Siria avanzó esta jornada un paso más en su transición con varios elementos que hubieran sido impensables hace apenas 15 días: grupos de la sociedad civil se manifestaron en la capital exigiendo su participación política y un Estado laico, mientras que unos 2.000 funcionarios y ex militares del régimen de Bashar Al Assad que habían huido a Irak regresaron tras ser indultados.
Centenares de personas se concentraron este jueves en la céntrica plaza de los Omeyas, en Damasco, el que se ha convertido en el centro de expresión popular desde el derrocamiento del régimen de Al Assad, portando pancartas y cantando lemas en defensa de una sociedad civil fuerte y diversa en un país laico que respete todas las sensibilidades religiosas.
Reclamaron también por la democracia y para defender los derechos de las mujeres.
“Queremos democracia, no un Estado religioso”, “Siria, Estado libre y secular”, coreaban los manifestantes, hombres y mujeres. “No hay nación libre sin mujeres libres”, se leía en una pancarta.
“Nosotros, los sirios, hombres y mujeres, tenemos un papel que desempeñar en la construcción de la nueva Siria”, dijo Majida Mudares, una manifestante de 50 años. “La era del silencio terminó”, agregó esta funcionaria jubilada.
Esta marcha se produjo sin incidentes y constituye el primer mensaje político en las calles dirigido al gobierno interino que asumió el poder en el país liderado por la coalición islamista encabezada por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, o HTS en árabe), grupo heredero de la filial siria de Al Qaeda.
La movilización, que planea repetirse en los próximos días en otros puntos del país bajo el control del Gobierno dirigido por Mohamed al Bashir, fue impulsada por los sectores más liberales de la sociedad siria, contrarios tanto al régimen de Al Assad como a cualquier imposición religiosa que pueda surgir ahora en el territorio.
El nuevo hombre fuerte del país y lidíer de HTS Ahmed al Sharaa ya indicó en diversas ocasiones que la nueva Siria buscaría unir a todo el país y no caer en el sectarismo.
Este jueves, en una entrevista concedida a la BBC británica, Al Sharaa afirmó que “por supuesto” las mujeres tendrán acceso a la educación en Siria y descartó que el país se convierta en algo similar al Afganistán de los talibanes.
“El Gobierno sirio y el sistema de gobierno estarán en consonancia con la historia y la cultura del país”, afirma, al tiempo que mantiene que “habrá un diálogo para garantizar que todo el mundo esté representado”, dijo.
Mientras, Irak entregó a una fuerza de protección siria a 1.905 funcionarios y militares de diferente rango del Ejército sirio que huyeron del país a través del paso fronterizo de Albukamal, que se refugiaron allí durante la ofensiva insurgente que terminó con el régimen de Al Assad.
Esta repatriación se produjo “a petición de los interesados” y “tras tomar compromisos por escrito de los solicitantes de regresar a su país con sus generosas familias”, acogidos por una amnistía emitida por las “actuales autoridades”, informaron fuentes oficiales iraquíes.
Al Sharaa ya había anunciado durante la ofensiva que todo soldado y oficial de Al Assad que depusiera sus armas estaría “a salvo”. Posteriormente, con la caída del régimen ya consumada, el líder dijo que perseguiría tan solo “a los criminales de guerra”.
De forma paralela, este jueves la agencia de noticias EFE constató que fuerzas rusas -el mayor soporte del régimen de Al Assad junto con Irán- se retiraron de sus posiciones en Qamishli, en el norte de Siria, por vía aérea.. Aviones de transporte pesado de tipo Ilyushin cargaban en el aeropuerto de la localidad vehículos militares, que podían verse en las carreteras de la población.
Asimismo, por las calles de Tartus, en la costa mediterránea de Siria, la presencia de militares rusos es mucho menor que antes, mientras que tropas del HTS están presentes por todos los lados.
En las inmediaciones de la base naval en Tartus, el principal enclave militar de Moscú en el mediterráneo, diversos residentes y operarios de seguridad afirman que no han visto un ruso desde hace bastante tiempo, mientras continúa la incertidumbre sobre el futuro de las grandes bases militares de Rusia en Siria.
(Con información de EFE y AFP)