La tregua entre Israel y Hezbollah alcanzada el pasado 27 de noviembre en El Líbano cumple este viernes un mes, pese a las denuncias de las partes por múltiples violaciones a lo largo de estas semanas.
El acuerdo, que involucra no solo al Gobierno de Benjamin Netanyahu, a las autoridades de Beirut y al grupo terrorista, sino también a Estados Unidos y Francia en calidad de supervisores, busca poner fin a los ataques transfronterizos y garantizar el cumplimiento de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, para restablecer el orden y la paz en la zona.
Específicamente, el objetivo es desmilitarizar el sur del Líbano y conducir, así, a un cese permanente de las hostilidades, que permita el regreso seguro a sus hogares de 1,2 millones de libaneses y 50.000 israelíes desplazados. Esto debe darse por ambas partes, con Hezbollah replegándose al norte del río Litani y con las Fuerzas de Defensa retirándose del país vecino en un lapso de 60 días, en los que tomaría su lugar el Ejército del Líbano.
El grupo chií consideró este pacto una “victoria” y una señal de la “derrota del Ejército” de Israel, al que llegó a atacar hasta 23 veces en un día en el último tiempo. De hecho, aseguró que pese a la tregua sus combatientes “siguen plenamente preparados” para hacer frente al Estado judío.
El gabinete de guerra de Benjamin Netanyahu, por su parte, prometió seguir atacando al enemigo “hasta que se logren los objetivos de la guerra” y reiteró que no dará lugar a “ningún acuerdo que no garantice el derecho de Israel a evitar el terrorismo de forma independiente”.
Las palabras de ambos bandos no tardaron en volverse realidad y desencadenar denuncias cruzadas de violaciones a la tregua.
Ya en los primeros días, las FDI movilizaron cuatro tanques a un barrio en el oeste de la ciudad de Jiam, que no abandonaron hasta mediados de diciembre, cuando se vieron obligadas a hacerlo tras el ingreso de la Fuerza Interina de la ONU en el país (FINUL). También, en los últimos días, las brigadas han estado bombardeando diversos puntos del sur del Líbano, asegurando haber detectado la presencia de terroristas e infraestructuras activas.
“Estos ataques son una parte adicional del esfuerzo de las Fuerzas de Defensa de Israel para atacar las operaciones de contrabando de armas desde Siria al Líbano y evitar que Hezbollah restablezca nuevas rutas”, indicó en un comunicado el Ejército.
Según el primer ministro de Beirut, Najib Mikati, a tan solo una semana de la puesta en marcha de la tregua, Israel ya la había violado 60 veces y provocado, con estas acciones, la muerte de al menos 20 personas y heridas en otras 16.
Hezbollah, en tanto, hizo lo propio durante este tiempo y también faltó a su palabra el 2 de diciembre, cuando reivindicó el lanzamiento de dos proyectiles contra una posición israelí en Ruwaisat al Alam, una zona fronteriza de Kafr Shuba bajo disputa. En respuesta, Israel bombardeó más posiciones enemigas.
También, en las últimas horas, lanzó proyectiles contra la ciudad de Nahariya, en el norte del Estado judío, dejando dos muertos y dos heridos.
En este contexto, la FINUL instó a las partes a retomar plenamente sus compromisos, en especial a Tel Aviv en lo que respecta a la salida de sus tropas del territorio libanés. En pos de garantizarlo y ante el temor de que su presencia allí se extienda más allá de los 60 días establecidos, Mikati se mostró dispuesto a mantener un encuentro con los negociadores franceses y estadounidenses, aunque ello aún no ha sido confirmado.
(Con información de EFE)