El secretario general de la ONU, António Guterres, ha destacado que Siria atraviesa “un momento decisivo de esperanza y de historia” luego de la caída del régimen de Bashar al Assad.
No obstante, calificó esta etapa como una era de “gran incertidumbre”, alertando sobre los desafíos que enfrenta el país tras más de dos décadas de régimen autoritario. “Este es un momento decisivo, un momento de esperanza y de historia, pero también uno de gran incertidumbre”, expresó a través de la red social X.
Guterres subrayó la importancia de que el futuro de Siria sea determinado por sus ciudadanos, con el respaldo de la comunidad internacional. Según sus palabras, “el futuro de Siria debe ser tomado por su gente con el apoyo de todos nosotros”.
Estas declaraciones reflejan la intención de Naciones Unidas de promover una transición inclusiva y basada en principios democráticos. El cambio político en Siria se produjo tras una rebelión encabezada por el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), bajo el liderazgo de Abu Mohamed al Golani.
Este movimiento, iniciado a finales de noviembre, logró derribar el régimen de Bashar al Assad en un plazo de tan solo diez días, una acción de enorme magnitud que podría configurar el futuro inmediato del país.
La capacidad del HTS para movilizar apoyo plantea interrogantes sobre el papel que jugarán los grupos armados en el nuevo escenario político.
La caída de Bashar al Assad marca el fin de una era en Siria, pero abre un nuevo capítulo cargado de desafíos. La reconstrucción del país no solo dependerá de la estabilidad política, sino también de la capacidad de reconciliación entre las diferentes facciones y sectores sociales.
La comunidad internacional enfrenta la tarea de garantizar que el vacío de poder no sea aprovechado por actores externos o grupos extremistas para imponer sus propios intereses, algo que Guterres ya ha señalado como un riesgo potencial.
El rol de Naciones Unidas y otros actores internacionales será clave para guiar a Siria hacia un futuro más estable y próspero. La caída de un régimen no garantiza automáticamente la paz ni la democracia, como han demostrado casos recientes en otras naciones que atravesaron transiciones similares.
Siria ahora se encuentra en un punto crucial, con la oportunidad de rediseñar su destino si logra superar las divisiones internas y evitar una escalada de violencia.
Este “momento de esperanza y de historia”, como lo describió António Guterres, representa tanto una oportunidad como un desafío monumental para el pueblo sirio y para quienes buscan apoyar su reconstrucción. La incertidumbre persiste, pero la posibilidad de un cambio significativo está más cerca que nunca.
(Con información de Europa Press)