El aeropuerto de Damasco retomó este miércoles sus vuelos por primera vez desde la caída del régimen de Bashar Al Assad tras el despegue de un avión con destino a la ciudad de Aleppo, en lo que supone un vuelo de prueba que ha transportado únicamente a tripulación.
Según las informaciones recogidas por la cadena de televisión Syria TV, el objetivo de este vuelo, que se verá seguido por el retorno del avión a la capital, es comprobar la situación en los aeropuertos y los sistemas de navegación de cara a retomar operaciones en un futuro próximo.
Así, el ministro de Transportes del gobierno interino, Bahadín Sharm, ha afirmado que desarrollar el Aeropuerto Internacional de Damasco requerirá más de cien millones de dólares (cerca de 95,3 millones de euros) y ha resaltado que Al Assad se centró en garantizar la seguridad de las instalaciones en lugar de mejorar las infraestructuras.
“Tenemos cuatro aparatos en el Aeropuerto Internacional de Damasco. Hemos terminado de equiparlos y están preparados para las operaciones”, ha dicho, tras confirmar el 13 de diciembre la reapertura del espacio aéreo y afirmar que las autoridades trabajaban para acondicionar los aeropuertos para el reinicio de operaciones internacionales.
Las operaciones en el aeropuerto de Damasco fueron suspendidas después del saqueo de las instalaciones tras la huida de Al Assad, quien el 8 de diciembre fue evacuado a Rusia ante el avance de yihadistas y rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS), según fuentes del Ministerio de Transportes citadas por la agencia alemana de noticias DPA.
Las fosas comunes sirias exponen la “maquinaria de la muerte” del régimen
Un fiscal internacional especializado en crímenes de guerra afirmó este martes que las pruebas halladas en fosas comunes en Siria han puesto de manifiesto la existencia de una “maquinaria de muerte” estatal bajo el régimen del derrocado líder Bashar al Assad, en la que, según sus cálculos, más de 100.000 personas fueron torturadas y asesinadas desde 2013.
En declaraciones tras visitar dos fosas comunes en las localidades de Qutayfah y Najha, cerca de Damasco, el ex embajador de Estados Unidos en misión especial para crímenes de guerra Stephen Rapp dijo a la agencia Reuters: “Ciertamente, hay más de 100.000 personas que fueron desaparecidas y torturadas hasta la muerte en esta máquina”.
“Cuando se habla de este tipo de asesinato organizado por el Estado y sus órganos, realmente no hemos visto nada parecido desde los nazis”, dijo Rapp, que dirigió los procesos en los tribunales de crímenes de guerra de Ruanda y Sierra Leona.
Los residentes sirios que viven cerca de una antigua base militar donde se encontraba uno de los lugares y de un cementerio utilizado para ocultar cadáveres de los lugares de detención describieron haber visto un flujo constante de camiones frigoríficos que entregaban cadáveres que eran arrojados a largas zanjas.
En Qutayfah, la gente se negó a hablar ante las cámaras de los medios o a utilizar sus nombres por temor a las represalias, diciendo que aún no tenían claridad de que la zona fuera segura tras la caída de Assad.
“Este es el lugar de los horrores”, dijo uno de ellos.
En el interior de un recinto cerrado con muros de cemento, tres niños jugaban cerca de un vehículo satélite militar de fabricación rusa. El suelo estaba plano y nivelado, con marcas largas y rectas donde estaban enterrados los cadáveres.
Las imágenes por satélite analizadas por Reuters mostraron que las excavaciones a gran escala comenzaron en el lugar entre 2012 y 2014 y continuaron hasta 2022. Múltiples imágenes de satélite tomadas por Maxar durante ese tiempo mostraban una excavadora y grandes zanjas visibles en el lugar, junto con tres o cuatro camiones de gran tamaño.