Las nuevas autoridades de Siria incendiaron el miércoles un gran arsenal de drogas, dijeron a la AFP dos responsables de seguridad, entre ellas un millón de pastillas del estimulante similar a la anfetamina captagón, cuya producción a escala industrial floreció durante el gobierno del derrocado dictador Bashar al Assad.
“Hemos encontrado una gran cantidad de Captagon, alrededor de un millón de pastillas“, declaró un miembro de las fuerzas de seguridad, que pidió ser identificado únicamente por su nombre de pila, Osama. Un periodista de la AFP vio cómo las fuerzas de seguridad rociaban con combustible y prendieron fuego un escondite de cannabis, el analgésico Tramadol y unas 50 bolsas de pastillas rosas de Captagón en el recinto de seguridad de la capital.
Entre los lugares utilizados para fabricar la droga se encuentran la base aérea Mazzeh en Damasco, una empresa de venta de automóviles en Latakia y una fábrica que antes producía patatas fritas en el suburbio de Duma, en Damasco. Las fuerzas gubernamentales tomaron posesión de la fábrica en 2018.
“Los colaboradores de Asad controlaban este lugar. Después de la caída del régimen... llegué aquí y lo encontré en llamas”, dijo a The Associated Press Firas al-Toot, el propietario original de la fábrica. “Vinieron de noche y prendieron fuego a las drogas, pero no pudieron quemarlo todo”.
“De aquí salieron las pastillas de Captagon para matar a nuestra gente”, dijo Abu Zihab, activista de Hayat Tahrir al-Sham, el principal grupo que gobierna actualmente el país, mientras su grupo daba acceso al sitio a los periodistas.
¿Cómo construyó Siria su imperio Captagón?
El captagón se desarrolló por primera vez en Alemania en la década de 1960 como estimulante de venta con receta para afecciones como la narcolepsia. Más tarde se prohibió debido a problemas cardíacos y sus propiedades adictivas.
Sus efectos similares a los de las anfetaminas la hicieron popular en Medio Oriente entre las élites y los combatientes, ya que mejoraba la concentración y reducía la fatiga.
El gobierno de Assad reconoció una oportunidad en el fármaco de fabricación barata en medio de la crisis económica que vive Siria y las duras sanciones que le imponen.
El captagón se produce a través de un proceso químico simple que implica mezclar derivados de la anfetamina con excipientes para formar tabletas, generalmente en laboratorios improvisados.
El comercio de Captagon comenzó a industrializarse alrededor de 2018-2019, cuando el régimen de Assad (y otros grupos armados en Siria) invirtieron en instalaciones de producción, almacenes y redes de tráfico. Esto permitió que Siria emergiera como el mayor productor de Captagon a nivel mundial, con una producción que también se realizaba en el Líbano.
La mayoría de los envíos de Captagon incautados procedían de Siria, según datos del Proyecto Comercial de Captagon de New Lines, una iniciativa del grupo de expertos New Lines Institute.
Según el informe publicado en mayo, las pruebas del patrocinio del régimen de Assad a la industria del Captagon son abrumadoras. La Oficina de Seguridad de la 4ª División Blindada del Ejército Árabe Sirio, dirigida por el hermano de Bashar al-Assad, Maher, supervisó las operaciones y creó un sistema de producción coordinado, añadió el informe.
(con información de AFP y AP)