Un descubrimiento excepcional en el cráter de Batagaika, en la región siberiana de Yakutia, ha captado la atención de la comunidad científica internacional. Los restos de una cría de mamut, apodada Yana, han sido desenterrados del permafrost, revelando un estado de conservación sin precedentes. Según informaron medios como AP y BBC, este ejemplar, que habría vivido hace aproximadamente 50.000 años, es considerado el cadáver de mamut mejor preservado encontrado hasta la fecha.
El cuerpo de Yana, que fue bautizado en honor a la cuenca del río donde fue hallado, mide 1,20 metros de altura, tiene una longitud de 2 metros y pesa más de 100 kilogramos. Los científicos estiman que la cría tenía apenas un año de edad al momento de su muerte. Este hallazgo se suma a los escasos siete cadáveres completos de mamut que se han recuperado en todo el mundo, cinco de ellos en Rusia y uno en Canadá, según detalló la Universidad Federal del Noreste de Rusia, institución que lidera el análisis del espécimen.
El cráter de Batagaika, conocido como la “puerta al inframundo”, es el mayor cráter de permafrost del mundo, con una profundidad de un kilómetro. Este fenómeno geológico, que se expande debido al derretimiento del suelo helado provocado por el cambio climático, ha sido escenario de múltiples hallazgos paleontológicos. Según reportó NBC News, los restos de Yana fueron descubiertos por residentes locales que transitaban por la zona en junio. Al notar que el cuerpo del mamut se había descongelado parcialmente de la pared del cráter, a unos 40 metros de profundidad, improvisaron una camilla para extraerlo.
El Laboratorio Museo del Mamut Lazarev, en la ciudad de Yakutsk, ha destacado la excepcional conservación de partes clave del cuerpo, como la cabeza, el tronco, las orejas y la boca. Maxim Cherpasov, director del laboratorio, explicó a Reuters que es inusual encontrar estas áreas intactas, ya que suelen ser las primeras en ser devoradas por depredadores o aves tras el descongelamiento. Aunque las extremidades anteriores de Yana ya habían sido consumidas, la cabeza se encuentra en un estado extraordinario, lo que permitirá realizar estudios detallados sobre su anatomía y condiciones de vida.
Una ventana a la vida en la Edad de Hielo
El análisis de Yana está siendo llevado a cabo por un equipo de expertos de la Universidad Federal del Noreste, que cuenta con un centro de investigación y un museo dedicados al estudio de los mamuts. Anatoly Nikolaev, rector de la universidad, calificó el hallazgo como “único para la investigación” y destacó que permitirá obtener información valiosa sobre la adaptación de los mamuts a las condiciones extremas de la Edad de Hielo. Según explicó Cherpasov a TASS, el mamut probablemente quedó atrapado en un pantano, lo que facilitó su conservación durante decenas de miles de años.
Los científicos están realizando pruebas para determinar con mayor precisión la edad de Yana al momento de su muerte, así como las condiciones ambientales de su hábitat. Además, están colaborando con investigadores genéticos de otras regiones de Rusia para profundizar en el conocimiento sobre la evolución y las características adaptativas de estos animales prehistóricos.
El impacto del cambio climático en los hallazgos paleontológicos
El derretimiento del permafrost en Siberia, acelerado por el cambio climático, ha dejado al descubierto numerosos restos de animales prehistóricos en los últimos años. Según consignó CBS News, el cráter de Batagaika ya ha revelado restos de bisontes, caballos y perros antiguos. En 2020, científicos de Yakutia desenterraron parte de un gato dientes de sable momificado, con una antigüedad estimada de 32.000 años. Un año después, se encontraron los restos de un lobo de 44.000 años en la misma región.
Estos descubrimientos no solo ofrecen una visión más clara de la fauna que habitó la Tierra durante la Edad de Hielo, sino que también plantean interrogantes sobre los efectos del cambio climático en la preservación y exposición de restos fósiles. El caso de Yana es un ejemplo destacado de cómo el deshielo del permafrost puede abrir nuevas oportunidades para la investigación científica, aunque también pone de manifiesto las consecuencias del calentamiento global en los ecosistemas árticos.
Un legado científico en construcción
El hallazgo de Yana representa un avance importante en el estudio de los mamuts y su entorno. Según la Universidad Federal del Noreste, este espécimen permitirá a los investigadores explorar aspectos como el desarrollo físico de los mamuts, sus estrategias de supervivencia y las condiciones climáticas de su época. Además, el análisis genético podría arrojar luz sobre las relaciones evolutivas entre los mamuts y sus parientes modernos, como los elefantes.
Mientras los científicos continúan trabajando en el análisis de Yana, el descubrimiento se suma a una creciente lista de hallazgos paleontológicos en Siberia, consolidando a esta región como un punto clave para el estudio de la prehistoria. Tal como destacó BBC, el cuerpo de Yana no solo es un testimonio de la vida en la Edad de Hielo, sino también un recordatorio de cómo los cambios en el clima pueden transformar nuestra comprensión del pasado.