Dramáticas imágenes captadas por las televisoras surcoreanas muestran el aterrador momento en que un Boeing 737-800 de Jeju Air se desliza a gran velocidad por la pista del aeropuerto de Muan, con su tren de aterrizaje aparentemente sin desplegar, antes de impactar violentamente contra un muro de hormigón, desencadenando una explosión devastadora que cobró la vida de al menos 179 personas, hay 2 sobrevivientes.
El video del accidente, difundido por múltiples canales locales, revela cómo la aeronave, que regresaba de Bangkok, derrapó sin control más allá del final de la pista, culminando en un impacto frontal que desató un infierno de llamas y espesas columnas de humo negro que envolvieron rápidamente al avión.
Lee Jeong-hyeon, jefe del parque de bomberos de Muan, confirmó en una rueda de prensa que la destrucción fue tan severa que entre los restos solo era reconocible la cola del avión. El siniestro, ocurrido el domingo a las 9:03 de la mañana, se ha convertido en uno de los peores desastres aéreos en la historia de Corea del Sur.
Según las primeras investigaciones del Ministerio de Transportes, la torre de control había emitido una advertencia sobre posible impacto con aves momentos antes del intento de aterrizaje, autorizando al piloto a utilizar una zona alternativa. Los registros muestran que el piloto envió una señal de socorro instantes antes de que la aeronave se saliera de control y se precipitara hacia la zona de seguridad.
De las 181 personas a bordo, solo dos tripulantes habría logrado sobrevivir al desastre. Las autoridades sanitarias informaron que ambos se encuentran conscientes y fuera de peligro. Entre las víctimas mortales se cuentan 83 mujeres y 82 hombres, mientras que el género de 11 personas no pudo ser identificado inmediatamente. Tres personas permanecían desaparecidas nueve horas después del incidente.
La respuesta de emergencia fue masiva, con 32 camiones de bomberos, varios helicópteros y aproximadamente 1,560 efectivos entre bomberos, policías, soldados y otros funcionarios desplegados en el lugar para combatir el incendio y participar en las labores de rescate.
Kim E-bae, presidente de Jeju Air, compareció ante las cámaras inclinándose profundamente junto a otros ejecutivos mientras ofrecía “profundas disculpas” y asumía plena responsabilidad por el incidente. La aerolínea aseguró que el avión, de 15 años de antigüedad, no había presentado problemas mecánicos en sus revisiones periódicas.
Los investigadores ya han recuperado las cajas negras del avión, incluyendo los datos de vuelo y las grabaciones de voz de la cabina, que serán fundamentales para determinar las causas exactas del accidente. Las autoridades aeroportuarias han decidido mantener cerrada la pista de Muan hasta el 1 de enero.
El desastre ha sacudido a Corea del Sur en medio de una crisis política sin precedentes, marcada por la imposición de la ley marcial por parte del Presidente Yoon Suk Yeol y su posterior destitución. El viceprimer ministro Choi Sang-mok, quien asumió el mando tras la suspensión del primer ministro en funciones Han Duck-soo, ordenó inmediatamente la movilización de todos los recursos disponibles para las operaciones de rescate.
Este accidente se posiciona como uno de los más graves en la historia reciente de la aviación surcoreana, comparable solo con el desastre de Korean Airline en Guam en 1997, que dejó 228 víctimas mortales. Boeing, fabricante del avión siniestrado, ha expresado sus condolencias y se ha puesto a disposición de Jeju Air para apoyar en la investigación del accidente.
Las escenas de dolor se multiplican en el aeropuerto de Muan, donde familiares desconsolados aguardan la identificación de las víctimas, mientras las autoridades continúan investigando las causas exactas de esta tragedia que ha conmocionado a la nación surcoreana y a la comunidad internacional de la aviación.
(Con información de AFP y Associated Press)