israel fue acusado de genocidio. La emisión de órdenes de arresto contra líderes israelíes como Benjamin Netanyahu destacó una preocupante politización de la justicia global.
Además, presidentes como Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Michael Higgins (Irlanda) y Gustavo Petro (Colombia) fueron señalados por el Centro Simón Wiesenthal, así como las líderes de opinión como Greta Thunberg y Candace Owens, que contribuyeron a la normalización del odio, ya sea vinculando a Israel con crímenes ambientales o trivializando el Holocausto. Estas posturas, amplificadas en redes sociales, consolidaron su impacto tóxico.
En ese sentido, Ariel Gelblung, director para América Latina del Centro, señaló: “Es lamentable tener un presidente latinoamericano democráticamente elegido en esta lista tan deshonrosa. Petro no pierde ocasión de efectuar declaraciones altamente antisemitas con una frecuencia inusual. Otros líderes regionales llevaron adelante acciones altamente condenables desde nuestro punto de vista, pero ninguno llegó al extremo de romper relaciones con Israel, contrariando una amistad histórica entre el Pueblo Colombiano y el del Estado Judío”.
Los peores eventos de antisemitismo de 2024:
El “Eje del Mal” de Irán y su guerra contra los judíos
En 2024, Irán intensificó su guerra contra Israel mediante el lanzamiento de cientos de drones y misiles hipersónicos, neutralizados con apoyo de aliados como Estados Unidos. A pesar de los logros militares de Israel, incluyendo la eliminación de líderes de Hamas y Hezbollah, Irán continuó financiando ataques desde Yemen y patrocinando células terroristas en Europa. Además, la retórica antisemita del régimen persa se extendió a las redes sociales y a protestas universitarias internacionales, exacerbando el odio contra Israel y los judíos.
La problemática de la UNRWA
El informe denuncia la vinculación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) con Hamas, documentando la participación de al menos 2.440 empleados afiliados al grupo terrorista. Asimismo, acusa a la UNRWA de permitir la construcción de túneles bajo sus instalaciones y de promover narrativas antisemitas en su material educativo. Países como Suecia y los Países Bajos han suspendido su financiación a esta agencia.
Ataques a sinagogas en el mundo
Sinagogas en ciudades como Sfax (Túnez), Oldenburg (Alemania), Los Ángeles (Estados Unidos), La Grand Motte (Francia) y Melbourne (Australia) fueron blanco de ataques durante 2024. Ante esta ola de violencia, el Centro Simon Wiesenthal emitió advertencias de viaje para países como Países Bajos y Australia. Las autoridades locales han sido instadas a investigar estos hechos como posibles actos terroristas.
Instrumentalización judicial contra Israel
Tanto la Corte Penal Internacional (CPI) como la Corte Internacional de Justicia (CIJ) han sido señaladas por utilizarse como herramientas contra Israel. La CPI emitió órdenes de arresto contra líderes israelíes, mientras que la CIJ aceptó denuncias que buscan redefinir el concepto de genocidio para aplicarlo al Estado judío. Estas acciones han limitado la movilidad internacional de figuras como el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Influencers y redes sociales
El informe destaca el papel de figuras como Greta Thunberg y Candace Owens en la propagación de narrativas antisemitas. Thunberg vinculó la política ambiental con acusaciones de genocidio contra Israel, mientras que Owens cuestionó hechos históricos del Holocausto. Las plataformas de redes sociales han sido criticadas por permitir la difusión de contenido antisemita y por facilitar la organización de ataques.
Universidades y la normalización del antisemitismo
Universidades de Estados Unidos y Europa enfrentaron críticas por no frenar el auge del antisemitismo en sus campus. Investigaciones revelaron que administradores y profesores no actuaron ante ataques a estudiantes judíos. Instituciones en países como Alemania, España y Noruega votaron a favor de boicots académicos contra Israel.
Francesca Albanese y su retórica contra Israel
La relatora especial de la ONU, Francesca Albanese, fue señalada por comparar las acciones israelíes en Gaza con el Holocausto y por minimizar las atrocidades de Hamas. Líderes como la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield han exigido su destitución, calificándola de “inapta para su cargo”.
Organizaciones no gubernamentales
ONGs como Amnistía Internacional y Human Rights Watch fueron acusadas de difundir informes que amplifican narrativas antisemitas. Amnistía calificó las acciones de Israel en Gaza como genocidio, mientras HRW atribuyó miles de muertes en Gaza a una supuesta política deliberada de privación de agua.
Presidentes atacando a Israel
El presidente colombiano, Gustavo Petro, rompió relaciones con Israel y lo acusó de genocidio, según el informe. Petro fue incluido en la lista junto a otros líderes como el turco Recep Tayyip Erdogan, quien comparó al primer ministro Netanyahu con Adolf Hitler, y el irlandés Michael Higgins, quien abogó por redefinir el término genocidio para aplicarlo a Israel.
Antisemitismo en el deporte
Eventos deportivos internacionales fueron escenario de incidentes antisemitas. En los Juegos Olímpicos de París, atletas israelíes enfrentaron amenazas y gestos nazis, mientras que en Europa, equipos como el juvenil TuS Makkabi de Berlín fueron atacados por multitudes. Las autoridades de Ámsterdam fueron criticadas por su respuesta insuficiente ante ataques a aficionados israelíes.
El informe refleja una preocupante intensificación del antisemitismo en múltiples frentes, desde los campos de batalla hasta las aulas universitarias y las plataformas digitales. Ariel Gelblung concluyó que estos hechos evidencian “un grave retroceso en la lucha contra la intolerancia y el odio”.